FKA Twigs y Idles dominan la primera tarde del Primavera con más de 70.000 personas

Música

El arranque de la temporada de grandes festivales completó el aforo del parque del Fòrum de Barcelona

FOTO ALEX GARCIA CONCIERTO DE FKA TWIGS EN EL FESTIVAL PRIMAVERA SOUND QUE SE. ELEBRA EN EL FORUM DE BARCELONA 2025/06/05

FKA Twigs, rodeada de bailarines durante su actuación en el Primavera Sound

Àlex Garcia

Llegó la hora de la verdad para el Primavera Sound, que un año más inauguró la temporada de grandes festivales abriendo al completo el parque del Fòrum para que un reguero de 70.000 personas inundara la explanada frente al mar mientras una larga hilera de fans de la música esperaba para fotografiarse delante de la estatua de las Supernenas, que este año preside el acceso al recinto.

Desde primera hora saltó a la vista que el gran objetivo para la mayoría era Charli XCX, que debía actuar pasada la 1 de la madrugada, más de nueve horas después de abrir puertas, lo que no impidió que a primera hora de la tarde ya se vieran carreras para coger sitio en el escenario Estrella Damm. Excusa u objetivo, la meta de ver a la británica ofrecía tiempo sobrado para recorrer las diferentes sendas musicales de la tarde de ayer, desde la mezcla de flamenco y rock duro de Frente Abierto con Israel Fernández y Leila Soto al pop de factura disco setentera de Magdalena Bay o el hardcore de los contundentes Idles.

Idles reclamaron una y otra vez libertad para Palestina, involucrando al público que coreó “Free Palestine”

Lee Kiernan, de Idles, toca sobre el público

Lee Kiernan, de Idles, toca sobre el público

Alex Garcia

Y por supuesto FKA Twigs, que bien podría ser la cuarta Supernena del Primavera con el espectáculo que presentó a primera hora de la noche –había cancelado en las dos anteriores ediciones– centrado en su tercer y último disco, Eusexua. Tahliah Debrett Barnett desplegó todo su abanico de virtudes: su voz de soprano, sus temas enfocados a la pista de baile y la trabajada puesta en escena con gran protagonismo, otra vez, del baile, incluido el pool dance que la atlética artista practicó sobre el escenario.

Con nula presencia de músicos salvo la mesa de mezclas, la actuación performática y con varios cambios de vestuario fue un viaje sonoro en tres actos con alardes de voz de la soprano (notable en Strip tease o Home with you) y demostración atlética. Todo arrancó con el pop electrónico de Perfect strangers para pisar el techno, el drum & bass de Oh my love o el hip hop con la efervescente Room of fools, la percusiva Drums of death o Girl feels good, homenaje a Madonna cuya coreografía se inspiró en la del vídeo Don’t tell me de la diva del pop.

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Del caladero británico llegó otro pez gordo de la jornada, Idles, que lanzaron una andanada de punk y hardcore con bombos pesados y gruesas líneas de bajo, gustosas de retronar para martirio de los tímpanos más próximos al escenario. La aplastante Colossus abrió la brecha por la que el quinteto de Bristol introdujo los temas de Tangk, un disco más elaborado que los anteriores cuyos matices se igualan en el directo mientras Joe Talbot recordaba su desagrado por la monarquía ( “fuck the king”, en pocas palabras) y reclamaba una y otra vez libertad para Palestina, involucrando al público que coreó al unísono “Free Palestine” mientras interpretraban Wizzz. Y entre medio mucha caña: Gift horse o Pop Pop Pop de nueva factura, igualaban en contundencia y carácter a los coros punk de Danny Nedelko o el carácter de Rottweiler y otras hierbas hardcore que sonaron aderezadas por pogos constantes con Mark Bowen y Lee Kiernan tocando la guitarra mientras flotaban sobre el público. Señal de que no todo el mundo viene a los festivales a hacerse selfies para Instagram.

La tarde deparó descubrimientos como los californianos julie, distorsión y shoegaze tanto en el sonido como en la actitud que reunió a los amantes del guitarreo provenientes del concierto de Yawners, uno de los primeros de la tarde donde la salmantina Elena Nieto se encargó de calentar motores mientras Cmat reunía a la nutrida colonia irlandesa. Las alternativas pasaban por artistas que dan sus primeros pasos como Amore –con las Hinds, protagonistas el día antes, de espectadoras– o el dúo Ciutat en formato cuarteto, con órganos que recuerdan a Sisa y fumando para calmar los nervios. Dos ejemplos de pop electrónico surgidos de escuelas musicales que se cruzaron en horario con Cassandra Jenkins, Kate Bollinger y beabadoobee (dos estadounidenses y una inglesa, ¿les suena?), las dos últimas en los escenarios principales, que a a aquellas horas rebosaban ya de público en su paciente espera para que llegara la noche y la ansiada Brat.

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