El exceso de población de jabalíes representa una de las preocupaciones más serias para el gobierno regional, debido a la posibilidad de que actúen como portadores del virus de la peste porcina africana. Estos animales también son fuente de otras patologías, provocan perjuicios en los cultivos, generan incidentes viales y causan significativas perturbaciones en el medio ambiente.
Entre las campañas de 2000/2001 y 2024/2025, en Catalunya se han abatido poco más de un millón de jabalíes (con un total de 1.035.793), lo que supone un promedio de 40.000 anualmente y una trayectoria ascendente en años recientes. Se calcula que cada año se da caza a una tercera parte de los animales avistados. La cifra de jabalíes en Catalunya se estima entre 125.000 y 180.000.
Cada año, después de que las poblaciones disminuyen durante el invierno, se recuperan cuando llegan las temperaturas de reproducción. Después de la COVID (2020/2021), hubo un resurgimiento (los cazadores no salieron a cazar…), lo que se reflejó en más de 72.000 capturas en la temporada 2022-2023, una cantidad que posteriormente disminuyó debido a la sequía.
A pesar de todos estos esfuerzos por realizar capturas, el problema no se ha logrado erradicar, lo que para muchos evidencia que la caza no puede ser la única respuesta a este desafío, sino que se necesitan más estrategias de prevención. Por esta razón, ciertos grupos han manifestado su descontento al observar que muchas de las acciones contempladas en el plan de choque de 2022 en esta área no se han llevado a cabo o se han quedado a medias.
Estas voces estiman que la caza es “indispensable” para frenar el aumento de densidad del jabalí, una especie que no cuenta con predadores naturales que la controlen y que tiene una alta capacidad reproductora. Pero estiman que la estrategia de control también debe incorporar la ejecución de medidas para reducir el alimento disponible por el jabalí (prohibición estricta de aportar comida y protección de cultivos), lo que permitiría reducir la tasa de natalidad y, en consecuencia, el crecimiento de poblaciones. Por eso, discrepan de un plan que solo se centre en las capturas.
Además, “los últimos años se ha perdido la mitad de los cazadores”, detalla Àlex de Juan, especialista en vida silvestre, quien considera que no se puede asumir que la única respuesta sea recurrir a los cazadores. “La edad del cazador cada vez es mayor, no hay relevo generacional y al haber menos cazadores se tienen que hacer grupos, 'colles', más grandes para ser más efectivos”, señala De Juan, quien resalta las nuevas oportunidades que el lobo presenta como depredador.
Experimentos planificados
Entretanto, más indicios sugieren que la fuente del virus de la peste porcina africana hallada en jabalíes de Collserola podría haber surgido en los laboratorios del IRTA-CReSA (una entidad dependiente del Departament d’Agricultura). Dichos laboratorios, ubicados a escasos cientos de metros del sitio donde se descubrió el primer jabalí fallecido a causa de la enfermedad, tenían programados al menos dos ensayos con el patógeno durante los mismos días en que se manifestó el primer jabalí contagiado, de acuerdo con los expedientes de la Comisión Nacional de Bioseguridad examinados por El País.
Todas las posibilidades permanecen sin descartar respecto a la procedencia del foco de la peste porcina africana, si bien la liberación del virus desde estas instalaciones de investigación constituye una de las líneas de indagación que las distintas pesquisas en curso explorarán. “Prudencia, no saquemos conclusiones precipitada”, “hay diferentes líneas de trabajo”, “todas las posibilidades de origen están abiertas”, “dejemos trabajar a los profesionales”, reiteró en múltiples ocasiones el consejero de Agricultura, Òscar Ordeig, en el día de ayer.
La entidad europea se ocupará de la secuenciación del virus de campo, los virus de CReSA y de cualquier otra organización que haya realizado investigaciones.
No obstante, fue el Ministerio de Agricultura el que, el 5 de diciembre, planteó la posibilidad de que hubiera ocurrido una fuga desde las instalaciones del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA), un lugar donde se manipulan patógenos de riesgo para desarrollar curas y vacunas.
El Ministerio de Agricultura señaló que el material genético del virus de Collserola sugiere que proviene del patógeno inicial que ingresó a Georgia en 2007. La cepa del virus Georgia 2007 sirve como virus de referencia, comúnmente empleado en infecciones experimentales para investigar el virus o valorar la efectividad de vacunas, las cuales se encuentran en etapa de desarrollo. Todos los virus que circulan en los estados miembros corresponden a los grupos genéticos 2-28, y no al nuevo grupo genético 29 al que pertenece el virus responsable del brote de Collserola (parecido al grupo genético 1 que circuló en Georgia en 2007).
Primer ensayo
La primera prueba realizada en las instalaciones del IRTA-CReSA estaba programada para octubre y noviembre, con la finalidad de evaluar un prototipo de vacuna en quince cerdos, administrando mediante inyección intramuscular un virus de la cepa Georgia/2007/01 que había sido alterado genéticamente. Los informes presentados a la Comisión Nacional de Bioseguridad ratifican que el laboratorio estuvo manipulando el virus durante esas mismas fechas.
