La respiración es una de esas funciones vitales que se llevan a cabo de forma constante y autónoma, aunque, a diferencia de otras, sí puede ser controlada a voluntad. Una red especializada en el transporte de oxígeno a través del torrente sanguíneo, así como en la eliminación del dióxido de carbono. Sin embargo, cabe destacar el papel de la respiración para ayudar a liberar la mente. Esto se debe a toda una compleja estructura en la que el cerebro cuenta con un papel determinante, ya que respirar involucra diferentes áreas motoras, sensoriales y límbicas de este. Lo que, a su vez, permite ese control respiratorio, según señala un estudio publicado en el medio especializado ‘Biological Psychology’. Los investigadores destacan sus implicaciones terapéuticas a la hora de lidiar con la disnea, es decir, la sensación de falta de aire, que a menudo se experimenta en casos de ansiedad y miedo. El control sobre la respiración ayuda a aliviar estas emociones negativas y constituye un factor relevante como herramienta terapéutica neurorrespiratoria, concluyen los especialistas.
El psicólogo Rafael Gómez, de Mentes Abiertas Psicología, asegura que la práctica de técnicas de respiración consciente ayuda a contrarrestar los efectos negativos del estrés y la ansiedad. Ya que suponen una “herramienta poderosa” para recuperar el equilibrio del sistema nervioso e inducir al cuerpo a un estado de calma emocional. “La respiración es mucho más que un proceso mecánico”, recuerda el especialista.
¿Cómo influye la respiración consciente en el cerebro?
La neurocientífica Nazareth Castellanos, en su intervención en el programa de televisión ‘Saber vivir’, habla sobre la importancia de “familiarizarse” con la respiración consciente, debido a la capacidad de esta para influir en el cerebro y, por tanto, en el bienestar de las personas. “Si mi cerebro no está acostumbrado a que yo observe mi respiración, no me va a hacer caso”, señala. La recomendación de la especialista consiste en sentarse a contemplar cómo tiene lugar el proceso de respiración. Esto tiene como efecto una repercusión en determinada zona del cerebro, conocida como la corteza cingulada, que posee funciones clave relacionadas con la regulación emocional y la salud mental.
Por tanto, incorporar ejercicios de respiración a la rutina diaria será un hábito beneficioso, sobre todo en el caso de aquellas personas que sufran de situaciones de alto estrés o padezcan ansiedad. Estas técnicas ayudan a concentrar la mente y obtener una mayor claridad, así como una sensación de calma que ayude a mejorar el bienestar, tanto físico como emocional.