La alegría y el alboroto de regalos que traen consigo los Reyes Magos han vuelto a poner fin a la Navidad. Otro año más. Las luces decorativas se han apagado y parece que ahora sí empieza realmente ese enero frío y desangelado que a tantos se nos presenta cuesta arriba. Quizá ahora sería realmente el momento de alegrar las calles con iluminaciones que abrigasen las tardes largas y oscuras. O, al menos, ya que están puestas, amortizarlas hasta que la primavera asome por el horizonte. Qué duro es el invierno.
Suerte que la festividad de los Sabios de Oriente nos retrasa un poco el inicio real del año. Hoy, los más afortunados se han reincorporado al trabajo y los más pequeños lo harán mañana tras estrenar los juguetes que les han traído las muy bregadas majestades mágicas. Las pudimos ver antes de iniciar su labor nocturna en las cabalgatas de toda España. Algunas, celebradas un día antes por precaución meteorológica. Y, como suele ser habitual en los últimos años, volvió el debate cansino de ese Baltasar pintado de negro, como el de Ceuta, reconocida ciudad de albinos.

Captura del mensaje de Reyes la Guardia Civil
Pero sí se produjo un debate nuevo: la viralización de la imagen de unos Reyes Magos vistos como ladrones de viviendas. El 2025 ha empezado fuerte con las reinterpretaciones de símbolos católicos. Primero, Lalachus con la estampita del Sagrado Corazón de Jesús con la vaquilla del Grand Prix, una ocurrencia que la Conferencia Episcopal Española se apresuró a condenar a través de su presidente, Luis Argüello, arzobispo de Valladolid. Me gustaría saber qué piensa también de la versión de los Reyes Magos maleantes. Pero claro, este nuevo chiste no proviene de una cómica millennial, sino de la mismísima Guardia Civil, que tiene unos community managers muy dados a las bromas. El mismo cuerpo ha defendido su política cercana y hasta a veces humorística para hacer llegar sus mensajes a la ciudadanía.
Pues bien, el domingo lanzó en redes esta imagen junto a una nota de precaución: “Si esta noche entran en tu casa tres tipos disfrazados, puede que sean los #ReyesMagos... Pero ¿y si son Malhechor, Mangar y Va-Saltar?”. Muy ingenioso el juego. Pero quizá el gran problema de la publicación, que ya está eliminada, no sea la posible irreverencia sobre los protagonistas de la epifanía, sino el hecho de que no solo han pintado a Baltasar de negro, como en esas cabalgatas ancladas en el pasado, sino también al blanco Melchor y al rubio Gaspar. Porque en realidad hablan de ladrones y no de reyes. Y eso sí que no es ninguna broma. El racismo es delito. Algo que la Benemérita ya sabe, como las nefastas consecuencias que conlleva estigmatizar la delincuencia.