De Jeffrey Dahmer a Luigi Mangione: cómo las redes sociales y Netflix están disparando la “atracción irresistible” hacia asesinos y criminales

Hibristofilia

Los asesinos en serie están más de moda que nunca: la generación Z y los millennials se ven particularmente atraídos por las historias de estos criminales, llegando, en algunos casos, a formar parafilias 

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Luigi Mangione, asesino y sex symbol.

POOL / EFE

A pesar de haber cometido decenas de terroríficos crímenes, el asesino en serie Ted Bundy recibía, en prisión, frecuentes cartas, fotografías y regalos de admiradoras. Sus fans —fundamentalmente mujeres— acudían en masa a apoyarle en sus escasas apariciones públicas. 

Una de ellas, Carole Ann Boone, contrajo matrimonio con el criminal en el estrado, mientras este estaba siendo juzgado por el asesinato de una joven de 12 años; tuvieron, más tarde, una hija mientras él todavía estaba en la cárcel. Boone siempre mantuvo que Bundy era inocente, incluso después de que se le asignase la pena de muerte. 

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El de Carole Ann Boone es, quizás, el caso más conocido de hibristofilia. Esta parafilia —que a veces se ha llamado, también, “síndrome de Bonnie y Clyde” - no es una enfermedad, pero genera atracción hacia individuos que han cometido crímenes. El término se acuñó a finales de los años 80 y ganó popularidad, especialmente, en los Estados Unidos.

En esta época, hubo en el país varios asesinos en serie particularmente notables, con especial impacto en la sociedad, como Jeffrey Dahmer o Richard Ramirez, que acumularon, simultáneamente, una cantidad nada desdeñable de seguidoras que les admiraban y romantizaban. 

En España, el caso del asesino de la katana también tuvo un notable impacto. El doble parricidio cometido por el murciano José Rabadan utilizando una espada y un machete conmocionó a la sociedad española, pero el joven también recibió múltiples comunicaciones de admiradoras mientras estaba en la cárcel.

Pasadas unas décadas de estos sucesos, el término prácticamente había caído en desuso, pero en los últimos años ha habido un notable repunte de los casos. De manera, quizás, no particularmente sorprendente, la causa se encuentra en las redes sociales y servicios de streaming: Netflix, TikTok y YouTube han revivido la pasión por el true crime; y, con ello, también, la romantización de los criminales y asesinos en serie. 

Netflix, TikTok y los pódcast de crímenes disparan la “atracción irresistible” hacia asesinos y criminales.

Netflix, TikTok y los pódcast de crímenes disparan la “atracción irresistible” hacia asesinos y criminales.

Diseño: Selu Manzano / Imagen: Netflix

Hibristofilia

El crimen como “zona de confort”

Aunque la ficción sobre crímenes y las películas, documentales y novelas basadas en hechos reales siempre han gozado de una popularidad más que notable, los últimos años han visto un auge de su relevancia, particularmente entre los millennials y la generación Z, que son, a día de hoy, los que más lo consumen: el grupo de edad de entre 18 y 29 años es la audiencia más dedicada de este género

Uno de los vehículos favoritos del true crime es, de hecho, uno que también tiene mucha implementación en esta franja de edad: el pódcast. La última década ha visto un aluvión de nuevos programas de radio online dedicados a explicar, analizar y contextualizar casos de crímenes misteriosos o sin resolver. En Estados Unidos, no puede desestimarse la importancia de Serial, que la periodista Sarah Koenig lleva emitiendo desde el año 2014. Cada capítulo se centra en repasar un crimen real y su desarrollo, contando la historia y los descubrimientos al respecto desde el principio. 

A mi novio le parece raro, pero para mí es reconfortante

Marta G.31 años

En España, Criminopatía de Clara Tíscar ocupa, semana tras semana, la lista de programas más escuchados de nuestro país, seguido de otros también muy populares como España Negra y Mundo Criminal o Crímenes Ibéricos, más centrados en casos nacionales.

