Lo dijo ayer Pedro Sánchez en su frenética huida hacia adelante: “Hay que saber dónde está la sustancia de las cosas”. Y, para él, no está ni en los casos de corrupción ni en los de acoso sexual que ha habido en su partido, sino que está en la labor de su Gobierno. Sánchez no convocará elecciones, ni presentará cuestión de confianza, ni hará un cambio radical de Gobierno. No habrá golpe de timón, pese a la sensación de crisis que envuelve a su figura ante la concatenación de casos judiciales y desgaste que han generado las actuaciones machistas de algunos miembros del PSOE.
Sánchez cree que la sustancia de las cosas está en la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones, el incremento del sueldo a los funcionarios o la nueva propuesta que salió ayer de su chistera de un nuevo abono de transporte con precio reducido. El presidente sigue enrocado en su posición numantina, avalado por el crecimiento económico y por una gestión de su Gobierno que calificó de extraordinaria. Y se reafirmó: “Tenemos una hoja de ruta muy ambiciosa hasta el 2027”.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa de este lunes en La Moncloa
Su discurso no satisfizo a su principal socio de Gobierno,
Sumar, que, en boca de Ernest Urtasun, tachó de “insuficiente”. Es una opinión compartida por el resto de los socios que le apoyaron en la investidura, que buscan ahora la manera de aparecer de forma pública distanciados del PSOE, pero sin atreverse a provocar su caída, no vaya a ser que haya elecciones y gane el tándem de PP y Vox.
Sánchez es consciente de ello y sigue en su estrategia de ganar tiempo. Ni el retroceso electoral que puede sufrir en los próximos meses en las distintas contiendas autonómicas que le ha preparado el PP le va a hacer cambiar de opinión. “Llevamos siete años de gobierno, camino de ocho, y estos años le han sentado bien al país” sentenció el líder socialista. Si la autoridad competente, judicial por supuesto, no lo impide, su estrategia es aguantar hasta el final de la legislatura, pese a la polarización y la tensión existentes en la vida política española. Sánchez seguirá con la sustancia de sus cosas.