El Tribunal Constitucional (TC) declaró ayer que la ley de Amnistía es plenamente constitucional. Quedan aún unos cuantos recursos por sustanciarse y que se solucione la situación de algunos líderes independentistas, que está aún pendiente por la negativa del Tribunal Supremo a retirar sus órdenes de detención. La resolución de todos estos casos es ya solo cuestión de tiempo. El paso dado ayer por el TC es definitivo.
Es una buena noticia para todos aquellos que creemos que el problema del encaje de Catalunya en España solo se puede resolver por la vía política. Y el procés , visto en perspectiva, fue un fracaso por el intento de forzar la legalidad vigente mediante un referéndum que no fue acordado. El gobierno del PP y el independentismo catalán no supieron resolver sus diferencias y la situación llevó a la aplicación del artículo 155 de la Constitución y a la detención de los líderes del procés . El Supremo castigó con duras penas a unos dirigentes que, más allá de sus posibles errores, defendían sus ideas.

Exterior del Tribunal Constitucional.
Los indultos y la amnistía promulgados por el Gobierno de Pedro Sánchez pretendían superar esta etapa y tratar de recuperar la normalidad perdida en Catalunya. Hoy se puede decir que lo han conseguido, aunque a algunos de cada uno de los bandos no les guste que se les recuerde.
A partir de aquí, las reacciones que hubo ayer tanto de la oposición del PP como de los propios independentistas nos retrotraen al clima del procés . De hecho, sigue existiendo un discurso de confrontación. Volverlo a revivir puede ser posible, aunque los graves errores cometidos por ambos sectores en el pasado pueden servir de experiencia para no inocular nuevos virus.
La sentencia llega en un momento de máxima crispación política en España y ello contribuye a oír diatribas y consideraciones muy alejadas del sentido común. El tiempo pondrá las cosas en su sitio y se verá que la apuesta por el diálogo es siempre la mejor solución. Y se valorará mucho mejor el esfuerzo que ha hecho la mayoría del TC. Algunos discursos pronunciados ayer causarán sonrojo dentro de algunos años. Pero lo mejor es no hacerles caso y mirar hacia delante.