Un año más, los puestos navideños han acampado frente a la catedral de Barcelona en el marco de la tradicional Fira de Santa Llúcia, que será visitable hasta el 23 de diciembre. Más de 200 paradas de abetos, tions, plantas de Navidad, pesebres, figuras y artesanía conforman esta 239.ª edición que, como cada año, ofrecerá actividades familiares y lúdicas relacionadas con las tradiciones navideñas.
También se ha instalado el Tió Gigante, una atracción que cumple 32 años y que los niños y niñas podrán hacer cagar en distintos días y horarios. Y la Carassa de Barcelona –una figura que representa un sarraceno, con una larga barba y la boca abierta– desfilará y escupirá caramelos los fines de semana de antes de Navidad (13-14/XII y 20-21/XII).
Fira de Santa Llúcia
Otra tradición que sigue intacta son las exposiciones de pesebres. La del Ayuntamiento de Barcelona, en formato tablero de 35 m² y con figuras de 40 centímetros, se ha instalado de nuevo en la plaza Sant Jaume, pero hay muchas otras. Son algunos ejemplos la muestra social de pesebres de la calle Lledó, la del Monestir de Pedralbes, la de la Associació de Pessebristes de Palau-Solità i Plegamans, la de la Agrupació de Pessebristes de Parets y la del Museu del Pessebre de Catalunya de Montblanc.
Más espacios de la ciudad ofrecen actividades para toda la familia, como el Poble Espanyol, que con Natalis propone hasta el 4 de enero un viaje de fantasía por seis mundos mágicos entre los que destaca la casa de los Reyes Magos. Y el Tibidabo se suma a la fiesta con su nueva pista de hielo, un gran árbol de Navidad junto a la Taiala y el Carrussel, un show de marionetas navideño y la visita de diferentes personajes como Papá Noel, pajes reales y elfos. Además, el Krampus se sumará por unos días al resto de terroríficos personajes del Hotel 666.

