En el ámbito de la protección animal, las asociaciones han sido históricamente el corazón del trabajo diario: cuidan, alimentan, capturan, esterilizan y acompañan a los gatos comunitarios desde la proximidad y el compromiso. Sin embargo, cuando los retos superan las fronteras municipales y exigen respuestas conjuntas, surge la necesidad de estructuras más amplias, capaces de coordinar voces diversas y convertirlas en un mensaje único. Es en este contexto donde nacen las plataformas: espacios de unión, cooperación y estrategia compartida que permiten articular un movimiento social más sólido que la suma de sus partes.
A diferencia de las asociaciones o federaciones tradicionales, que suelen centrarse en un territorio concreto o en proyectos propios, las plataformas funcionan como redes horizontales. Su propósito no es sustituir a nadie, sino conectar a entidades distintas, facilitar la circulación de información técnica y jurídica, y actuar como interlocutor colectivo ante las administraciones cuando es imprescindible hablar con una sola voz. Son estructuras ligeras, flexibles y colaborativas, orientadas a responder con rapidez allí donde la fragmentación dificultaría la incidencia política.
Colonias felinas: por qué las plataformas se han convertido en la herramienta clave del activismo en Catalunya.
Desde Mishilovers recomendamos este modelo porque multiplica el impacto. Cuando varias entidades —o incluso solo gestoras individuales— se organizan bajo una misma plataforma provincial, se vuelve posible aquello que ninguna lograría sola: elaborar propuestas técnicas, generar estadísticas conjuntas, atender la diversidad de colonias con criterios unificados y actuar como interlocutor sólido. Un municipio puede ignorar peticiones aisladas; es mucho más difícil hacerlo ante un frente común organizado, informado y cohesionado.
Un ejemplo de este nuevo modelo es la Plataforma en Defensa de los Gatos Comunitarios, que reúne a cerca de 200 entidades de gestión de colonias felinas y protección animal de toda Cataluña. Nacida en febrero de 2025 con un objetivo inmediato —responder al borrador del Protocolo Marco de Gestión de Colonias Felinas elaborado por la Generalitat—, la Plataforma ha evolucionado en pocos meses hasta convertirse en un referente en la defensa del método CER y de los derechos de los gatos comunitarios.
Su papel ha sido relevante durante el proceso participativo del portal Participa, donde más de 600 de las 703 aportaciones totales procedieron de entidades integradas en la misma. Con ello, el colectivo logró transformar un trámite administrativo en una movilización masiva, coordinada y con contenido técnico propio. Además de las aportaciones individuales, la Plataforma presentó un Protocolo alternativo completo, avalado por 98 entidades y reforzado por el apoyo de organizaciones como FdCATS o INTERCIDS, referentes en el ámbito felino y jurídico.
Esta capacidad de articulación demuestra la utilidad del modelo: mientras cada asociación continúa su labor local, la Plataforma se ocupa de aquello que solo puede resolverse colectivamente. Entre sus ejes de trabajo destacan la oposición firme a la reubicación indiscriminada de colonias —prohibida por la Ley 7/2023 salvo casos excepcionales—, la denuncia de confinamientos permanentes en supuestos “refugios felinos” y la defensa de pautas de alimentación respetuosas con el bienestar animal y con la realidad del voluntariado.
En Mishilovers vemos cada día cómo las gestoras —en su mayoría mujeres— sostienen la coordinación de las familias felinas con un esfuerzo invisible. Por eso impulsamos modelos que refuercen a estas redes y les permitan profesionalizarse, formarse y trabajar con herramientas reales. Nuestra profesionalización no solo sirve para defender el método CER ante las instituciones: también ayuda a ordenar el territorio, compartir recursos, detectar carencias y acompañar a nuevas gestoras que empiezan sin apoyo.
Como todas sabemos, muchas de estas actuaciones se aprovechan del agotamiento emocional y económico de las gestoras de colonias, generando graves dilemas éticos actuando solas. En un momento en que la protección felina vive cambios legislativos y organizativos profundos, las uniones se consolidan como herramientas imprescindibles para garantizar que la voz del territorio llegue donde debe llegar: entidades e instituciones que determinarán el futuro de miles de gatos y de quienes los cuidan.
