Las puertas del emblemático restaurante de Mediaset volvían a abrirse una semana para dar la bienvenida a una nueva tanda de comensales dispuestos a darlo todo en la complicada -y a veces impredecible- búsqueda del amor. Y es que First Dates, el espacio conducido por Carlos Sobera, no descansa ni en verano. Uno de los protagonistas de la noche del lunes ha sido Ernest (32), un gestor cultural afincado en París que se definía como un hombre con códigos estéticos más femeninos que masculinos.
En el amor, no había tenido nada de suerte. ''Solo me he enamorado una vez. Tuve una relación de 4 años y desde entonces no me he permitido tener una relación a ese nivel. Tampoco le he puesto empeño, no ha sido una prioridad'', confesaba. Por ello, quería conocer a un hombre más mayor, alto y completamente opuesto a él.
Ernest en 'First Dates'
''Por ejemplo, Abascal me pone bastante potentorro. Es bastante golosín'', declaraba. El equipo le había preparado una cita con Jon (34), un 'property manager' (administrador de propiedades) de Barcelona, al que muchos describían como 'un dios griego'. A priori, el natural de Barcelona encajaba en los requisitos de Ernest. Pero el problema fue que Ernest no era lo que Jon estaba buscando, por lo que su rostro fue un auténtico poema nada más cruzar las puertas. ''¡Qué serio te has puesto! ¿No te ha gustado lo que has visto?'', le decía Carlos Sobera en la entrada.
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''Pensaba que era una broma o que era el amigo de mi cita. Es muy bajito, pesa 50 kg, es frentudo...Es que parece la bruja piruja. No me gusta nada. No pegamos ni con cola. ¿Qué hago con ese señor?'', sentenciaba el soltero ante el equipo. A pesar de su nefasta primera impresión y de dudar incluso si entrar o no al restaurante, el catalán accedía sin problema a tener una cita a ciegas con Ernest.
Ernest y Jon en 'First Dates'
Una vez sentados en la mesa, los solteros comenzaban la velada compartiendo detalles sobre su historial amoroso. ''He tenido solo tres parejas'', contaba Jon. ''Son muchas, yo una'', replicaba Ernest. ''¡Qué pocas'', le decía el soltero catalán. ''Me ha dado mucha confianza desde el primer momento. Me he sentido muy a gusto'', reconocía Ernest ante el equipo.
La fascinación de Ernest aumentaba con el paso de los minutos. Y es que no había nada que no le gustara del soltero. ''Todo ha sido positivo, me parece un chaval interesante y divertido. Es un tío muy carismático'', confesaba. Sin embargo, la opinión del catalán seguía siendo inamovible. ''Le respeto mucho y no me gustaría herirle, pero cuando le he visto, he flipado. La bruja piruja'', insistía.
Ernest y Jon en 'First Dates'
En un momento dado de la velada, Jon se ausentaba de la cita por un motivo de peso: demostrar a Ernest y al público presente sus dotes artísticas. ''No me lo esperaba para nada. Ha sido una fantasía. Tendría con él una segunda cita para seguir conociéndole un poco más'', declaraba el gestor cultural. ''Físicamente, es lo opuesto a lo que me gusta. Ni pagando me acostaría con él'', sentenciaba Jon. El desenlace fue como estaba previsto: cada uno por su lado pero con la intención de reencontrarse como amigos en París.