Carles Llinàs, instructor del RACC: “El gran enemigo del ahorro de combustible es el embrague; cada vez que lo pisas, el motor entra en ralentí y consume, mejor usarlo lo justo”
Consejos
Este profesor de conducción segura también desmonta otro mito: circular en punto muerto, por ejemplo en pendientes, no reduce el consumo

Carles Llinàs, profesor de conducción segura del RACC, da algunos consejos sobre como realizar una conducción eficiente para gastar menos combustible

Se puede ahorrar mientras se conduce. Manejar el vehículo con una práctica eficiente permite disminuir el consumo de combustible y, por lo tanto, hacer más kilómetros con un único depósito. De este modo, las paradas en la gasolinera se espaciarán y esto acabará notándose en el bolsillo. Si bien encontrar las estaciones de servicio más económicas ayuda a reducir la factura del repostaje, conducir cogiendo ciertos hábitos también contribuye a rebajar gastos.
Para saber qué conviene hacer al volante, Carles Llinàs, profesor de conducción segura del RACC, ofrece una serie de consejos. Y es que para ahorrar carburante no hay que comprar un coche nuevo ni renunciar al uso del aire acondicionado cuando hace calor. Solo hay que adoptar otra actitud al volante, sin las prisas y el estrés que acaban desembocando en acerelones, frenazos y excesos de velocidad. En marcha hay que mantener la calma, anticiparse y seguir unas pautas muy sencillas.

Según explica Llinàs, cuando se arranca el coche en frío, hay que esperar al menos 40 segundos para comenzar la marcha, porque es el tiempo que necesita el aceite para lubricar bien el motor. Después conviene subir cuanto antes a marchas largas, siendo el régimen ideal entre las 1.600 y 2.000 revoluciones, tanto para coches diésel como de gasolina.
Uno de los puntos clave para reducir el consumo está en el uso adecuado del embrague. Según el instructor, su abuso puede ser contraproducente. “El gran enemigo del ahorro de combustible es el embrague; cada vez que lo pisas, el motor entra en ralentí y consume, mejor usarlo lo justo”. Esta afirmación va de la mano de una de las recomendaciones más importantes para cualquier conductor: mantener el mayor tiempo posible una marcha engranada y evitar el punto muerto.
El falso mito del punto muerto
Durante años se ha extendido la creencia de que circular en punto muerto ayudaba a reducir el consumo, especialmente en pendientes. Pero no es así: “Si pones punto muerto, el motor entra en ralentí y sigue gastando. Si mantienes la marcha puesta y dejas que el coche retenga solo, el consumo es cero. Así de claro”. Esta técnica se conoce como “modo vela”, y se basa en dejar que el vehículo aproveche su propia inercia, con una marcha engranada, sin pisar el acelerador.

Mantener una velocidad constante es otra de las claves de la conducción eficiente. Los coches actuales, con gestión electrónica, responden de forma muy sensible al pedal del acelerador. “Cuanto más lo pisas, más combustible se gasta. Si aprendes a usar la inercia, puedes ahorrar mucho”, explica Llinàs.
Además, destaca la importancia de anticiparse en la conducción. “Si el semáforo está en rojo, no tiene sentido acelerar para luego tener que frenar. Es mejor dejar de acelerar, dejar rodar el coche y usar el freno motor”. También recuerda que se pueden “saltar marchas” sin problema: “Si vas en quinta y tienes que frenar, puedes bajar a tercera directamente”.
Otros factores que influyen en el consumo
Otros factores también influyen en el gasto de combustible, como los neumáticos o el aire acondicionado. En los días de mucho calor, hay que evitar encender el climatizador justo cuando se sube al vehículo. Primero debe ventilarse el habitáculo bajando las ventanillas con el método del abanico, consistente en abrir y cerrar las puertas varias veces.

El calzado del coche también influye en el consumo. Pero más allá de que sean unas cubiertas eficientes, es importante que las ruedas tengan la presión adecuada. Para comprobarla hay que hacerlo siempre en frío. “Nosotros aconsejamos llevar la presión recomendada para máxima carga, aunque no vayas lleno. Ayuda a reducir el rozamiento y, por tanto, el consumo”, señala el profesor del RACC.
Seguridad y ahorro van de la mano
La conducción eficiente no solo reduce el gasto, sino que también mejora la seguridad. “Anticiparse, mantener la calma, conocer tu vehículo... Todo eso también reduce el riesgo de accidente”, afirma. En vías rápidas, recomienda circular por el carril derecho y evitar un uso excesivo del control de velocidad, ya que “puede reducir la atención”. En carreteras de montaña, la clave es la anticipación: reducir velocidad antes de las curvas y evitar frenazos bruscos.
Para los millones de conductores que este verano se pondrán al volante, Llinàs lanza un consejo claro: “El objetivo no es solo llegar, es volver. Que planifiquen la ruta, que hagan pausas para descansar, que se hidraten... Y, sobre todo, que apliquen el sentido común. Porque, al final, lo que hay que tener claro es que el coche no tiene vida propia, hace lo que tú le ordenas”.

