Jenofonte, un filósofo aventurero de película

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El discípulo de Sócrates participó en la expedición de los Diez Mil mercenarios de Ciro el Joven en Persia

Busto de Jenofonte

Busto de Jenofonte.

Carole Raddato / CC BY-SA 2.0

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Jenofonte (c. 430, Atenas - 355 a. C., Corinto) nació en el seno de una familia acomodada. Fue un destacado historiador, militar y filósofo de la antigua Grecia, conocido por sus crónicas detalladas de su tiempo y sus obras sobre la economía doméstica, la caballería, la política y la filosofía socrática. Es una de las fuentes importantes de información sobre Sócrates, que fue su maestro.

De entre sus obras destaca la continuación de la inacabada por Tucídides, las Helénicas. Participó en la expedición de Ciro el Joven contra Artajerjes II, y en la retirada de los diez mil griegos que nos relata en la Anábasis.

Fragmento de las 'Helénicas' conservado en la Biblioteca Medicea Laurenziana.

Fragmento de las 'Helénicas' conservado en la Biblioteca Medicea Laurenziana.

Sailko / Wikipedia

Aspectos clave de Jenofonte

  • Discípulo de Sócrates: Fue alumno y compañero de estudios de Sócrates, y muchas de sus obras, como los Recuerdos de Sócrates (Memorabilia), El Banquete y la Apología de Sócrates, ofrecen una semblanza valiosa del maestro, complementando la visión de Platón.

  • Militar y aventurero: Participó en la expedición de los Diez Mil (un ejército de mercenarios griegos que lucharon por Ciro el Joven en Persia) y narró esta experiencia en su obra más famosa, la Anábasis (también conocida como La Retirada o La Expedición de Ciro).
La batalla de Cunaxa, librada entre los persas y diez mil mercenarios griegos de Ciro el Joven, 401 a. C. Museo del Louvre, París.

La batalla de Cunaxa, librada entre los persas y diez mil mercenarios griegos de Ciro el Joven, 401 a. C. Museo del Louvre, París.

Dominio Público

  • Historiador: Continuó la labor de Tucídides en las Helénicas, donde narra los eventos de Grecia desde el 411 hasta el 362 a.C., cubriendo el final de la Guerra del Peloponeso y las subsiguientes luchas de poder.

  • Pensador político y económico: En obras como La República de los Lacedemonios, elogió la Constitución y el sistema educativo espartano, mostrando hostilidad hacia la democracia ateniense. Su obra Económico (Oikonomikos) es considerada una de las primeras contribuciones al estudio de la ciencia económica, centrada en la administración eficiente de la propiedad y el hogar.

  • Escritor Técnico: También escribió tratados prácticos sobre temas como la equitación (De la equitación e Hipárquico) y la caza (De la caza).

En resumen, Jenofonte fue una figura polifacética cuyas experiencias como militar y sus estudios filosóficos le permitieron ofrecer una perspectiva única y detallada de la vida y la política en la antigua Grecia.

Obras principales

Sus obras se caracterizan por un estilo literario claro y sencillo, y se agrupan en varios géneros:

  • Anábasis

Anábasis o Expedición de los Diez Mil (también La retirada de los Diez Mil o La marcha de los Diez Mil); es un relato de Jenofonte, que participó como aventurero y posteriormente como comandante en la expedición.

Tumba de Artajerjes II, Persépolis.

Tumba de Artajerjes II, Persépolis.

Wikipedia

  • Ciropedia

Ciropedia es una obra biográfica parcialmente ficticia que abarca la juventud, ascenso y gobierno de Ciro, escrita por Jenofonte posiblemente entre los años 380 y 365 a. Esta obra consta de ocho libros, los cuales tienen el objetivo de representar el ideal de soberano y caballero a partir de la figura ejemplar de Ciro. El libro I presenta el devenir de su personaje, en cambio los libros del II al VIII narran su modo de actuar, producto de ese devenir.

  • Apología de Sócrates

La Apología de Sócrates es una obra breve que describe la actitud y el estado mental de Sócrates durante su juicio y ejecución, defendiendo su carácter y estilo de vida. Se centra en justificar la conducta de su maestro ante las acusaciones de impiedad y corrupción de la juventud. En ella, el propio Jenofonte explica qué contenido se propuso abarcar a la hora de escribirla de forma muy exacta y precisa.

Estatua de Sócrates

Estatua de Sócrates.

Getty Images

Destaca esta declaración de Sócrates

“ Pero yo no me he esforzado en contar todo lo que se dijo en el proceso, sino que me ha bastado con mostrar que Sócrates estimaba por encima de todo dejar claro que, con relación a los dioses no había sido impío ni, con relación a los hombres, injusto. No creía, además, que debiera suplicar el no morir, sino que incluso consideraba que era el momento oportuno para concluir su vida”.

En cuanto a la defensa que da Sócrates ante el jurado, como se le está juzgando por corromper a los jóvenes, por introducir otras divinidades nuevas y por no reconocer las de la ciudad, Sócrates trata de demostrar que todo esto es mentira.

A aquello de que está corrompiendo a los jóvenes, responde que es falso, porque en realidad lo que hace es enseñarles cuantas cosas buenas pueda, aunque esto vaya en contra de lo que dicen sus padres, porque deben escuchar al sabio para estos asuntos, como se escucha al estratega para la guerra, antes que al padre.

Y recalca también, que le resulta extraño que juzguen y quieran castigar al educador, por hacer su función, educar. En cuanto a que no reconoce las divinidades de la ciudad responde que todo el que quiso, pudo verle en los altares públicos y en las fiestas de la ciudad haciendo sacrificios. Y, finalmente, responde a la acusación de que introduce divinidades nuevas:

The Death of Socrates by Jacques-Louis David (French, 1748 - 1825); oil on canvas, 1787. From the Metropolitan Museum of Art, New York. (Photo by GraphicaArtis/Getty Images)

La muerte de Sócrates de Jacques-Louis David (francés, 1748-1825); óleo sobre lienzo, 1787. Procedente del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

GraphicaArtis / Getty

«¿Cómo podría yo introducirlas por decir que una voz divina se me manifiesta para indicarme lo que hay que hacer? [...] Por otro lado, que la divinidad sabe de antemano lo que va a suceder y que lo anuncia con señales a quien quiere, tal como yo lo lo digo, lo dicen también todos y lo creen. Pero mientras estos llaman, augurios, voces, coincidencias y adivinos a los que les anuncian las señales, yo lo llamo genio divino y pienso que al llamarlo así, me expreso de manera más veraz y piadosa que los que atribuyen a las aves el poder de los dioses».

La conclusión, es que, según esta apología de Jenofonte, Sócrates, debido a las peticiones de la divinidad que interpreta racionalmente, decide que la mejor forma de morir es de esa forma, condenado a muerte de forma injusta, porque de lo contrario viviría una vida sin libertad, que sería peor que la propia muerte.

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