Los expertos recalcan que los jabalíes no deben ser criminalizados por la peste porcina africana. Pero la estrategia diseñada (con asesoramiento de los técnicos expertos en brotes de peste porcina africana de la UE) para confinar el foco de la enfermedad en su reducto en Bellaterra los pone en el punto de mira. Y se ha diseñado una estrategia con dos frentes. En la zona cero (donde se hallaron los animales muertos que dieron positivo) se toman todo tipo de medidas para matener el cerco a los jabalíes con vallas perimetrales en las vías de comunicación (carreteras y ferrocarriles), con lo que la mayoría morirán por contagio, pues hay que evitar que dispersen el virus. En un segundo círculo, en las áreas de mayor densidad de animales, se efectuarán las capturas selectivas (el sacrificio) de jabalíes a cargo de profesionales. La caza deportiva ha sido prohibida en los 91 municipios catalogados por la UE como zona infectada.
Los expertos de la Comisión Europea que visitaron Catalunya la semana pasada recomendaron que en la llamada zona cero, donde aparecieron los jabalíes muertos, se deje que el virus actúe y no se capturen animales, para que no se espanten y no diseminen el virus. Pero en paralelo, en las proximidades se debe llevar a cabo un plan para reducir las densidades de jabalíes y crear zonas blancas, libres de jabalíes. ¿Por qué?
“En este segundo perímetro se tienen que capturar el máximo número posible de animales para que, si llega el virus, no encuentre al huésped que lo acoja. Si no hay huésped, no se puede reproducir el virus. Se sacrifican animales para cortar el frente de avance de la epidemia y evitar que mueran muchos más”, dice Carme Rosell, experta en gestión de fauna salvaje que asesora al Govern.
En la zona cero van a morir prácticamente todos los animales porque el virus está circulando
El objetivo clave es que el virus (y los jabalíes que los albergan) no se escape de la llamada zona cero, el área donde han aparecido los 13 animales muertos muy cerca de Bellaterra, en un territorio que forman la AP7, la C-16 y la C-58,
La misión es “que los jabalíes no se muevan de aquí, que no sufran ningún tipo de perturbación” que les haga huir o salir de ese perímetro, pues es vital que no diseminen la enfermedad fuera del núcleo restringido. Aquí no se les captura, no se aporta alimento, ni se les quita alimento, no se hace nada, excepto la recogida de cadáveres. Por eso se han restringido los accesos al medio natural (para no perturbarlos ni tener riesgo de transporte del virus por actividades humanas).
“Intentamos que los jabalíes se queden tranquilos. Desgraciadamente, en esa zona van a morir prácticamente todos los animales porque el virus está circulando”, dice Rosell. “Se deja actuar al virus porque no hay manera humana de que ahí podamos contenerlo”. Es difícil estimar un número, pero en esta área puede haber más de un centenar de jabalíes; en toda la zona infectada de alto riesgo la densidad (ver mapa) es de 4 a 5 jabalíes por km2.
Las tareas para prevenir los contagios “durarán semanas”, resaltan los expertos que interviene
El gran esfuerzo se ha centrado en colocar barreras, vallas y cercados eléctricos para intentar que no pase ningún jabalí infectado. No es descartable que algún ejemplar pueda escapar, pero los equipos logísticos han definido “estrategias abiertas y adaptables que pueden cambiarse día a día en función de los casos positivos o de otras circunstancias que puedan darse”.
El dispositivo también ha sido ideado para que se puedan cerrar, temporalmente, los pasos inferiores de fauna (que discurre debajo las infraestructuras) por donde se mueve esta fauna, o que se corte algún paso o vía de comunicación. “Todo lo que se pone en marcha es indispensable, aunque temporal. Los vallados y cierre de pasos no van a ser para siempre”, añade Rosell.
El segundo perímetro, la zona blanca donde se llevarán a cabo las capturas de jabalíes, recibe esa denominación aludiendo a que, si por desgracia el virus sigue avanzando, no encuentre nuevos jabalíes a los que infectar. “Hacemos un cortafuegos ; y, para ello, se llevarán a cabo capturas de jabalíes, que las harán profesionales. No es caza deportiva”, insiste
El jabalí no es culpable del brote de la peste porcina africana, pero es la clave para su contención
“Trabajamos con un virus que es un búnker, con una resistencia y una capacidad de mantenerse vivo enorme, incluso, en el suelo si ha habido una carcasa de un animal contagiado”, añade Rosell. “El jabalí no es culpable del brote de la peste porción africana, pero es la clave para su contención”, sentencia.
Esa experta resalta que la estrategia de contención del virus que se está aplicando ha sido avalada por los veterinarios expertos de la Comisión Europea. “No estamos improvisando, sino que estamos actuando conforme a lo que se ha aprendido en los 13 países que se han infectado antes que nosotros, aunque ahora, al tratarse de una cepa desconocida, con más razón todavía hay que ir adaptando la gestión, al seguimiento que se hace día a día”, explica.
“Yo no sé si lo conseguiremos, pero lo que sí sé es que estamos trabajando con los mejores medios y tecnologías posibles, con toda la estrategia, con toda la información y la ayuda de estos países que han tenido el problema antes que nosotros y han conseguido contenerla. Para nada hemos tirado la toalla, como alguien ha dicho”, sentencia Rosell.
Zonas de picnic de la UAB cerradas con un cartel que alerta de la presencia de la peste porcina hallada en jabalíes de la zona esta semana
La estrategia que se aplica para contener el virus ha sido avalada por los veterinarios de la Comisión Europea
“Pero sí que tenemos que prepararnos para semanas. Esto no va a acabar en dos días”. Además, las directrices en las distintas zonas pueden ir cambiando en función de la evolución del brote que obligará a ir adaptando las estrategias. Rosell recuerda que “en los 91 municipios de la zona infectada está prohibida la caza deportiva, aunque sí se prevé la colaboración de los cazadores que ayudarán a controlar la densidad en zonas alejadas del foco. “Es caza destinada a la gestión y contención del brote”.
La población de jabalíes en Catalunya se cifra en unos 200.000 animales, con mayores densidades en el Empordà y la Garrotxa mientras que en otras hay muchísima menos. “Globalmente bajó durante los años de la sequía (2023-2024), pero ha vuelto a remontar y está remontando de nuevo”.
Rosell opina que “no podemos seguir normalizando el ver a jabalíes hurgando en papeleras, o en contenedores”, pues todo esto “es una bomba de relojería”. También cree necesario admitir que hasta ahora como país “hemos fracasado en los esfuerzos para contener” la presencia de estos animales. Por eso, sostiene que, aparte de las actuaciones que se pueda llevar a cabo ahora, “debemos abordar una estrategia pensado en el largo plazo”.

