Xesco Espar (Barcelona, 1963) no tiene apenas un hueco en su agenda. Hace tiempo que terminó su carrera como jugador de balonmano y entrenador de jóvenes y también del primer equipo del Barça (2004-2007). Consiguió —contra todo pronóstico— ganar una Champions en su primer año al frente del banquillo blaugrana. Solo él sabía que lo podía conseguir. Durante años había estudiado cómo las empresas de todo el mundo gestionan equipos y cuál era el secreto del éxito, y lo aplicó al mundo del deporte. Ganó también la Liga ASOBAL, la Copa del Rey, y la Supercopa de España. Ahora son las empresas las que lo reclaman para que les ayude a conseguir el liderazgo.
Da más de 80 conferencias al año sobre trabajo en equipo y motivación, y continúa (desde 1991) como profesor en el Instituto Nacional de Educación Física de Catalunya (INEFC), donde ha tenido alumnos como Pep Guardiola. Tiene una academia online de entrenadores y es autor de libros de éxito como Jugar con el Corazón. La excelencia no es suficiente. Es padre de las medallistas olímpicas de waterpolo Anni Espar (oro en los JJ. OO. de París, plata en Londres y Tokio, además de campeona tres Europeos y un Mundial) y Clara Espar (plata en Tokio, oro en el Europeo de Budapest y plata en el Mundial de Gwangiu, entre otros). Entre una tarea y otra, conseguimos que Espar guarde un espacio a La Vanguardia.
Hay un momento en que el dinero hay que gastarlo en las cosas que nos mejoran a nosotros
Hoy en día, sigue entrenando, dando clases, conferencias, estudiando… es difícil encontrar un hueco en su agenda. ¿Es necesario este ritmo, pasados los 60?
Yo tengo un principio: cada década es el soporte de la siguiente. Los 60 empiezan a los 50. Y yo, como tengo 62, me estoy preparando ya para mis 70. Sé que ahora estoy bien porque me he cuidado. Pero como estaré en el futuro, depende de lo que haga ahora.
Qué es más importante, ¿prepararse mental o físicamente?
La actividad física es muy importante, doy un ejemplo. Cada tres años, un kilo de musculatura se convierte en un kilo de grasa. Pesas lo mismo, pero la grasa ocupa el triple. Así que tenemos que tomar la iniciativa y cuidarnos. Antes, la gente moría a los 50 años. Ahora tenemos que preparar el cuerpo para que estos años extra que vivimos tengan más calidad. Y a partir de los 50 es fundamental la nutrición.
Dicen que la dieta mediterránea es la que alarga la vida…
Yo siempre había mantenido una dieta alcalina, que controla los residuos que quedan en el cuerpo después de la digestión y la metabolización. Pero ahora he incrementado la proteína: una comida de proteína al día. La diferencia entre una persona joven y una mayor es la masa muscular. Si no pierdes masa muscular, no te haces tan mayor. Continúas teniendo energía, porque la masa muscular se construye con proteína. Necesitamos esta proteína y hacer ejercicio físico.

Xesco Espar, exjugador y entrenador de balonmano, profesor y conferenciante. En las instalaciones de INEFC donde imparte clases.
¿Cuál es la rutina de un ex deportista como usted?
Voy al gimnasio cuatro días a la semana. Pero no hago deporte competitivo, solo actividad física: pesas, cinta, elíptica. Cosas en las que yo controlo el movimiento. A partir de los 50, si haces deporte competitivo, tienes un alto riesgo de lesionarte. Otra cosa que hago - y que nunca lo hubiera pensado - es ir un día a la semana a bailar. ¡Bailo sevillanas! Entender y coordinar los pasos de las sevillanas es un ejercicio de matemáticas sublime. También bailo bachata, salsa… Lo hago desde hace dos años y es muy saludable para la mente y para la coordinación del cuerpo. Siempre había sido un desastre. Hay mucha gente que a lo mejor no valora apuntarse a bailar o al gimnasio. Yo creo que hay un momento en que el dinero hay que gastarlo en las cosas que nos mejoran a nosotros. Porque aparte de vivir más, hay que hacerlo con más calidad.
Usted siempre ha explicado que gasta mucho dinero en formarse, en estudiar. ¿Todavía lo hace? ¿Qué estudia?
