La Flotilla ha concluido su singladura de la manera en que se sabía que iba a acabar. Lo sabían ellos, lo sabían los israelíes, lo sabían los gazatíes, lo sabía usted y lo sabía yo. ¿O alguien pensaba que iba a ser diferente?
El guion estaba escrito de antemano, aunque después se remoloneara un poco a la manera de “hasta aquí podemos leer”, como en el Un, dos, tres, como si hubiera una sorpresa final, cuando todos sabían que lo que había era una calabaza, si es que lo que se quería era llevar ayuda de verdad, o el apartamento en Torrevieja, Alicante, si se trataba de llamar la atención y liarla.
(Italia y Grecia pidieron a la Flotilla que entregaran el material humanitario en Chipre, de donde sería transferido al Patriarcado Latino de Jerusalén, una institución de la iglesia católica ampliamente respetada, que se encargaría de repartirlo en Gaza. La Global Sumud lo rechazó, y eso ya va dando pistas del tema).
Los minutos finales de la aventura, también conocidos de antemano, las Fuerzas de Defensa Israelí interceptando los barcos, los miembros de la Flotilla arrestados y la fotografía de su detención en las pantallas de todo el mundo. Todo según lo previsto.

Greta Thunberg en uno de los barcos de la Flotilla
Las redes también han proporcionado el material que se esperaba de ellas, con nada menos que 2,82 millones de comentarios en X al mediodía de ayer, los integrantes de la flota quejándose de haber sido “secuestrados con violencia” y sus detractores comparando “secuestros violentos”, con una foto de Greta Thunberg tomando un bollo del ejército israelí y al lado otra foto, del cadáver de una mujer arrastrado por miembros de Hamas en la masacre del 7 de octubre.
Como era de esperar, la inmensa mayoría de comentarios en la antigua Twitter sacan punta de lo que denominan Vacaciones en el mar (“Tras un mes de viaje pasando casualmente por todos los puertos con más fiestas del Mediterráneo”, @FroilLannister), o alternativamente Flotilla de las tentaciones, ilustradas con, oh cielos, vídeos de los propios participantes, que el humanitarismo no está reñido con el solaz.
Que no todo el mundo se pueda permitir un mes y medio sin trabajar, como señala @SomosRelojes, no significa que los que sí pueden no aprovechen el buen tiempo bailando en cubierta durante las largas horas de navegación y averías. Pero, señala con el dedo acusador @BenegasJ, parece un poco “obsceno” mostrar unas imágenes “desenfadadas y festivas, como si aquello fuera un crucero de recreo y diversión cuando al mismo tiempo hablan de genocidio”.
Como era de esperar, la inmensa mayoría de comentarios en X sacan punta de lo que denominan 'Vacaciones en el mar' o 'Flotilla de las tentaciones'
Nos vamos a Bluesky porque, como decía el gran escritor israelí Amos Oz, todo en la vida tiene dos caras, menos la sombra, y la red del buen rollo ofrece eso, otra versión de la Flotilla, aquí convertida en una misión humanitaria que recordarán los hombres y las mujeres por los siglos de los siglos.
Lugar destacado ocupa en Bluesky el vídeo de la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau: “Si estás viendo esto es porque Israel nos ha detenido ilegalmente”. Ya pueden imaginar los comentarios del vídeo en X, y es que recuerda a aquello tan melodramático en los libros y las películas, “si estás leyendo esto es que”... es que no te había pasado nada bueno. Pero esta red es otra cosa, ni mejor ni peor, otra, y lo que encontramos es “menos mal que este gobierno progresista iba a defender a la Flotilla” (@desmontandomitos.bsky.social). Sí, es otra cosa.
Más del guion, que los socios del Gobierno iban a morder a fondo a cuentas de la Flotilla se sabía: el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, dice que ni el gobierno español ni ningún otro ha hecho “lo suficiente” para impedir la intercepción de los barcos por Israel y el “secuestro ilegal” de los participantes.
(Aquí no recordaremos que el propio Bustinduy forma parte de ese Gobierno que no ha hecho “lo suficiente”, pero sí que “secuestros ilegales” es una reiteración, a menos que existan secuestros “legales”).
¿Qué sería hacer “lo suficiente” contra la “impunidad insoportable” de Netanyahu? Para Ione Belarra, el Furor, el buque de la Armada española “tenía que haber escoltado a la Flotilla para que cumpliese su misión (...) Es evidente que Israel no va a atacar a una fragata española”.
Pocos comentarios en Bluesky sobre la ocurrencia de Belarra y fuerte respuesta en X, donde la acusan de.... odiar a Pedro Sánchez: “El odio que desprende Podemos contra Sánchez les esta costando caro porque se está detectando que hay votos podemitas que se están pasando al PSOE de Sánchez”, @Julianvirome. “Belarra ha pasado de Sánchez es el señor de la guerra, no al gasto militar, a Sánchez que mal que no se ha metido el buque” (@agara112).
Todos los ojos en Gaza, pero en la antigua Twitter se miran entre ellos, será que se huelen elecciones.