Normalmente, estos programas se publican en plataformas destinadas al contenido largo, como Spotify o YouTube, y después se redistribuyen en fragmentos más pequeños y condensados en las que priorizan el contenido más breve, como Instagram en TikTok. Estas últimas, que funcionan a través de un sistema de recomendaciones algorítmico,

dahmer

Jeffrey Dahmer.

REDACCIÓN / Terceros

Aunque para muchos, escuchar hablar sobre crímenes puede resultar extraño o inquietante, cada vez son más los que han encontrado en ello una zona de confort. “Siempre me escucho un pódcast o un vídeo antes de ir a dormir. Es como una historia que te van narrando poco a poco, vas descubriendo pistas”, nos confiesa Marta G., de 31 años. “A mi novio le parece raro, pero para mí es reconfortante.”

Es precisamente este aspecto narrativo el que hace que nos interesen este tipo de historias. Para la jurista especializada en criminología Patricia Bryan, los programas o documentales de true crime funcionan como si fuesen historias de misterio, en las que buscamos entender cómo se cometió el delito. “Eso hace que los oyentes examinen las pruebas y traten de resolverlo por su cuenta.”, explica Bryan. “Es escapismo y entretenimiento. Es como cuando la gente va a casas encantadas, o se sube a una montaña rusa. Hay algo atractivo en enfrentarse a ese peligro cuando sabes que no es real.”

Es escapismo y entretenimiento. Es como cuando la gente va a casas encantadas, o se sube a una montaña rusa

Patricia BryanJurista especializada en criminología

Quizás, por este motivo, las cifras de visionado de este tipo de contenido se han disparado en la última década, y muchos programas y vídeos acumulan millones de visitas y cientos de miles de usuarios. Pero hay una estadística todavía más curiosa: la mayoría de quienes lo consumen son mujeres.

Aunque las varias investigaciones al respecto no han encontrado motivos concretos de esta brecha de género, algunos podcast reportan cifras de un 70% de oyentes femeninos. Un estudio de la Universidad de Illinois recopiló datos similares: el 70% de reseñas sobre libros de true crime en Amazon están escritas por mujeres. 

“Aunque en realidad sabes que no sirve de mucho, escuchar sobre crímenes te hace sentirte preparada para lo que te pueda pasar”, nos comenta Sara C., de 33 años, y asidua de varios de estos contenidos desde hace más de una década. “No es que viva con miedo, pero sí que estoy alerta, por si acaso.” 

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True Crimes

La romantización del asesino en serie vía servicio de streaming

Pero si volvemos a hablar, en tiempos recientes, de hibristofilia, es en gran medida por una gran cantidad de documentales y series que se han publicado en los últimos años en servicios de streaming. Netflix fue una de las primeras grandes empresas en darse cuenta de este nuevo boom del true crime; y es, a día de hoy, la empresa que más producciones de este género alberga en su catálogo.

La sección de crímenes de su biblioteca almacena varios centenares de programas basados en crímenes reales, pero también ha producido algunos éxitos propios. Los más notables han sido la docuserie Fabricando un asesino (2015), con dos temporadas de diez episodios cada una que relatan, en detalle, la historia del criminal Steven Avery; la miniserie Tiger King (2020), centrado en Joe Exotic, propietario de un zoológico y acusado de explotación y abuso de animales; y The Keepers (2017), que se centra en el asesinato no resuelto de la monja Catherine Cesnik, en Pensilvania.

Pero los dos mayores éxitos de la plataforma hasta la fecha vinieron de la mano de las historias de dos notables asesinos en serie estadounidenses: Ted Bundy y Jeffrey Dahmer. A través de sendos documentales, la figura de estos dos criminales confesos de los años 80, que acumularon decenas de víctimas y varias agresiones sexuales, se popularizaron entre las nuevas generaciones, que no habían vivido el desarrollo de estos casos en su momento.

En Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy (2019) se relata la historia completa de este, por aquel entonces, joven de Vermont, desde sus primeros contactos con el crimen hasta su posterior encarcelamiento y condena de muerte. 

Evan Peters se llevó el premio por su interpretación de Jeffrey Dahmer.

Evan Peters se llevó el premio por su interpretación de Jeffrey Dahmer.

