El bienestar físico y emocional es uno de nuestros principales objetivos vitales. Tal y como ocurre con el cuerpo, el cerebro sufre las consecuencias del día, cada uno distinto del anterior. Tan pronto como nos despistamos, podemos sentir dolor, agotamiento, pulsaciones, ansiedad, nervios y muchas más afectaciones. El cuerpo debe estar limpio por dentro y por fuera, pero la mente también merece una atención especial.
Uno de los aspectos primordiales para mantener la cabeza estable es la paciencia, a menudo difícil de gestionar. Un aspecto en el que ha querido detenerse Patricia Ramírez, más conocida como Patri Psicóloga en redes sociales. La divulgadora y experta en salud emocional desgranaba los aspectos primordiales de la paciencia, además de dar varios consejos para conservarla con la etiqueta de “gran virtud” que siempre la acompaña.
“La paciencia se puede entrenar si aprendemos a aceptar las emociones incómodas que nos generan según qué situaciones el hambre, una respuesta a un mensaje, la sensación de perder el tiempo en una cola o en un atasco. Queremos respuestas a todo y las queremos ya. Y además, estamos en un momento tecnológico en el que todo se vuelve inmediato. No nos engañemos satisfacer un deseo inmediato nos da mucho placer pero no siempre es lo que nos conviene”, exponía.
“Primero, no confundamos el deseo con la necesidad. Tú deseas contestar, gritar, saltarte un semáforo, comerte una palmera de chocolate. Pero no lo necesitas. Lo deseas, pero no lo necesitas. Si confundes ambos términos, te comportarás de forma impulsiva, impaciente e imprudente. Párate a reflexionar: ¿de verdad necesito hacer esto en este momento?”, detallaba, también indagando en profundidad en los consejos restantes.

Patricia Ramírez
No caer en la tentación
“Dos, piensa en las consecuencias. Diferentes estudios certifican que pensar en las consecuencias negativas de nuestros actos nos ayuda a medir, a ser más reflexivos y con ello, a mantener la paciencia. Piensa también en cuál es la consecuencia real de tener que esperar. Tres, copia un modelo paciente que te inspire. Se llama aprendizaje por observación y es muy efectivo. Lo que tú no crees que eres capaz de hacer”, insistía.
“¿Quién simboliza para ti la serenidad, la paciencia? ¿Quién te inspira esa paz que te gustaría tener? Trata de describir cómo piensa y se comporta esa persona. Una vez que tengas hecho el retrato robot, solo tienes que imitar a esa persona en los momentos en los que tú sueles perder la paciencia. Y recuerda: esperar no es una debilidad, no es pasividad, no es dejar de defender lo tuyo”, sentenciaba.