La tecnología que nos espera en 2026: doce retos para un año de vértigo
Futuro inminente
Siempre sobrevaloramos la capacidad de transformación a corto plazo e infravaloramos la del medio y largo plazo, y la IA generativa no será una excepción
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En 2026 y los años posteriores se consolidarán tecnologías hasta ahora experimentales.

Todos tenemos la sensación de haber vivido tres años de auténtico vértigo desde noviembre de 2022, cuando ChatGPT irrumpió en nuestras vidas. Ha cambiado nuestra manera de trabajar, de invertir, de fijar prioridades e incluso de pensar la geopolítica. Hemos pasado de anunciar el fin de la humanidad a integrar esta tecnología en lo cotidiano, aunque todavía estamos lejos de la transformación profunda de nuestras organizaciones y de la sociedad que supuso Internet.
Todo eso llegará, pero más despacio de lo que solemos aventurar. Siempre sobrevaloramos la capacidad de transformación a corto plazo e infravaloramos la del medio y largo plazo, y la IA generativa no será una excepción.
Para muestra, un botón: situamos el inicio de la Revolución Industrial alrededor de 1760, pero no es hasta 1820 cuando encontramos evidencia clara de un aumento sostenido de la productividad. Sesenta años después. Esta vez todo va más rápido, pero no es inmediato.

La razón no está solo en los procesos de adopción —lentos al principio, acelerados después por la transmisión social hasta parecer, durante un tiempo, exponenciales—, sino también en la necesidad de construir infraestructuras. Ayer fueron las redes de telecomunicaciones de internet; hoy son los centros de datos y las infraestructuras de IA. También hacen falta modelos genéricos —los navegadores y los buscadores en la era de internet— que permitan que las aplicaciones se generalicen. Al final fueron las apps las que transformaron nuestra vida cotidiana, y serán los agentes los que transformarán nuestra vida y nuestro trabajo. Pero las apps tardaron décadas en convertirse en el new normal y los agentes, aunque irán más rápido, no serán una excepción.
2026 será el año en que todo esto empezará a tomar velocidad, cuando la adopción se generalice y empiece a parecer exponencial —y en ese tramo, lo será—.
1. La IA es imparable
Hemos visto cómo los modelos baten récord tras récord, dominan todos los rankings y convierten en casi un chiste de mal gusto la pregunta de si lo hacen mejor que los humanos. Nada de esto se va a detener. Es una carrera entre empresas y una carrera geopolítica, con enormes incentivos y mucho en juego. Los avances tecnológicos necesarios para sostenerla ya están sobre la mesa.
2. Los agentes serán los protagonistas
Hasta ahora, la adopción de agentes que trabajen por nosotros ha sido limitada, con excepciones claras en programación y análisis de información. En 2026 veremos agentes que compren por nosotros, organicen viajes, gestionen proveedores, contabilidad y atención al cliente. No habrá un antes y un después abrupto: será un fenómeno gradual que, como las apps o la web, acabará transformando profundamente nuestra forma de trabajar y de relacionarnos.
3. La movilidad cambiará para siempre
Coches, autobuses y sistemas de distribución de última milla autónomos ya son una realidad en muchas ciudades estadounidenses y, sobre todo, chinas. Funcionan 24x7x365, son más seguros que la conducción humana y accesibles para todas las edades. La movilidad autónoma compartida es un sustituto viable del transporte interurbano y permitirá rediseñar ciudades con menos espacio dedicado al coche y una estructura menos centralizada. Muchas ciudades, sin duda, lo aprovecharán.

4. Los camiones autónomos transformarán la logística
En China ya circulan camiones ligeros autoconducidos con costes logísticos entre tres y cinco veces inferiores, que aceleran las cadenas de suministro y reducen inventarios. Las baterías de sodio —con costes iniciales un 60 % inferiores y una durabilidad hasta tres veces mayor— permitirán reducciones adicionales. Una caída significativa de los costes logísticos tendrá un impacto enorme en competitividad. Europa no puede permitirse perder esta carrera.
5. Un mundo lleno de robots
Lei Jun, CEO de Xiaomi, anticipaba recientemente que los robots humanoides reemplazarán muchos puestos de trabajo en los próximos cinco años. El progreso de los dos últimos años ha sido sorprendente, y el dominio chino es casi total. 2026 marcará un punto de inflexión en su adopción en hospitales, centros logísticos e industria. No tardaremos en ver fábricas y operaciones logísticas gestionadas casi exclusivamente por robots.