NBC

Se basa en datos periodísticos y policiales, pero también en declaraciones de sus familiares, supervivientes y amigos. El mismo año, Netflix lanzó otra película sobre este asesino: Extremadamente cruel, malvado y perverso ponía al actor Zac Efron en el papel de Bundy. 

Ambas versiones de la historia de Bundy tuvieron una gran acogida por parte de los usuarios del servicio, y generaron, también, gran conversación en redes. Un buen puñado de estos mensajes hablaban de lo atractivo que les resultaba el asesino. Los posts fueron tan abundantes que incluso la propia cuenta oficial de Netflix llegó a posicionarse al respecto, pidiendo a los espectadores que recordaran que “hay cientos de hombres atractivos en el servicio —y casi ninguno de ellos es un asesino en serie convicto.”

Hay cientos de hombres atractivos en el servicio —y casi ninguno de ellos es un asesino en serie convicto

Netflix

Tanto la película como el documental de Ted Bundy representaban a su protagonista como un hombre carismático y atractivo, y argumentaban que esta era una de sus principales bazas a la hora de acercarse a sus víctimas. En su momento, de hecho, ambas interpretaciones fueron criticadas por romantizar demasiado su figura.

Pamela B. Rutledge, psicóloga y directora del Media Psychology Research Center, ofrece su visión al respecto: “El contenido de true crime satisface necesidades psicológicas como seguridad, sensación de control y regulación emocional. Las mujeres pueden sentirse especialmente atraídas porque les ofrece una sensación de preparación y dominio ante posibles amenazas”.

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En cualquier caso, este no es el único motivo por el que las mujeres tienden, en ocasiones, a sentirse atraídas por este tipo de criminales. “Aunque sé que es verdad, me cuesta pensarlo como una persona. Para mí es un personaje. En los libros, siempre me gustan los villanos… y un asesino en serie es un villano de la vida real.”, cuenta Pilar S., de 23 años, que descubrió la figura de Bundy a través del documental. “No está bien del todo, pero tampoco creo que haga daño a nadie.” 

Lo cierto es que la posición de los expertos concuerda: en caso de ejercerse de manera pasiva, la hibristofilia —expresada a través del gusto por series de televisión o vídeos en redes sociales sobre este tipo de criminales— no tiene, necesariamente, efectos negativos, ni aumenta la posibilidad de quien los consume de llevar ese tipo de fantasías a la vida real.

No está bien del todo, pero tampoco creo que haga daño a nadie

Pilar S.23 años

Pero la manera en la que este tipo de contenido difumina las líneas entre la realidad y la ficción, y romantiza los peligros y riesgos reales de relacionarse con personas con tendencias psicopáticas o narcisistas sí es una fuente de preocupación entre los psicólogos. Especialmente en los casos en los que este fanatismo lleva a justificar las acciones del convicto o a buscar ponerse en contacto con otros criminales

Algunos investigadores, especulan, también, que hay motivos evolutivos en la atracción de algunas personas, especialmente mujeres, hacia los asesinos en serie. “La falta de voluntad de no seguir las normas ha sido históricamente asociada con mayor estátus social y mayor éxito reproductivo”. Transgredir las reglas —en este caso, la ley, y los principios morales de la sociedad— podría ser percibido como una muestra de independencia, fuerza y capacidad de protección.

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Joven revisando su móvil.

Sea como sea, lo cierto es que seguimos viendo, día a día y en Internet, cada vez más casos de esta parafilia que, hasta hace poco, parecía haber quedado olvidada en los años 90. Recientemente, el presunto asesino del CEO de UnitedHealthcare, Luigi Mangione, se hacía viral en redes sociales. 

Muchas personas empatizaron con la supuesta frustración del joven de 27 años con la industria médica de Estados Unidos; pero otros pidieron su absolución basándose en su aspecto físico, que generó todo un fénomeno en X y TikTok. “Es uno de los hombres más guapos que he visto en mi vida”, comenta una usuaria en una publicación con más de 230.000 visualizaciones. “Tendrían que liberarlo”, responde otro. 

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