La psicóloga Ángela Fernández ha compartido recientemente en sus redes sociales una profunda reflexión sobre la sensación de vacío o pérdida de disfrute que en psicología se conoce con el nombre de 'anhedonia'. A través de un vídeo publicado en sus redes sociales, donde acumula más de 20.000 seguidores, la experta explicaba el motivo por el que cada vez más personas se sienten vacías, desmotivadas o apáticas.
''Puede que estos niveles cada vez más altos en nuestra sociedad de apatía, pérdida de disfrute, pérdida de energía tengan una relación directa con el tipo de vida que estamos viviendo o con el entorno que nos rodea a todos'', comenzaba diciendo.
Según la experta, estas personas puede llegar a experimentar síntomas de una depresión encubierta o consecuencias de una desconexión emocional prolongada en el tiempo y alimentada a través de estímulos rápido y superficiales. ''Y todo esto ha podido alterar nuestro sistema de recompensa del cerebro'', aseguraba.
Y es que según recordaba la experta, ''vivimos en una sociedad acelerada, hiperconectada y saturada de estímulos''. La dificultad o incapacidad de volver a sentir disfrute o placer muchas veces está asociado a episodios depresivos, a trastornos de ansiedad o estrés crónico. ''Y el cuerpo y la mente operan bajo niveles elevados de cortisol (la principal hormona del estrés) y cuando hay demasiado cortisol, la dopamina deja de funcionar. Las cosas que antes te motivaban y te daban energía ya no van a producir en ti la misma sensación de recompensa'', advertía.
Shot of a stressed out man working in a demanding career
Por este motivo, la experta desvelaba que la conclusión es que las personas no necesitamos tantos estímulos. ''Si quieres recuperar ese disfrute que sentías necesitas recuperar la capacidad de parar. No busques siempre objetivos, no busques cada vez más cosas con las que llenar el vaso. El placer y el disfrute no siempre se consiguen buscando más, sino aprendiendo a conectar de nuevo y de manera real con el presente'', señalaba.
Además, la psicóloga recordaba: ''Recuperar el equilibrio requiere reaprender la calma: reducir la exposición constante a estímulos, fomentar el descanso, la atención plena y las experiencias reales que restablecen la sensibilidad dopaminérgica y permiten reconectar con el disfrute auténtico''.

