Extremadura vota este domingo con los ojos puestos en la pugna entre PP y Vox

Elecciones autonómicas

Los populares dan ya por “imposible” la mayoría absoluta en un territorio tradicionalmente de izquierdas y apuesta por conseguir más votos que toda la izquierda junta 

La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, durante un mitin del PP, a 4 de diciembre de 2025, en Don Benito, Badajoz, Extremadura (España). El mitin se enmarca dentro de la precampaña electoral para las elecciones a la Junta de Extremadura que se celebrarán el próximo 21 de diciembre.

La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola.

Andrés Rodríguez - Europa Press / Europa Press

Las últimas elecciones celebradas en España son las catalanas, de mayo de 2024, por lo que un año y medio después, Extremadura tiene la oportunidad de convertirse en el termómetro de la política española. Se da por descontado que María Guardiola, presidenta de la Junta y candidata del PP, ganará, pero las dudas que quedan por resolver es cuántos escaños obtendrá y cuánta fuerza amasará Vox. 

De momento, en Génova, el análisis que hacen es que la mayor probabilidad es que el PP obtenga entre 29 y 30 escaños, lo cual supondría crecimiento con respecto a los 28 diputados que tiene el partido ahora. No obstante, Guardiola se quedaría sin la mayoría absoluta situada en 33 escaños. 

Ahora mismo, en el PP, dan por “imposible” que Guardiola obtenga la mayoría absoluta pese a que, en el inicio de la campaña electoral, se albergaban esperanzas. Sin embargo, Extremadura es un territorio tradicionalmente de izquierdas, donde el PP poco a poco ha conseguido ir ganando mucho terreno y sumar más votos que PSOE y Unidas por Extremadura juntos se interpretaría como un muy buen resultado en Génova.

No obstante, Guardiola convocó elecciones para evitar depender de Vox y, probablemente, tenga que volver a negociar con el partido de Santiago Abascal. Sí es cierto que si el PP suma más que toda la izquierda junta, en Génova creen que eso permitirá tener más fuerza negociadora con Vox ya que podría bastar la abstención de los de Abascal.  

La lectura previa que hacen en la sede de la dirección nacional del partido es que todos los partidos (PP, Vox y Unidas por Extremadura) van a crecer, menos el PSOE. En este sentido, si Guardiola saca diez puntos porcentuales de voto al PSOE, en el PP consideran que sería un “mensaje” contundente a nivel nacional de cara al ciclo electoral que viene. 

Y es que, tras Extremadura, quedan por venir Aragón, Castilla y León y Andalucía. Y, en todos ellos, se da por hecho que el PSOE no tiene nada que hacer y toda la batalla se va a concentrar en el bloque de la derecha y en cuánto crecen PP y Vox. 

Ese escenario de rivalidad entre PP y Vox también permite a Pedro Sánchez coger oxígeno y desviar la atención de los previsibles malos resultados del PSOE en todas las contiendas electorales, en un momento en que los socialistas y el presidente del Gobierno acumulan escándalos por presuntos casos de corrupción y acoso sexual. 

En concreto, en Extremadura, el candidato socialista Miguel Ángel Gallardo ha llegado en horas muy bajas ya que está con problemas con la Justicia por el caso David Sánchez. En este sentido, el PSOE evitó cambiar de candidato y ha llegado muy debilitado a la contienda. 

Además del previsible crecimiento del PP, está por ver hasta dónde llega el empuje que está teniendo Vox. Ahora mismo, tiene cinco escaños en la Asamblea de Extremadura (compuesta por 65) y hay encuestas que le sitúan por encima de los diez diputados. En la sala de máquinas de Vox siempre miran todas las encuestas con recelo porque quieren evitar disparar las expectativas porque luego pueden jugar una mala pasada. 

Extremadura ha ido a elecciones porque PP y Vox no llegaron a un acuerdo en los presupuestos y, ante el bloqueo, Guardiola decidió convocar a los extremeños a las urnas. Ahora, tras la votación de este domingo, está por ver cómo negocian ambas formaciones. Durante la campaña, Abascal ha llegado a insinuar que podía pedir la destitución de Guardiola, aunque en el PP rechazan rotundamente ese escenario y creen que tampoco se va a dar. 

En todo caso, la campaña ha estado bastante marcada por el intercambio de reproches entre PP y Vox y eso, de alguna manera, ha impedido a Guardiola centrarse en reivindicar su gestión económica tras dos años y medio de mandato, con más empleo e inversión en la región que nunca y en un proceso de industrialización de la autonomía. 

De cara a una negociación, en Vox insisten en condiciones como el rechazo al Pacto Verde en una región que ha sido tradicionalmente agrícola y el veto a la inmigración. No obstante, las relaciones personales con Guardiola tampoco son nada buenas, con una presidenta de la Junta que ha llegado a acusar a Abascal de “machista”. 

Así como Abascal se ha involucrado mucho en la campaña, Alberto Núñez Feijóo ha pasado mucho más desapercibido ya que tan solo ha acudido cinco veces y ha compartido solo dos con Guardiola. Y eso ha sido deseo de la propia candidata del PP, quien ha querido evitar importar el ruido de la política nacional para hacer una campaña regional. 

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