Presentarse a First Dates no es sinónimo de éxito en el amor. Muchos cruzan las puertas del emblemático restaurante con la ilusión de conocer a alguien afín. Sin embargo, la realidad es que la gran mayoría de comensales se marchan tal y como llegaron: en solitario.
Pero eso no significa que todo esté perdido. Fracasar una vez en el programa de Carlos Sobera puede dar lugar a una segunda cita mucho más placentera. Esto es lo que le sucedía a Esmeralda (38), una esteticista y manicurista de Venezuela, que residía actualmente en Tenerife y que volvía con ganas al dating show. Se definía como una chica habladora, sociable y alegre.

Stefano en 'First Dates'
Su primera cita en el programa no llegó a buen puerto porque, según explicaba, el chico era bisexual. ''Yo soy muy heterosexual. No ando en esa onda'', decía. Tras este bache emocional, la soltera estaba de nuevo abierta a encontrar a su media naranja: un hombre con buenos cimientos, valores firmes y dispuesto a construir una relación seria. El equipo le había organizado una cita con Stefano (42), un jefe de hotel de Tenerife, pero natural de Italia, que quería dar con la persona de sus sueños. ''Necesito amor. Quiero la mujer de mi vida como la quiero yo y hasta que no la encuentre no voy a perder el tiempo con otras'', confesaba.
Por ello, cuando vio a la soltera, tuvo claro que Esmeralda no era la mujer de su vida. ''Físicamente, es demasiado para mí'', aseveraba él. ''Me ha gustado el pelo, su barba canosa y que sea delgado'', declaraba ella. Tras brindar por una velada amena, el presentador acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada descubriendo que vivían a tan solo 15 minutos en coche.

Esmeralda y Stefano en 'First Dates'
Esta conversación dio pie al primer ataque de sinceridad de la soltera: ''¿Por qué algunos italianos son repelentes y otros son simpáticos y ni parecen italianos?''. ''Creo que hay de todo en el mundo'', replicaba él. Pero la situación daba un giro radical cuando Esmeralda descubría que Stefano trabajaba en un hotel de cinco estrellas: ''Allí en los hoteles de Tenerife hay una gran fama de libertinaje total''.
En un punto de la velada, el soltero contaba que tenía dos hijas y que una rutina perfectamente balanceada y bajo control. ''Me gusta saber lo que hago y cómo tengo que hacerlo'', dejaba claro. ''Me gusta que tenga compromiso, disciplina y responsabilidades'', recalcaba ella. Momentos después, la soltera daba un giro radical a la conversación, poniendo sobre la mesa un tema de vital importancia para ella: ''Las hijas siempre van a querer un patrón semejante a lo que el padre les dio. ¿Tú eres ese patrón que quieres que ellas repitan con un hombre?''.

Esmeralda y Stefano en 'First Dates'
''Yo me considero buena persona'', replicaba el italiano. ''¿Y qué te hace buena persona?'', insistía ella. ''Soy respetuoso, educado trabajador'', contestaba Stefano. ''¿Y qué es el respeto para ti? Disculpa que te haga tantas preguntas, pero a veces tienden a definir el respeto de una manera totalmente diferente a la mía'', preguntaba la soltera, dejando al soltero sin palabras.
Stefano, que no sabía dónde meterse, solo pudo responde: ''Ser buena persona''. Lo que dio lugar a una nueva pregunta de Esmeralda: ''¿Qué es ser buena persona? Es lo que quiero que me digas''. ''Es un poquito rara la chica'', sentenciaba él ante el equipo. Tras compartir un momento a solas en el reservado del programa, los solteros volvían a verse las caras en la decisión final, donde Stefano rechazaba una segunda cita.