Japón es el país con la esperanza de vida más alta del mundo: se estima que las mujeres viven de media 87,32 años y los hombres 81,25. Durante años, científicos alrededor de todo el mundo han querido desvelar el secreto de su longevidad y, aunque no hay una fórmula mágica para convertirse en supercentenario, el estilo de vida y la alimentación están entre los factores esenciales que hacen de este país el más longevo.
Japón es una sociedad conformista, donde se valora la armonía y el civismo. Sus ciudadanos tienen una forma de ver la vida admirable, dominada por el optimismo y la positividad, y cuentan con una serie de expresiones y filosofías que les ayudan a minimizar el estrés para aprender a disfrutar de los pequeños placeres cotidianos.
Aunque no podamos controlar lo que pasa a nuestro alrededor, somos los responsables de aprender a gestionar nuestras emociones
Si alguna vez viajas a Japón, seguramente escucharás la palabra Shouganai, una expresión relacionada con el destino que nos anima a aceptar las cosas que están fuera de nuestro control. Traducido al castellano vendría a ser algo como “no hay nada que hacer” o “es lo que es”.
Pretender controlar lo que está fuera de nuestro alcance nos llevará a una frustración constante
Esta expresión nos enseña que, aunque no podamos controlar lo que pasa a nuestro alrededor, somos los responsables de aprender a gestionar nuestras emociones y reacciones. Pretender controlar lo que está fuera de nuestro alcance nos llevará a una frustración constante e infelicidad. En cambio, el Shouganai nos ayudará a ser resilientes y a afrontar las adversidades desde un estado de paz en el que nos enfocamos con optimismo a afrontar el cambio y la mejora, desde la aceptación de que nada se puede hacer para cambiar lo ocurrido.
Es importante tener en cuenta, que aunque haya situaciones que no dependan de ti, hay otras donde sí se tiene el control
Por ejemplo, si te han echado del trabajo, en vez de lamentarte por el despido y entrar en un espiral de sentimientos negativos, el Shouganai podría ser la clave para seguir adelante sin rencor y sacar tu fuerza interior para afrontar los nuevos retos laborales.
Un exceso de Shouganai podría derivar en fatalismo
Sin embargo, un exceso de Shouganai también podría derivar en fatalismo, esa creencia según la cual todo sucede por ineludible predeterminación o destino. Es importante tener en cuenta, que aunque haya situaciones que no dependan de ti, hay otras donde sí se tiene el control y por tanto, no se debe usar esta filosofía de vida.