Claro que sí. Para mí, una de las cosas más importantes es entender el mundo. Por eso bailo sevillanas, para entenderlas. Por eso leo libros, para aprender y entender más cosas. En uno de estos cursos a lo que asistía, conocí al coach Tony Robbins. Era en el 2000 y fue clave para mí. Él me hizo ganar confianza. Fue entonces cuando me marqué como objetivo ser entrenador del primer equipo de balonmano del Barça. Diseñé qué tenía que hacer y hasta me apunté a un curso de negociación profesional con un bróker de Wall Street. Cuatro años después, lo conseguí.
La mayoría de las personas viven una vida expectante, a ver qué ocurre; yo creo que hay que decidir qué cosas quieres y vivir la vida con intención
Joan Laporta lo nombró entrenador cuando su nombre no estaba en ninguna de las quinielas.
Yo había sido durante muchos años entrenador del equipo juvenil y junior de balonmano, pero en ese momento llevaba tiempo trabajando como preparador físico del primer equipo. Cuando Valero Rivera lo dejó de entrenar, empezó a sonar el nombre de posibles sustitutos, todos extranjeros. Y yo pensaba: ¡Pero si estoy aquí! ¿Por qué nadie piensa en mí? El problema es que no pensaban en mí porque me veían como el preparador físico. Conseguí concertar una reunión con Joan Laporta. Me concedieron 10 minutos. Y el día anterior, durante 5 o 6 horas, estuve preparando lo que le tenía que decir.
Se presentó con un “Buenos días, aquí tiene al Xesco 4.1”, ¿qué le dijo el presidente?
Quedó desconcertado, no me entendía. Y se lo repetí. Le dije que el Xesco que tenía delante, no era el 3.0 ni cualquiera de los anteriores. Hice lo que se llama un reframe, que es cambiar el marco de inicio de la reunión. Le expliqué que, efectivamente, era el preparador físico, pero que también era entrenador, y que también tenía muchos otros conocimientos sobre los que me había formado. Le expliqué lo que haría el primer año con el equipo y también le dije que ganaríamos la Champions. Y la decisión fue casi inmediata: me convertí en el nuevo entrenador del Barça y en la primera temporada conseguimos la Copa de Europa, para sorpresa de muchos.
¿Cómo lo consiguió?
Uniendo la preparación táctica con la emocional. Teníamos casi todo programado. Tenía planes de trabajo realizados con Excel, todo era una gran check list. En esa época nadie trabajaba así. Nosotros lo hicimos y lo conseguimos. Además, nuestra preparación emocional y de equipo dio un salto gigante. Yo incluso tenía los móviles de los principales grupos de animación del Palau para hablar con ellos antes y después de los partidos para que viniesen en masa a animarnos. A menudo, cuando ha habido una derrota en un partido de fútbol o cualquier otra disciplina, escuchamos aquello de “los jugadores no han leído el partido”, y esto es uno de los principales errores que se cometen. Los jugadores no tienen que leer un partido, yo quiero que lo escriban ellos. Es como en la vida, la mayoría de las personas viven una vida expectante, a ver qué ocurre. Yo creo que hay que decidir qué cosas quieres. Hay que vivir la vida con intención.
¿Y qué versión de Xesco tenemos ahora?
La 6.2 porque la numeración corresponde siempre a mi edad! Cada año me actualizo, como los ordenadores. Cada año tengo que ser mejor. Hay que decir que tres años después de estar en el Barça me echaron, pero yo ya tenía previsto qué haría cuando saliera. Yo quiero que siempre me pasen cosas buenas, pero si me pasa una mala (como esa), la reacción será más rápida si estoy preparado. Diseñé mi carrera como conferenciante internacional y aquí estoy. Antes pensábamos que la seguridad estaba en la zona de confort. Ahora es al revés. La seguridad está siendo capaz de vivir sintiendo que tienes el control en la incertidumbre.
La seguridad está siendo capaz de vivir sintiendo que tienes el control en la incertidumbre

Xesco Espar, exjugador y entrenador de balonmano, profesor y conferenciante. En las instalaciones de INEFC donde imparte clases.
Tengo entendido que todavía planifica no solo el trabajo, sino su vida al detalle.
Vivo la vida como cuando era entrenador. Los viernes por la noche o los domingos por la tarde planifico la semana. Cuando vives al día, tienes la sensación de que no hay tiempo para todo, pero si vives semana a semana, dentro de una semana hay muchos espacios para ubicar actividades. Tengo un sistema personal para hacerlo: Primero defino cuáles son mis roles: soy padre, pareja, tengo una familia, también soy profesor y conferenciante, tengo una academia online de entrenadores… Miro los roles que tengo, y como me marco unos objetivos, apunto las tareas que debo hacer: los días que tengo que ver a mis hijos, cuando les tengo que escribir un mensaje, y lo voy situando todo en mi semana.
