Luis Zamora, nutricionista: “La clave contra el estreñimiento es el consumo de agua y fibra; la recomendación habla de entre 25 y 38 gramos de las diferentes fibras”
Salud y alimentación
Durante los viajes o las vacaciones se altera la rutina y eso puede provocar problemas digestivos como el estreñimiento
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Luis Zamora, nutricionista
Viajar, aunque sea un placer, altera el cuerpo. Es un hecho que fuera de casa los hábitos cambian de forma radical: se come diferente, se bebe menos agua, se duerme mal y, en general, se hace menos ejercicio del habitual. Todo eso tiene un efecto inmediato en la digestión. Según explica el nutricionista Luis Alberto Zamora, autor de El Método Z, cuando estamos fuera de casa, solemos reducir el consumo de fibra y agua, dos claves básicas para el buen funcionamiento intestinal.
Cambios de rutina y de alimentación es el cóctel perfecto para ir peor al baño
El problema se acentúa en vacaciones. El error de abusar de alimentos muy secos o procesados endurece las heces. También se modifican los horarios y la actividad diaria. Parece que se camina más, pero no siempre es una actividad tan continua como cuando se va a trabajar, hacemos recados o subimos escaleras, matiza el experto.
Lo cierto es que, de media, los españoles consumen entre 5,6 y 12,7 gramos de fibra diarios, según los últimos estudios nacionales. Muy lejos de los 25-38 gramos que recomienda la comunidad médica y que señala también Zamora, quien insiste en no centrarse sólo en los cereales como fuente de fibra y nos olvidamos de frutas, legumbres, verduras y frutos secos.

Además del cambio físico, hay un componente psicológico que no siempre se menciona. Algunas personas, simplemente, no pueden hacer de vientre en un baño que no sea el suyo. Esto se conoce como parcopresis, y puede ser ocasional o estar ligada a una fobia social, según CuídatePlus, una plataforma avalada por Diario Médico y Correo Farmacéutico.
Pedro Mora, jefe del Servicio de Digestivo del CMED, aclara que existen dos perfiles: quienes se estriñen puntualmente por estar fuera de casa y quienes padecen una fobia irracional. Lo primero puede afectar hasta a un 10% de la población porque se debe al cambio en la dieta, el sedentarismo y la deshidratación, por lo que con una buena hidratación, algo más de ejercicio y una alimentación rica en fibra, se corrige.
Luis Zamora comparte unos datos sorprendentes: las ciruelas no son el alimento con más fibra, aunque sean populares. Tienen 2,1 gramos por cada 100. La manzana tiene 12, el plátano 10,2 y las frambuesas 7,4. Y no nos olvidemos de las legumbres, incluso en verano. La solución no es drástica, pero sí constante. Comer fruta con piel cuando sea posible, ensaladas que incluyan legumbres o tomar frutos secos como tentempié ayudan a mantener el tránsito. Para Zamora, la clave está en que nos tomemos en serio la fibra, pero también el agua.

