Poner punto y final a una relación nunca es fácil. Pero menos fácil es aún mantener una relación cordial con la otra parte, especialmente si la ruptura no fue amistosa. Por este motivo, es fundamental establecer límites claros con la otra persona que permitan afrontar este proceso emocionalmente complicado de una forma saludable para conseguir pasar página.
Sobre este asunto hablaba recientemente la psicóloga Silvia Congost. En una de sus últimas intervenciones en RNE, la experta explicaba cómo superar una ruptura y cuándo es posible mantener una amistad con la otra parte. ''Solo podemos mantener amistades o incluso ser amigos después de separarnos si lo que nos ha llevado a separarnos es que ya no sentimos nada más'', comenzaba diciendo.
Asimismo, la especialista recordaba que terminar una relación de forma amistosa solo es posible si la decisión ha sido de mutuo acuerdo. ''En ese caso podemos seguir viéndonos y mantener esos amigos en común'', recalcaba. Pero, ¿qué sucede cuando la ruptura no ha sido en buenos términos? Según la psicóloga, es imposible mantener una amistad, además de ser poco saludable para nuestro bienestar emocional.
''Normalmente no ocurre eso. Normalmente una relación acaba porque ha sido tóxica, una de las dos partes ha sufrido y nos ha costado cortar. Y cuando uno quiere dejarlo y el otro no, es imprescindible, si queremos superarlo lo antes posible, hacer contacto cero, y aunque parezca una moda porque ahora se habla mucho de ello, tiene una explicación neurocientífica'', aseguraba.
Una pareja discutiendo
Tal y como explicaba la experta, nuestro cerebro tiene una capacidad llamada neuroplasticidad, que es la que nos permite adaptarnos a esa nueva situación, es decir, a nuestra nueva vida sin esa persona. Y para poder adaptarnos a esa nueva realidad necesitamos tener el mínimo de información de esa persona.
''Si mantenemos amigos en común que nos hablan de esa persona, que nos cuentan cosas; si vamos a sitios que antes compartíamos; si recibimos mensajes de esa persona a la que hemos dejado o nos ha dejado nos puede ayuda a mantener vivo ese recuerdo o incluso a alimentar una esperanza de que no está todo perdido'', señalaba.
Mantener contacto con esa persona impedirá pasar página y superar ese proceso de duelo, que, según la psicóloga, es el encargado de ir llevándonos hacia esa nueva realidad. ''Debemos evitar siempre el autoengaño, ese aferrarnos a la esperanza de que tal vez no se acabó. Y recordar que si una persona te ha dejado, es simple y llanamente porque no quiere estar contigo'', concluía.


