“Es probable que veamos mejoras tan rápidas como las de cada nuevo iPhone”: los chips cerebrales que devuelven el habla se convierten en el principal rival de Neuralink

Neurotransmisores

Un nuevo implante cerebral aspira a devolver una conversación casi natural a quienes ya no pueden emitir sonido alguno

Todos lo sospechábamos pero la ciencia acaba de confirmar cómo piensan los chimpancés y el parecido es sorprendentemente humano

Chip de Paradromics.

Chip de Paradromics.

Paradromics

Más allá de la inteligencia artificial y la robótica, parece que el próximo gran cambio global en relación con la tecnología tendrá que ver con los neurotransmisores. Convertir las señales del cerebro en movimientos y palabras es el nuevo umbral que figuras como Elon Musk o Gabe Newell persiguen. Y hay una empresa que está logrando dar pasos agigantados en este aspecto.

Paradromics, una de las compañías más ambiciosas en este emergente sector, ya ha recibido luz verde para probar en humanos su implante llamado Connexus. Se trata de un chip diseñado para devolver la capacidad de comunicarse a personas que han perdido el habla por lesiones o enfermedades neurodegenerativas. A partir de 2026, comenzarán a experimentar con dos afectados para poner a prueba un dispositivo que promete cambiarles la vida.

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Fundada en 2015, la empresa Paradromics lleva trabajando más de una década con un objetivo incansable: crear una voz fluida y natural para personas con movilidad extremadamente limitada. Para enfermos de ELA o lesiones modulares, puede ser un cambio sustancial, gracias a neurotransmisores que actúan a través de las ondas cerebrales.

“Es razonable pensar que alguien podrá comunicarse a 60 palabras por minuto”, explica Matt Angle, fundador y CEO de Paradromics. Puede parecer lento, ya que el habla natural se sitúa entre 120 y 150 palabras por minuto, pero supone multiplicar por diez la velocidad de comunicación de muchas personas con discapacidad motora severa.

Implante de Paradromics.

Implante de Paradromics.

Paradromics

Al contrario de lo que pueda parecer, estos chips no leen pensamientos, sino patrones neuronales generados cuando una persona intenta mover los músculos implicados en hablar. Es decir, que cuando el paciente intenta decir una palabra o frase, lo reinterpreta a través de sus señales y hace que sea más cómodo y directo.

“Estamos pasando de prototipos académicos a desarrollos industriales. Es probable que veamos mejoras tan rápidas como las de cada nuevo lanzamiento del iPhone”, avisan desde Paradromics. Y esto nos lleva a pensar cuál puede ser su umbral.

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Si bien las aplicaciones médicas de los neurotransmisores son evidentes, también es posible que, en el futuro, se vaya más allá consiguiendo avances motores para cualquier persona. De ser así, estaríamos ante una nueva era en la que eso de ser “cíborg” dejaría de parecer ciencia ficción, y donde los límites entre los humanos serían más pequeños que nunca. Eso es, precisamente, lo que busca Elon Musk con Neuralink. Y es lo que también quiere conseguir Paradromics.

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