Dalia Dippolito tras pagar a un sicario para matar a su marido: “Lo odio”

Las caras del mal

La mujer llevaba una doble vida y planeó el crimen para quedarse con el dinero y las propiedades de su reciente esposo

Dalia Dippolito tras pagar a un sicario para matar a su marido: “Lo odio y quiero verlo pudrirse”

Dalia Dippolito tras pagar a un sicario para matar a su marido: “Lo odio y quiero verlo pudrirse”

LVD

La policía había acordonado la zona y varios agentes de la científica se afanaban en fotografiar y recoger todo tipo de pruebas. Una ambulancia y su personal médico entraban en una casa para reanimar a una víctima y, en el exterior, una mujer gritaba y lloraba por la pérdida de su marido. “¿Su esposo es Michael? Lamento decirle, señora, que lo asesinaron”, acababan de informarle.

Minutos más tarde, la viuda llegaba a comisaría para poder identificar al supuesto responsable del asesinato de su marido. Sin embargo, era un mero teatro, una encerrona: las autoridades sabían que bajo aquella apariencia de esposa afectada se escondía una asesina en potencia.

El flechazo

Dalia Mohammed -su nombre de soltera- nació el 18 de octubre de 1982 en la ciudad de Nueva York en el seno de una familia multirracial. Su padre era egipcio y su madre peruana. En plena adolescencia, Dalia junto a sus dos hermanos y sus padres se mudaron a Florida, más concretamente a Boynton Beach. Allí se graduó en el año 2000 y, tras terminar el instituto, decidió sacarse la licencia como agente inmobiliario.

Así fue cómo en 2008 conoció a Michael Dippolito, un hombre casado de 38 años, que se enamoró perdidamente de la joven. Fue amor a primera vista y también el motivo de su divorcio. Cinco días después de formalizar la separación, el 2 de febrero de 2009, Dalia se convirtió en la señora de Dippolito.

Michael y Dalia Dippolito

Michael y Dalia Dippolito

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“¡Lo más feliz de mi vida! Completamente irreal. El hombre de mis sueños. Te quiero ahora, siempre y para siempre”, escribió Dalia a Michael en una nota de amor que pegó en la nevera. Su historia parecía de película: vivían en una propiedad de 250.000 dólares en Boynton Beach, muy cerca de Palm Beach, compartían aficiones deportivas, les encantaba salir a cenar y probar los nuevos restaurantes de la ciudad y parecía que la vida les sonreía.

Sin embargo, apenas cuatro meses después de su boda, Michael comenzó a tener problemas. Una noche la policía le dio el alto, le registraron y le encontraron cocaína en un paquete de cigarrillos. Michael negó que fuese suyo y le creyeron, pero le recordaron que se encontraba en libertad condicional tras cumplir condena por fraude y que volvería a prisión si cometía cualquier delito.

Michael y Dalia Dippolito durante su relación

Michael y Dalia Dippolito durante su relación

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Más adelante, Michael estuvo unos días indispuesto tras ingerir una bebida de Starbucks: el joven pensó que estaba en mal estado y no le dio importancia, pero Dalia estaba detrás de su envenenamiento. 

Posteriormente, la policía contactó con él porque les habían dado un chivatazo: lo señalaban como narcotraficante. Tras la investigación pertinente, los agentes no obtuvieron prueba alguna y lo archivaron. Era finales de julio de 2009.

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En este momento, Michael estaba tan preocupado por si la policía volvía a iniciar nuevas pesquisas que, por consejo de su abogado, le dio poderes a su esposa y puso a su nombre la casa donde vivían. Además, le transfirió 100.000 dólares para pagar los honorarios del letrado.

En busca de un sicario

Lo que Michael no podía imaginar es que su propia esposa estaba involucrada, era quien llamaba a la policía inventándose acusaciones y quien colocaba droga entre sus pertenencias. Ante la imposibilidad de salirse con la suya, Dalia ideó un nuevo plan: contratar a un sicario para matarlo.