¿Y no deja espacio a la improvisación? ¿No es bueno a veces improvisar planes?
Cuando tengo toda la semana organizada puedo improvisar, porque entonces sé dónde tengo huecos y como puedo recuperar lo que debía hacer. Pero cuando no tengo nada organizado no puedo improvisar, porque entonces no voy a hacer tampoco nada de lo que debía hacer. Lo mismo pasa en el deporte y en la empresa: Cuando un equipo está organizado es más creativo porque no se tiene que preocupar de la estructura básica. Yo vivo para dejar un legado y quiero que sea un ejemplo.
¿Siempre hay que tener objetivos? ¿Cómo los decidimos?
A veces marcarse un objetivo es más fácil de lo que creemos. No se trata de grandes cosas. Es pensar: “cuando tenga 80 años, como quiero estar? ¿Y cómo estoy ahora?”. A partir de ahí, si quieres salud, tienes que pensar en cómo cuidarte. Como entre los 30 y los 50 años el cuerpo lo aguanta todo, no te das cuenta, pero a partir de ahí, hay que cuidarse.
A veces da pereza… ¿Cómo se combate?
Este tema salió precisamente hace poco en una reunión con directivos. Y les dije: tengo una estrategia infalible para haceros adictos al ejercicio físico. Y me decían: “imposible”. “¿La haréis si os demuestro que es factible?”, y me dijeron que sí: les explique que buscasen un entrenador personal que fuera a su domicilio. Y que les pagaran 3 meses por adelantado dos clases a la semana. Tendrían un chico o una chica hipermotivados (¡son los que vienen a mis clases de INEFC!) y que, además, si estos directivos no tenían material, los entrenadores lo llevarían. En solo tres meses, te das cuenta de los beneficios de hacer ejercicio, y ya no lo podrás abandonar.
Existe el peligro de que las agendas de los entrenadores y jugadores se llenen de eventos y compromisos que poco aportan y que los distraen
Hablando de jefes, y ya que usted da conferencias a tantos a lo largo del año, ¿tenemos buenos jefes?
Es muy importante diferenciar entre liderar y dirigir. Tenemos buenos directivos, pero faltan muchos líderes. Liderar es inspirar, apelar a las emociones. Y dirigir es la parte técnica. La mayoría de la gente llega a dirigir una empresa por sus cualidades técnicas, y la empresa funciona, pero hay fricciones. Les falta capacidad de liderazgo.
Y a los trabajadores, ¿qué les decimos?
Yo les diría que no cambien de trabajo hasta que tengan claro que en otro sitio ganaran el mismo dinero. La gente no deja trabajos, la gente deja jefes. Hay dos tipos de personas: con hijos y sin hijos. Y cada uno debe ser consciente de dónde está y debe poder diseñar el futuro desde su puesto. Si no tienes ninguna responsabilidad, es más fácil irte. Hay que marcar unos objetivos económicos, porque, en general, puedes hacer más cosas cuanto más dinero tienes. Yo calculo lo que necesito para mis roles personales (lo que necesito para mí y mi familia), y en función de esto veo el dinero que tengo que ganar y como lo puedo conseguir.
¿Hansi Flick es un buen líder?
A la vista de lo que consiguió el año pasado, yo diría que sí es un gran líder. El equipo no solo jugaba bien, sino que los jugadores se dejaban el alma. Eso muestra talento en la dirección y capacidad de liderazgo. Creo que por eso conectó bien con el presidente.
El año pasado, en su primero como entrenador, estuvo a punto de conseguir la Champions… pero quedó eliminado en semifinales. ¿Qué falló? ¿El equipo no estaba todavía preparado?
Por lo que vi el equipo era demasiado joven y todavía le faltan vivencias de ese tipo. Y los eliminaron precisamente un equipo que sobre todo tiene ese tipo de vivencias. Cuando pierdes una final, aprendes a ganar finales, así que, si perdieron la semifinal, esperemos que hayan aprendido a ganarlas.
Y ya que estamos… ¿No tendría algún consejo para que el Barça gane este año la Champions?
No creo que Flick necesite un consejo mío. Lo que sí creo es que el principal reto que tienen es volver a mantener la misma obsesión por prepararse y competir que tuvieron el año pasado. Después del gran éxito de la pasada temporada, existe el peligro de que las agendas de los entrenadores y jugadores se llenen de eventos y compromisos que poco aportan y que los distraen.