Pablo Isla, ex consejero delegado y presidente ejecutivo de Inditex, es desde este miércoles nuevo presidente del gigante de la alimentación suizo Nestlé. El español toma las riendas antes de lo previsto tras darse en pocas semanas la abrupta dimisión de Paul Bulcke, presidente, y el cese del consejero delegado, Laurent Freixe, por mantener una relación con una subordinada a quien benefició.
Isla, de 61 años, se hará cargo de una histórica en tiempos de dificultades. Los inversores esperan que el grupo alimentario pueda poner fin a un período de volatilidad y de caída de las acciones, años después de la crisis inflacionaria y un consumo más comedido y centrado en marcas blancas. En seis meses los títulos se dejan cerca del 20%. El directivo tendrá que revivir la suerte del fabricante de KitKat, Nescafé o Nesquik acelerando las ventas y concentrándose en menos marcas: hoy el portfolio ronda las 2.000.
Como primer presidente que proviene de fuera de la compañía en 25 años, Isla tendrá que hacer tándem con Philipp Navratil, que ha pasado a ocupar las funciones de consejero delegado. “Debe trabajar con la junta para desarrollar una nueva estrategia para recuperar la confianza de los mercados”, analizaba hace unas semanas Ingo Speich, de Deka Investment. “Isla desempeña claramente un papel central. Tiene una enorme experiencia como consejero delegado y puede trabajar en estrecha colaboración con Navratil para dar a Nestlé un nuevo comienzo”, explicaba.
Los recientes cambios en la directiva señalan a una posible reestructuración en medio de un entorno de menor consumo. Desde la empresa se espera que se revitalicen las ventas con más inversión en producto y marcas. La primera misión pasa por calmar las aguas tras las turbulencias de las dimisiones y ceses.