Y para quienes viven en municipios donde no existe ninguna asociación constituida, el mensaje es claro: una plataforma puede formarse únicamente con gestoras, siempre que exista coordinación, organización interna y un plan común. No es necesario esperar a tener personalidad jurídica para unirse; lo importante es el compromiso y la estructura de trabajo.
Guía básica para crear una plataforma felina en tu municipio o provincia 1Crear un grupo motor: de máximo 3 gestoras o entidades con experiencia diversa. Debéis tener claro que vais a representar a TODAS y cada una de las gestoras activas del municipio, aunque no os caigan bien;) El tema va vínculos felinos, no tanto de relaciones humanas.
2Definir el objetivo común en un documento Marco: qué servicio vais a ofrecer de la gestión felina: CER, formación, mediaciones, creación de protocolos locales… Añadid demandas de lo que no existe y propuestas técnicas.
3Establecer un sistema de comunicación: WhatsApp, Telegram o una lista de correo estable. Fijad reuniones asiduamente.
4Recoger datos del territorio: número de colonias, gestoras activas, necesidades urgentes, clínicas veterinarias disponibles…
5Nombrar portavoces rotativas para evitar desgastes y garantizar transparencia.
6Presentarse formalmente al Ayuntamiento como grupo coordinado y referente local.
7Solicitar apoyo externo: desde Mishilovers ofrecemos acompañamiento temporal, formación y metodología contrastada para profesionalizar la gestión y garantizar resultados reales.
Ejemplos internacionales
A nivel internacional existen modelos consolidados que demuestran como organizaciones de distintos países han logrado convertirse en referentes gracias a una combinación de rigor técnico, estrategia comunicativa clara y recursos gratuitos para la comunidad. Tres casos destacan especialmente: International Cat Care (Reino Unido), Alley Cat Allies (Estados Unidos) y ProAnima (Canadá). Aunque cada una opera en contextos diferentes, comparten un núcleo común: profesionalización, comunicación accesible y creación de conocimiento compartido.
El International Cat Care (IC Care) tiene una estrategia que se basa en una comunicación científica, clara y perfectamente estructurada. IcCare traduce estudios complejos a guías visuales y comprensibles, y genera materiales descargables que cualquier entidad puede adaptar. Este es su core: ser un centro internacional de conocimiento técnico sobre gatos, con especial énfasis en el bienestar y la toma de decisiones éticas. Ofrecen webinars abiertos, recursos educativos gratuitos y documentos de referencia global. Su foco no es el activismo, sino la profesionalización del sector, sobre todo la parte veterinaria.
El colectivo Alley Cat Allies (EE. UU.), es uno de los mayores ejemplos de estrategia comunicativa para movilizar voluntariado y presionar a las administraciones. Su narrativa se centra en derechos, justicia social y defensa del método TNR/CER como política pública. Utilizan campañas multimedia, testimonios de cuidadoras y guías legales para empoderar a la ciudadanía. Su core es la incidencia política combinada con educación comunitaria. Publican materiales gratuitos, modelos de cartas, guías para negociar con ayuntamientos y plantillas para organizar comunidades de cuidadoras.
A nivel internacional existen modelos consolidados que demuestran como organizaciones de distintos países han logrado convertirse en referentes.
En Canadá, ProAnima, es un ejemplo de ordenación territorial mediante programas de gestión de colonias bien estructurados. Su comunicación se centra en la idea de servicio público: registro de colonias, sistema de gestoras autorizadas, calendario de esterilizaciones y materiales formativos impartidos por profesionales. Su core es la gestión operativa: cómo se organiza un territorio, cómo se estandarizan procedimientos y cómo se coordinan con administración y clínicas. Ofrecen gratuitamente fichas técnicas, formularios de registro, infografías y guías para gestoras.
En conjunto, estos tres modelos muestran que la clave no está solo en el número de entidades adheridas, sino en la claridad del mensaje, la accesibilidad de los recursos y la capacidad de coordinar un territorio bajo criterios comunes. Porque cuando un territorio se organiza, todo mejora: la comunicación con el consistorio se vuelve más fluida, las esterilizaciones se planifican con coherencia y el bienestar de los gatos comunitarios deja de depender del esfuerzo aislado de unas pocas personas. Mishilovers seguirá apostando por redes que tejan comunidad, unan conocimiento y fortalezcan la gestión ética. Porque juntas, siempre llegamos más lejos.