El informe anterior del CReSA destacaba que las labores se llevarían a cabo “en instalaciones de bioseguridad de nivel 3, para eliminar cualquier probabilidad de que los virus se diseminen al medio ambiente”. El documento especificaba las precauciones tomadas para prevenir una fuga, tales como la exigencia de duchas para el personal de investigación y un sistema de filtración doble y absoluta para el aire expulsado, entre otras disposiciones.
La prueba realizada en octubre y noviembre fue dirigida por Fernando Rodríguez y Jordi Argilaguet, quienes encabezan el equipo de peste porcina africana en el CReSA. Su grupo ha creado un borrador de vacuna utilizando una variante del virus que se detectó en Badajoz en 1971 y que ha sido alterada genéticamente. En este tipo de estudios, es común someter a los animales inoculados a una forma virulenta del virus, tal como la cepa Georgia/2007/01.
El segundo ensayo
El IRTA-CReSA ha sostenido hasta la fecha que “la información disponible en estos momentos sigue siendo insuficiente y, a día de hoy, no se dispone de ninguna evidencia científica que explique el origen del brote”.
En noviembre se inició una segunda prueba con el virus de la peste porcina africana en Bellaterra, llevada a cabo por el equipo del CReSA. En esta ocasión, la meta era evaluar en 20 cerdos dos vacunas experimentales creadas por el grupo de la viróloga Yolanda Revilla, perteneciente al Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, ubicado en Madrid. No obstante, tres científicos no comprenden cómo un virus de esta naturaleza podría escapar de un laboratorio de máxima seguridad, a menos que fuera intencionalmente extraído por alguien.
Los expertos se dan su tiempo
Estudio del Ministerio de Agricultura
El panel científico del Ministerio de Agricultura se ha fijado un límite de mes y medio para entregar el reporte preliminar sobre el brote del virus, mientras que el conseller Ordeig añadió que “el laboratorio europeo hará la secuenciación tanto del virus de campo y de los virus del CReSA, y, si es el caso, de otras empresas que también hubieran podido investigar con otra cepa”. En RAC1, Ordeig no excluyó la posibilidad de “sabotaje”.
Entretanto, ayer se ratificaron tres contagios adicionales de jabalíes con peste porcina africana en la zona cero de Cerdanyola, elevando a 16 el total de suidos afectados, si bien ninguno se ha detectado fuera del perímetro establecido.
Otras investigaciones previas
Hasta el momento, no hay información concluyente.
De acuerdo con múltiples informes, la programación de pruebas con el virus de la peste porcina para octubre o noviembre no es un factor decisivo. El patógeno pudo haberse liberado hace semanas o meses; es muy resistente y puede permanecer en contacto con desechos durante un largo período antes de infectar a los jabalíes. Tal como se comunicó previamente Guyana Guardian, varias investigaciones publicadas en publicaciones académicas por especialistas del CReSA indican que en fechas recientes (previas a la aparición de los jabalíes fallecidos) se han realizado pruebas con la cepa Georgia 2007 de la peste porcina en una de las seis instalaciones de bioseguridad de nivel 3 que el CReSA opera actualmente en Bellaterra.
Agents Rurals
Barreras instaladas para evitar que los jabalíes salgan de la zona de alto riesgo, con el fin de impedir la propagación de la enfermedad.
Los Agentes Rurales, dependientes del Departamento de Interior, han identificado y aplicado medidas de control en 54 puntos de cruce de fauna en carreteras y vías férreas, ubicados en el área de alta peligrosidad debido al brote de peste porcina africana.
Por un lado, se han clausurado 32 puntos de acceso esenciales en un perímetro de 0 a 6 kilómetros (próximos a 4.000 ha.), particularmente en la zona delimitada por las arterias viales principales AP-7, C-58 y C-16, además de la infraestructura de trenes.
Además, en colaboración con los gestores de infraestructuras (Ferrocarriles Catalanes, ADIF y las carreteras estatales), se están abordando otros 22 puntos para subsanar problemas con el cercado.
La finalidad de estas 54 barreras es impedir que los jabalíes ubicados en el área afectada logren escapar y diseminen esta dolencia. Dicha táctica contribuye igualmente a limitar la movilidad de otros mamíferos que, si bien no padecen esta afección, podrían actuar como vectores de su propagación.
Tras la colocación de los cierres, los Agents Rurals efectúan una supervisión diaria para asegurar su correcto funcionamiento y realizar las modificaciones necesarias. Se ha completado la intervención en los pasos de fauna de mayor envergadura y se están llevando a cabo labores de exploración para detectar pasos de fauna de menor tamaño.
Antoni Mur, the head of Agents Rurals, explains the halt in animal movement in Rubí. All planned permanent enclosures have been erected to ensure the obstruction of wildlife pathways within a six-kilometer radius of the affected site in Cerdanyola.
Radio de 20 kilómetros
La entrada al área natural se ha limitado hasta el domingo, permitiéndose únicamente el acceso a los "grupos organizados".
El acceso al entorno natural en un radio de 20 km (abarcando 91 municipios) alrededor de la 'zona cero' afectada por la peste porcina continuará restringido hasta la medianoche del domingo 14.
Sin embargo, no se concederá el acceso a los “grupos organizados” con el fin de prevenir una afluencia excesiva de individuos y reducir las posibilidades de contraer el virus y su propagación.
Dentro de un perímetro de 6 kilómetros, abarcando 12 localidades, esta prohibición permanece en efecto indefinidamente.


