A menudo suele decirse que las mascotas son parecidas a sus dueños, sobre todo en lo que se refiere a la personalidad de los perros. Una afirmación que podría no ir desencaminada desde el punto de vista científico. Al menos, en lo que respecta a algunos de ellos y, concretamente, en cuanto a las emociones. Un estudio publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS) revela que existe una raza de perro que comparte con los seres humanos ciertos genes relacionados con el comportamiento, capaces de influir en el temperamento, la cognición y la salud mental de las personas. Se trata de los Golden Retriever, conocidos por su pelaje dorado brillante y por su expresión afable y simpática.
El equipo de investigadores señala que los perros muestran variaciones temperamentales y conductuales, además de poseer una genética manejable. Estas características los convierten en un modelo convincente para estudiar la genética de los rasgos psiquiátricos, temperamentales y cognitivos. Para analizar estas similitudes entre los Golden Retriever y los humanos, se estudió el fenotipo de más de 1.000 perros pertenecientes a esta raza. Los resultados revelaron que existen mecanismos genéticos compartidos para doce de los dieciocho genes candidatos posicionales del GWAS canino. Es decir, los investigadores descubrieron que los genes que subyacen a rasgos de comportamiento específicos de los Golden Retriever, como la capacidad de entrenamiento o el miedo a los extraños, también están presentes en la personalidad humana. “Las asociaciones humanas actuales desafían las suposiciones comunes sobre los fundamentos emocionales de ciertas conductas en los perros”, señala el estudio.
La genética de los Golden Retriever y sus similitudes con los humanos
Los hallazgos de este estudio proporcionan evidencia acerca de las raíces genéticas relacionadas con el comportamiento que comparten los humanos y los perros Golden Retriever. Uno de los identificados es el gen PTPN1, que está asociado a la agresividad hacia otros perros. Sin embargo, en el caso de los humanos, este se vincula con la inteligencia y con la depresión. También está el caso del gen ROMO1, que para los Golden Retriever determina su capacidad de ser adiestrados. Y, en humanos, este gen tiene que ver con la sensibilidad emocional, según detallan los investigadores del estudio.
“Mediante un enfoque interespecie descubrimos que una gran proporción de los genes candidatos posicionales en perros se asociaba con rasgos comparables en humanos, lo que evidencia mecanismos genéticos y moleculares compartidos que subyacen a rasgos conductuales complejos en ambas especies”, afirman los investigadores. Estas averiguaciones permitirán comprender con mayor precisión la regulación del comportamiento y los estados emocionales de los perros.


