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¿Duermes mejor con una pierna fuera de la sábana? La farmacéutica Elena Monje te cuenta por qué tu cuerpo lo necesita

Curiosidades científicas

Una ligera bajada de temperatura interna es clave para conciliar el sueño profundo

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Elena Monje, farmacéutica y divulgadora, explica que una bajada de medio grado en la temperatura corporal es suficiente para facilitar el sueño profundo

Instagram | @infarmarte

Una ligera bajada de temperatura interna es clave para conciliar el sueño profundo. Sacar una pierna, un brazo o darle la vuelta a la almohada no son manías: son respuestas naturales del cuerpo para autorregularse.

¿Te has preguntado alguna vez por qué, al acostarte, te sientes mejor cuando sacas una pierna fuera de la sábana? ¿O por qué buscas con la mano ese lado más frío de la almohada? No es una rareza ni una costumbre sin sentido, y tiene una explicación científica clara, según revela la farmacéutica Elena Monje, divulgadora en redes a través del perfil @infarmarte.

Si sacas la pierna por la sábana al dormir, no estás loco: tiene explicación científica”

Elena Monje, farmacéutica

La clave está en la temperatura corporal interna. Para que el cuerpo pueda entrar en las fases más profundas del sueño, necesita enfriarse ligeramente. “Una de las señales que el cuerpo utiliza para iniciar el sueño es precisamente esa bajada de temperatura”, explica la experta.

Según detalla, ese descenso no tiene que ser brusco: basta con medio grado para que el cerebro reciba la señal de que es hora de desconectarse. “Ese pequeño cambio es clave para que el cerebro entre en fase de sueño profundo”, aclara Monje.

El papel de las extremidades

Liberar calor al ambiente

¿Cómo consigue el cuerpo esa bajada térmica? Redistribuyendo el flujo sanguíneo. Es decir, envía más sangre a la piel y las extremidades, que actúan como “radiadores” naturales para liberar calor al entorno. Por eso, sin pensarlo, muchas personas sacan una pierna, un pie o un brazo de la sábana mientras duermen, o buscan puntos fríos en la cama.

“Buscamos una superficie más fría porque es una forma instintiva de ayudar al cuerpo a regular esa temperatura interna”, explica la farmacéutica. No es casualidad, tampoco, que mover la almohada en busca de “el lado frío” resulte tan placentero: el frescor acelera el proceso de transición al sueño profundo.

Si no te enfrías, no descansas igual”

Elena Monje, farmacéutica

La bajada de temperatura corporal no es solo un detalle fisiológico: es un requisito para dormir bien. De hecho, si no se produce, puede afectar directamente al descanso. “Si esta bajada de temperatura no ocurre, vas a tardar más en dormirte y el descanso se va a ver afectado”, advierte Monje.

Los estudios lo confirman: cuando el cuerpo no logra enfriarse de forma adecuada, se reduce la proporción de sueño profundo y aumentan los microdespertares nocturnos, que a menudo ni siquiera se recuerdan, pero interrumpen los ciclos reparadores del descanso.

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Así que la próxima vez que te despiertes en medio de la noche y notes que necesitas sacar una pierna al aire, hazlo sin culpa ni rareza. Tu cuerpo está haciendo lo que sabe hacer: buscar el equilibrio necesario para dormir mejor.