Una encuesta de Gallup sitúa a Elon Musk, fundador de SpaceX y director ejecutivo de Tesla, como la persona más impopular entre catorce figuras públicas evaluadas. Un 61% de mil adultos estadounidenses encuestados expresaron una opinión desfavorable sobre su figura.
Ni siquiera el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, criticado en el escenario internacional, alcanzó tal rechazo, quedando con un 52%. Este resultado llega tras meses de controversias políticas y empresariales que han mermado drásticamente la imagen del magnate.
Un aspecto clave en este resultado ha sido su vínculo con la política estadounidense. Lo que comenzó como una colaboración con el entonces candidato presidencial Donald Trump, a través de un irónico “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE), terminó en una ruptura pública en junio, plagada de amenazas e insultos.
“Probablemente necesitaré mucha seguridad, pero hay que hacerlo”, había declarado Musk en octubre, aludiendo a sus planes de desmantelar agencias gubernamentales, una propuesta que, según él mismo reconocía, “molestaría” a muchas personas.

Elon Musk junto a Donald Trump
Desde entonces, sus enfrentamientos han alienado a sectores tanto republicanos como demócratas. El deterioro de su imagen ha sido tal que ha llegado a Tesla. Las ventas de la compañía han caído con fuerza en Estados Unidos, Europa y China, en un contexto en el que algunos analistas señalan que el rechazo hacia Musk podría estar afectando incluso al interés general por los vehículos eléctricos.
Según Gallup, su desplome de popularidad es comparable al de otros miembros actuales y antiguos de la administración Trump, incluido el propio expresidente.

Elon Musk
Trump ha intentado desmarcarse del empresario, asegurando en junio: “No estoy pensando en Elon. Solo le deseo lo mejor”. Los últimos meses han sido una sucesión de episodios que han erosionado tanto su reputación como sus negocios.
A finales de mayo, Musk fue visto con un ojo morado durante su fiesta de despedida en el Despacho Oval, un final simbólico para un periodo de caos político y empresarial.