6. Aprender idiomas dejará de ser necesario
Apple ya ofrece traducción en tiempo real en cinco idiomas —inglés, español, portugués, francés y alemán—, aunque solo con sus auriculares. Google acaba de anunciar un sistema con 70 idiomas, incluidos los asiáticos, basado en Gemini 2.5 y compatible con cualquier auricular. En ambos casos, la regulación impide su despliegue en la UE. Estamos ante un cambio de paradigma que hará del aprendizaje de idiomas una habilidad mucho más especializada.
7. Las organizaciones cambiarán radicalmente
Hace tiempo que se habla de empresas con una sola persona, muchos agentes y una facturación superior a los mil millones de dólares. Sin llegar a ese extremo, veremos organizaciones con muchos agentes y pocas personas coordinando equipos mixtos de humanos, agentes, robots y vehículos autónomos. La coordinación ya no requerirá estandarización estricta, y los data lakes darán paso a los data mesh.

8. La IA llegará al espacio
Ya hemos visto el primer modelo entrenado y ejecutado en un centro de datos en órbita, de la mano de StarCloud y con el apoyo de Nvidia. En el espacio, las temperaturas cercanas al cero absoluto y una disponibilidad energética hasta seis veces superior a la terrestre ofrecen ventajas evidentes. El principal obstáculo sigue siendo el coste de lanzar hardware, pero SpaceX y Blue Origin parecen decididas a reducirlo drásticamente. En 2026 veremos intentos más serios de aprovechar estas ventajas.
9. El móvil se conectará al satélite y el 10G será habitual
Starlink ya ha lanzado satélites capaces de conectar directamente móviles con velocidades de hasta 1 Gb. En China, el estándar 10G —con 10 Gb de bajada y 1 Gb de subida— ya está en pruebas. Estamos al inicio de una revolución en telecomunicaciones que pondrá en serias dificultades a muchas operadoras tradicionales.
10. Investigadores e ingenieros autónomos cambiarán el mundo
Uno de los grandes retos actuales es crear agentes capaces de investigar de forma autónoma en ciencia e ingeniería. En campos como biotecnología, farmacéutica, matemáticas, computación, IA o ingeniería mecánica ya existen prototipos que han realizado descubrimientos de manera independiente. Disponer de un número prácticamente ilimitado de investigadores e ingenieros es una ventaja competitiva enorme para organizaciones basadas en la innovación, desde SpaceX hasta los laboratorios de defensa.

11. Aparecerá el sucesor del smartphone
Llevamos años buscando el relevo del smartphone: gafas de realidad aumentada, dispositivos basados en IA… ninguno ha logrado una adopción masiva. Jonathan Ive, el diseñador del iPod y el iPhone, trabaja ahora con OpenAI en esta dirección. En 2026 sabremos si ha dado con la tecla o si habrá que seguir esperando.
12. El Hyperloop será una realidad… en China
El Hyperloop, el sueño de Elon Musk de un tren capaz de superar los 1.000 km/h, ha fracasado en Estados Unidos y Emiratos. Todo indica que será China quien lo haga realidad. Conectar ciudades densamente pobladas a estas velocidades las convertirá en regiones hiperconectadas, aumentando su escala efectiva y su capacidad de competir e innovar.
Si hay un denominador común para 2026 es claro: dejaremos atrás la fase de experimentar con chatbots, imágenes o pequeños clips. Entraremos en una fase de adopción en las empresas e industrias que transformará organizaciones, ciudades, movilidad, logística y fábricas. ¡Será un año en el que quedarse atrás tendrá un coste muy alto!



