Shawn K, ingeniero de software con más de dos décadas de experiencia en el sector ha querido alzar la voz ante el impacto de la inteligencia artificial dentro del ámbito laboral.
Despedido en abril del año pasado tras una reestructuración empresarial centrada en la adopción de la IA, ha querido contar su historia en The Independent.
“Cualquier persona que trabaje todo el día en un ordenador está acabado. Es solo cuestión de tiempo”, advierte K (su apellido completo es así), tras verse obligado a vivir en una caravana y sobrevivir haciendo repartos mientras enviaba más de 800 solicitudes de empleo.
Durante años, Shawn contribuyó desde dentro al avance de la automatización, incorporando funciones de inteligencia artificial en los productos de su empresa.
IA
“Estábamos reorientando la empresa hacia la inteligencia artificial, incorporando funciones de IA en todo el software e intentando sacar provecho de ella para ofrecer más a nuestros clientes”, relató. “Y justo después de esa reestructuración y cambio de estrategia… me despidieron” comentó.
El caso de Shawn K es solo una muestra de una tendencia más amplia. Como explica el crítico tecnológico Ed Zitron, muchas empresas están utilizando la IA como excusa para recortar personal y reducir costes, sin que los sistemas realmente sean capaces de asumir el trabajo humano de forma efectiva.
IA
Dentro de este contexto, ha surgido un nuevo mercado de “correctores de IA”, trabajadores subcontratados que revisan los errores que generan los modelos de lenguaje, lo que permite externalizar el trabajo cualificado por una fracción del coste.
Aunque las herramientas de IA aún producen resultados erráticos, el porcentaje de eficiencia es suficiente para justificar despidos masivos.
“La industria tecnológica avanza hacia un ajuste de cuentas grotesco, alimentado por la falta de creatividad y por una economía que premia el crecimiento sobre la innovación” avisa Zitron.



