Operación Triunfo es ya parte indiscutible de la historia de nuestra televisión. Con Bisbal, Chenoa,o Bustamante entonces, y Amaia, Aitana o Naiara ahora, el formato catapulta a la fama de la noche a la mañana a jóvenes apasionados que sueñan con vivir de su música. Pero tan icónicos son ellos como sus momentos en la academia. Aitana y Amaia cantando Hago chas y aparezco a tu lado en versión hard rock, Naiara corriendo con su “acelera” por la academia o el video de África bailando sola en un ensayo forman parte de la historia del formato.
El reality, con 13 temporadas a sus espaldas, ha pasado por múltiples cadenas, formatos, jurados y concursantes, y aunque ha tenido sus más y sus menos, ha sabido adaptarse a lo que su público necesitaba gracias a la gestión de su contenido.
Su gran punto de inflexión llegó con el regreso de 2017. Tras varios años fuera de antena, el formato resucitó convertido en un fenómeno digital que se asentó en la nueva manera de consumir televisión. Pasó de ser un programa a convertirse en un fenómeno digital, en el cual su público interactúa y acompaña a sus protagonistas las 24 horas del día.
“Pensamos que teníamos que ir a buscar a estos jóvenes donde estaban, en las redes… nos concentramos en Twitter, Instagram y YouTube. Convencimos a TVE que el canal 24 horas tenía que estar abierto en YouTube para que la gente se enganchara y después quisiera ver las galas”, cuenta Tinet Rubira, productor del programa.
Pensamos que teníamos que ir a buscar a estos jóvenes donde estaban, en las redes… nos concentramos en Twitter, Instagram y YouTube
En 2017 funcionó, y solo hace falta ver los números para entender el éxito del formato. En la fase de castings de OT 2025, el contenido generado alcanzó más de 250 millones de visualizaciones en TikTok y los directos en YouTube sumaron más de 7 millones de visualizaciones, con picos de más de 15.800 espectadores simultáneos
Ese salto estratégico tiene un responsable y es el Equipo Digital de OT. Dirigido desde hace cinco ediciones por Lluís Alsina, el programa ha desarrollado una estructura de producción que combina contenido inmediato, narrativa multiplataforma y un conocimiento profundo del comportamiento de la audiencia.
Belén Pueyo, Digital Brand Manager.
“Antes todo el impacto de las redes sociales y todo este feedback no era tan evidente como ahora. Ahora podemos ver de una manera inmediata si está gustando o no. Se llega a mucha más gente que hace 15 años, producimos unos 20 o 25 videos al día y los distribuimos entre los diferentes canales”, explica Alsina.
Con el paso de los años, OT ha logrado un equilibrio entre estrategia, creatividad y gestión de la comunidad que funciona gracias a un gran equipo. Albert Vico, Alejandro Valledor y Belén Pueyo son los seniors que coordinan Digital. Cada miembro tiene un rol muy definido: mientras Albert se encarga de YouTube, Marta supervisa TikTok, Jana gestiona Instagram, Ángela controla Twitter y Miriam diseña las portadas y miniaturas de cada vídeo.
Por otra parte, Luis coordina la parte comercial y la relación con Prime Video, Belén junto con Alejandro produce contenido orgánico para Instagram durante las galas, y Aida captura todo el material audiovisual del directo. “Es como una orquesta superbién afinada, en la que cada persona sabe qué instrumento tocar”, explica Albert, Social Media Manager.
La cara más conocida del equipo es Belén Pueyo (AKA Belena Gaynor), Digital Brand Manager del programa y referencia para la comunidad fan. Tras cinco ediciones, ha desarrollado la capacidad de detectar contenido con potencial de forma casi intuitiva. Aunque la fórmula, reconoce, no es tan sencilla.
Todos los que trabajamos en el equipo somos fans del formato, y eso es muy bueno porque sabemos muy bien qué es lo que interesa al fan
“Para organizarnos tenemos el horario del día, el orden de todo lo que va a pasar en la academia, las clases que va a haber… pero al final es un programa vivo que está en directo 24 horas”, explica. “Entonces vamos viendo lo que va pasando y desarrollamos un sentido arácnido de decir ‘esto es relevante para nuestro público’. Al final, todos los que trabajamos en el equipo somos fans del formato, y eso es muy bueno porque sabemos muy bien qué es lo que interesa al fan y también la manera de servirlo. No es lo mismo simplemente cortar y subir un video que editar un TikTok para que sea más atractivo para la audiencia”.
Cuando empezaron en 2017 aún no existía Tik Tok y hoy es la red en la que ponen más foco rozando el millón de seguidores. De hecho, una de las innovaciones más recientes de OT es TikTok Corner, un espacio dentro de la Academia diseñado para animar a los concursantes a crear contenido en TikTok pese a no tener acceso a internet. Cada semana alternan entre visualizar vídeos previamente seleccionados por el equipo (perritos, influencers, tendencias) y participar en challenges populares. “Si en algún momento os aburrís, tenéis esta lista de ideas”, les dice Belén.
Los memes son sin duda una parte clave de la viralización, y sino que se lo digan a Noemí Galera, directora de la academia, cuya frase “el pajarito que canta es Björk” se ha convertido hasta en una camiseta. El equipo reconoce cuándo los vídeos tienen todos los ingredientes para triunfar: la edición, el contenido y la personalidad de los concursantes.
“Cuando lo estás grabando sabes qué va a pasar, pero sobre todo funcionan los momentos en los que ellos son más naturales. Olivia, por ejemplo, es una concursante que todo lo que hace funciona” dice Belén. “A estas alturas sabemos cuándo va a ser viral un clip. A veces un gesto basta. Por ejemplo, en OT2023 Naiara, la ganadora, llegó al mármol de la cocina diciendo 'hoy he actuado, aquí está mi coño'. Cortamos eso y sabíamos que eso iba a ser viral, y efectivamente se viralizó”, explica Albert.
Entre bastidores de 'Operación Triunfo'.
Para mí el fandom más poderoso es el de kpop, luego Taylor Swift y luego el de OT
Pero la conversación en redes es bidireccional, ya que en OT no solo importa el contenido producido desde la casa. De hecho, lo que producen los fans es considerado parte del equipo de digital. “Hay momentos en los que estamos comiendo y pasa algo y en redes ya lo comentan y nos ayudan a reconocer lo que interesa. El programa es de ellos. Pueden ser community managers desde sus cuentas, y eso amplifica muchísimo el mensaje”, cuenta Belén.
Los propios concursantes son cada vez más conscientes del impacto de los fans en el formato. “Para mí el fandom más poderoso es el de kpop, luego Taylor Swift y luego el de OT. Son todo para lo bueno y para lo malo. Si te aman, te aman sin condicionantes, y si te odian también. Hay que cuidar ese fandom, pero también si les das explicaciones de algún imprevisto, lo entienden”, explica Belén.
“Nos gustaría que los fans entendieran que hay cosas que no podemos hacer, que tenemos limitaciones. Cuando no subimos algo no es porque les odiemos, es porque tenemos limitaciones. Les leemos mucho e intentamos mejorar cada año con lo que nos dicen”, añade.
La presión del fandom, el volumen de opiniones y la rapidez de la conversación es parte del día a día del equipo. “Somos tan intensos como el fandom y también lo pasamos bastante mal porque lo leemos todo… pero intentamos que la pasión sea siempre en positivo”, aclara Albert.
La evolución de OT demuestra que el éxito audiovisual actual no depende solo de la televisión, sino de construir una narrativa continua, multiplataforma y participativa, que conecta a los fans con los protagonistas en cualquier pantalla.