Para ello contactó con uno de sus amantes, Mohammed, con quien seguía teniendo una relación sentimental y sexual tras el casamiento. Él sabría a quién buscar. Incluso llegó a enviarle un mensaje dejando clara su intención: “Realmente lo odio y quiero que se pudra”.

Momento de la reunión grabada entre Dalia Dippolito y el supuesto sicario (un policía encubierto)

Momento de la reunión grabada entre Dalia Dippolito y el supuesto sicario (un policía encubierto)

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Con toda esta información, Mohammed sintió remordimientos y lo denunció a la policía. Les explicó el plan de Dalia y los agentes idearon la forma de que la mujer cayese en una trampa. Mohammed tenía que convencer a Dalia de reunirse con el supuesto sicario, que en realidad era un policía encubierto, y así lo grabarían todo.

Mohammed, Dalia y el presunto asesino quedaron en un aparcamiento y hablaron del asesinato de Michael. Ella entregó fotografías del marido y 1.200 dólares para comprar el arma y expresó su deseo. “¿Definitivamente quieres hacer esto?”, le preguntó el policía camuflado. “Estoy segura. Como un 5.000% segura”, recalcó. Cuando el falso sicario le explicó que pegaría dos tiros en la cabeza a Michael, ella ni siquiera se inmutó.

La encerrona

La mañana del 5 de agosto de 2009 era el día elegido por Dalia para matar a Michael: el sicario entraría en la casa aparentando un allanamiento y un robo fallido mientras ella se encontraba en el gimnasio. Esa era su coartada. 

Pero, en cuanto Dalia salió por la puerta, los investigadores del caso se personaron en la casa para informar a la víctima de la trama. Michael no daba crédito. Solo se lo creyó cuando vio y escuchó la grabación de la reunión con el supuesto asesino a sueldo.

Dalia Dippolito llora cuando le comunican el supuesto asesinato de su marido

Dalia Dippolito llora cuando le comunican el supuesto asesinato de su marido

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Minutos más tarde, la policía teatralizó el asesinato haciendo creer a la viuda negra que su marido había sido asesinado. Una vez en comisaría con la excusa de identificar al posible autor, la arrestaron por incitación a cometer asesinato en primer grado. Y le dejaron bien claro que lo tenían todo grabado.

Por último, uno de los detectives abrió la puerta de la sala de interrogatorios y le mostró a Dalia lo que menos se imaginaba: su marido Michael estaba en el umbral mirándola incrédulo y vivo. “Dios mío, ven aquí, por favor. Mike, ven aquí”, le rogaba Dalia. “No puedo. “No puedes arreglarlo”, respondió él. Su mundo se había venido encima.

Dalia Dippolito se entera de que su marido Michael está vivo

Dalia Dippolito se entera de que su marido Michael está vivo

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El juicio contra Dalia Dippolito se inició en abril de 2011 y su abogado alegó en su defensa que aquello en realidad había sido un complot preparado por el mismísimo Michael para aparecer en un programa de televisión y que Dalia simplemente estaba actuando.

Este argumento tan rocambolesco se debía a que, tanto la citada reunión como el momento de la detención de Dalia y su encuentro posterior con Michael, fueron grabados por el equipo del famoso programa Cops y emitido bajo el título de Smooth Criminal.

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Ninguna de las justificaciones que se escuchó en sala convenció a los miembros del jurado. Dalia Dippolito fue declarada culpable de incitación a cometer asesinato en primer grado y condenada a 20 años de prisión.

Tres meses después, el juez acordó su libertad bajo fianza de 500.000 dólares y decretó su arresto domiciliario mientras esperaba el resultado de su apelación. Tres años más tarde, se anuló el juicio por fallos procesales y se realizó uno nuevo en diciembre de 2016. El jurado no llegó a un veredicto y se volvió a anular.

Dalia Dippolito durante uno de los juicios

Dalia Dippolito durante uno de los juicios

Getty

Fue en un tercer proceso judicial en 2017 cuando la condenaron a 16 años de cárcel y, desde entonces, continúa encerrada en la prisión estatal de Florida, en Ocala. La viuda negra sigue a la espera de su recurso ante el Tribunal Supremo: mantiene su inocencia y que fue engañada.

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