“Tenemos un grave problema en materia de biodiversidad con los edificios acristalados”, cuenta Asier Manso en La Voz del Lector de Guyana Guardian.
Desde el colectivo ecologista Eguzki, al que pertenece Manso, denuncian el peligro que suponen para los pájaros las fachadas acristaladas de algunos edificios, sobre todo aquellas con efecto espejo, que reflejan el exterior. A estos se suman los diferentes tipos de cristaleras que pueden encontrarse en la vía pública, como vallas, puentes o pistas de pádel.
Según cifras compartidas por SEO Bird Life (Sociedad Española de Ornitología), se calcula que, a nivel mundial, más de cien millones de aves mueren cada año al chocar contra cristales.
Para demostrar el peligro que estos edificios suponen para los pájaros, el colectivo Eguzki se ha centrado en hacer seguimiento de un edificio en concreto, el Cristóbal Balenciaga Museoa, en Guetaria (Guipúzkoa). El proyecto ha consistido en contabilizar los accidentes.
En poco más de un año, han localizado 16 aves muertas tras haber colisionado con los ventanales. Además, insisten en que podría haber más casos, ya que el seguimiento no ha sido exhaustivo.
Mirlo común muerto a los pies del Cristóbal Balenciaga Museoa.
Cerca de allí, en San Sebastián, hay otro edificio que desde Eguzeki señalan como un peligro mortal para los pájaros. Se trata del nuevo GOe, un edificio del Basque Culinary Center cuya fachada está compuesta por grandes cristaleras con efecto espejo. El mismo día de su inauguración, a principios de octubre, se registró la primera muerte de un ave, un reyezuelo listado, al chocarse contra él.
El reyezuelo listado que colisionó contra el edificio GOe el día de su inauguración.
Desde el colectivo ecologista aclaran que las muertes de pájaros causadas por edificios acristalados son un asunto general. “No es un problema del Museo Balenciaga o el GOe, es a nivel mundial, ya que millones de aves mueren por este tipo de edificios o cristaleras”, destaca Asier Manso.
Otros ejemplos de la zona son el edificio de la Seguridad Social de San Sebastián o la estación de Renfe que se está construyendo actualmente en la misma ciudad, totalmente acristalada.
Se calcula que, a nivel mundial, más de cien millones de aves mueren cada año al chocar contra cristales, según SEO Bird Life
Estas muertes son más frecuentes en las épocas de primavera y otoño, ya que son los periodos migratorios. El biólogo y director del Departamento de Ornitología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Juan Arizaga, explica que “los pájaros no ven que delante de ellos hay una estructura; si el cristal es transparente, solo ven lo que hay detrás”. En lo que respecta a los edificios con ventanas con efecto espejo, “ellos, lo que están viendo es el cielo, los árboles... El reflejo les engaña”, cuenta.
“Hay edificios públicos donde el personal de seguridad tiene la directriz de darse una vuelta alrededor del bloque, todos los días, para recoger las aves muertas”, apunta Arizaga.
A nivel estatal, uno de los casos más mediáticos relacionados con este tema ha sido el del centro comercial Glòries de Barcelona, en el que se registraron 141 muertes de aves entre el año 2019 y 2021. El fiscal de Medio Ambiente de Barcelona, Toni Pelegrín, abrió diligencias por delitos contra la fauna. Tras investigar el caso, se archivó, ya que los responsables instalaron vinilos con patrones verticales para frenar los accidentes. Esta es la medida inmediata más recomendada por los expertos.
Hay edificios públicos donde el personal tiene la directriz de darse una vuelta alrededor del bloque para recoger las aves muertas
Para ayudar a minimizar el problema, se recomienda instalar un diseño de rayas paralelas, círculos o figuras geométricas, poco distanciadas unas de otras, para que las aves vean que tienen algo delante y se desvíen. “Las típicas pegatinas de siluetas de pájaros no son realmente efectivas”, recalca Arizaga.
Cristalera del ayuntamiento de San Sebastián.
Edificio en el barrio de Intxaurrondo con vinilos en las ventanas con efecto espejo, iniciativa del ayuntamiento de San Sebastián.
“Habría que hacer un inventario de los edificios problemáticos”, apunta Asier Manso, de Eguzeki. Explica que, desde el colectivo, se han puesto en contacto con diversos ayuntamientos, pero que han recibido “una respuesta irregular”. Algunos de ellos han adoptado la iniciativa y han empezado un censo de estructuras que causan muertes de aves, mientras otros han declarado que “implementarán medidas de cara a futuras construcciones”.
En lo que respecta a los nuevos edificios, piden una normativa “en la que los Departamentos de Urbanismo de cada ayuntamiento pongan las condiciones necesarias para evitar o minimizar las colisiones de aves con este tipo de cristaleras”.
Habría que hacer un inventario de los edificios problemáticos
En una época en la que se oye hablar de sostenibilidad a todas horas, el biólogo Juan Araziaga recuerda que un edificio no es sostenible solo porque sea energéticamente mejor, sino que “también lo es cuando evitas que se convierta en una trampa mortal para las aves”.
Ya hace dos años que el Fiscal de Medio Ambiente, Antonio Vercher, remitió un oficio a los fiscales delegados en los que les instaba a actuar, aplicando la reciente ley de maltrato animal aprobada en España.
Vercher llamó a llevar estas problemáticas por la vía penal. Desde el colectivo Eguzeki informan de que de momento no tienen intención de hacerlo, ya que creen que se puede llegar a un consenso, pero que, si en un futuro no hubiera resultados, no descartan optar por esa última vía.
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