¿Es seguro comer pescado? Una pregunta que muchos consumidores se hacen, precisamente por la cantidad de riesgos y peligros sobre los que se avisa actualmente. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), por su parte, no solo ha confirmado que se trata de una ingesta segura, sino que también es muy recomendable.
Los supermercados y pescaderías por igual, además, son los encargados de proporcionar una infinita variedad de géneros para satisfacer las necesidades culinarias de sus clientes. Estos pescados, a su vez, son una fuente de proteínas, así como los encargados de aportar omega-3 a nuestro organismo, entre otros componentes.
En este sentido, y debido a la gran demanda de este producto, el pescado se puede clasificar en función de la forma en la que se vende. La mayoría de los consumidores, sin embargo, prefieren la opción fresca, aunque también existe la posibilidad de comprarlo congelado, salado y hasta en conserva.
¿Cuál es la mejor opción para comprar pescado?
Los expertos, por su parte, señalan que el pescado es uno de los alimentos más perecederos, por lo que la mejor opción a la hora de comprarlo es que esté lo más fresco posible. De hecho, el grado de frescura se considera en muchos establecimientos como un signo de la calidad de su producto.
Pero, ¿qué significa que el pescado está fresco? Pues bien, se trata de una denominación del producto recién capturado y es muy frecuente verla en las etiquetas de la pescadería y supermercados. Precisamente por eso, se vuelve fundamental saber distinguir cuándo tiene esa frescura.
Esta ha sido la premisa en la que se ha basado un pescadero, que ha explicado algunas de las claves en las que hay que fijarse para saber si un pescado es fresco. “Para saberlo, ¡fíjate en esto!”, tal y como se ha desprendido de un vídeo publicado en la red social Instagram.
¿Cómo saber si el pescado es fresco?
El objetivo de este metraje, de algo menos de un minuto de duración, es evitar que nos “den gato por libre en la pescadería”. La clave, entonces, está en revisar ciertas partes del cuerpo del producto para discernir el grado de frescura del animal.
“Tenemos que mirar que la agalla sea rojiza, porque es donde hay acumulación de oxígeno y sangre”, ha repasado el experto. Se refiere a ese órgano respiratorio que suele encontrarse en los costados de la cabeza, aunque también es útil mirar los ojos para ver si son “brillantes”.
“La textura fuerte y un color brillante y rojizo ”, ha señalado el experto como otras de las claves en las que fijarse. En última instancia, lo más importante es que “nos entre por el ojo”, pues probablemente si tiene buena pinta es que está fresco, según ha concluido.


