El Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) ha confirmado que julio de 2025 fue el tercer mes más caluroso de la historia, solo superado por los registros de 2023 y 2024. Según datos del sistema de reanálisis atmosférico de quinta generación del ECMWF (ERA5), la temperatura media del aire en la superficie terrestre alcanzó los 16,68 °C, lo que representa 0,45 °C más que el promedio registrado entre 1991 y 2020.
A pesar de mantenerse por debajo de los récords anteriores —0,27 °C más fresco que julio de 2023 y 0,23 °C por debajo del mismo mes en 2024—, los expertos advierten que esto no supone el fin del calentamiento global. “Esto no significa que el cambio climático haya parado. Seguimos siendo testigos de los efectos de un mundo en calentamiento, con eventos como olas de calor extremas e inundaciones catastróficas en julio”, explicó Carlo Buontempo, director de C3S, en el boletín climático mensual.
Buontempo recalcó la necesidad de seguir estabilizando rápidamente las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, recordando que no debemos confiarnos ante una leve bajada de temperatura.
Europa entre extremos térmicos: récords y anomalías
En el ámbito regional, Europa vivió una serie de contrastes térmicos. En el noreste, particularmente en la península escandinava, se registraron temperaturas notablemente superiores al promedio. Suecia y Finlandia fueron especialmente afectadas por episodios de calor extremo.
El sureste europeo también experimentó intensas olas de calor, acompañadas por incendios forestales. En este contexto, Turquía batió su récord nacional de temperatura, alcanzando los 50,5 °C, concretamente en Silopi, en la provincia de Sirnak, a 10 kilómetros de la frontera con Irak y Siria.
Sin embargo, Europa Central, el oeste de Rusia y algunas zonas aisladas del territorio español registraron temperaturas por debajo del promedio, demostrando una clara variabilidad climática en el continente.
A nivel mundial, las temperaturas por encima de lo habitual se extendieron a regiones como los Himalayas, China y Japón, mientras que otras áreas —como partes de la Antártida, América del Norte y del Sur, India, Australia y algunas regiones del continente africano— registraron temperaturas inferiores a la media.
Temperaturas récord también en los océanos
Los registros de calor no se limitaron a la atmósfera. El mes también marcó un hito en las temperaturas de la superficie del mar (SST), alcanzando los 20,77 °C, el tercer valor más alto registrado para un mes de julio, solo 0,12 °C por debajo del récord absoluto de 2023.
En particular, los mares del norte presentaron temperaturas récord, así como una amplia zona del Atlántico Norte occidental y del Pacífico Norte occidental, que también experimentaron valores inusualmente elevados.
El deshielo avanza: nuevo retroceso en el Ártico y la Antártida
El impacto del calor se reflejó en el estado del hielo marino del Ártico, que registró un 10 % menos de extensión que el promedio histórico, convirtiéndose en la segunda cifra más baja para un mes de julio en los 47 años de registros satelitales. Esta cifra prácticamente empata con los niveles de julio de 2012 y 2021.
En la Antártida, la extensión del hielo marino fue un 8 % menor que el promedio, lo que la sitúa como la tercera más baja registrada en un mes de julio. Aunque la anomalía fue menos pronunciada que en 2023 (-15 %) y 2024 (-11 %), se mantiene como un signo claro del deterioro progresivo de las regiones polares.
Según el informe del C3S, las variaciones en la concentración del hielo marino antártico estuvieron fuertemente influenciadas por la posición de los sistemas de alta y baja presión que rodean el continente.


