Lo que hace un tiempo era un universo pensado para unos pocos, hoy en día es un placer accesible para la mayoría. El vino ha pasado de ser un lujo a ser un brebaje que está en todo tipo de comidas y sobremesas, demostrando que hay muchas maneras de acercarse a sus sabores y aromas. Esto precisamente fue uno de los retos que llevó a Glòria Vallès a convertirse en sumiller y fundar Wine Style Travel, una comunidad online —ahora rebautizada con su nombre— donde descubrir vinos y propuestas de enoturismo a un público mayoritario.
También comunicadora y divulgadora —tiene casi 30.000 seguidores en Instagram—, Vallès se ha convertido en una de las figuras destacadas en eventos vinculados al vino, también gracias a su formación en marketing y dirección de empresas vinícolas. En 2022 creó BizGlow Marketing, donde ayuda a las empresas a crecer aplicando estrategias de marketing y comunicación. “El vino, como cualquier otro producto, tiene que estar donde está su público objetivo”, expresa.
¿Cuál es la manera de acercar el vino a nuevos públicos?
Para llegar a nuevos públicos hay que descomplicar el vino. La comunicación técnica del vino, para públicos expertos o avanzados, es necesaria y se hace extraordinariamente bien, pero se dirige a una pequeña porción del mercado. Muchas personas compran y consumen vino, pero no quieren entenderlo, sino disfrutarlo. Y es necesario saber adaptarse a cada público.
Hoy en día, muchas catas se trasladan al entorno digital: se comparten experiencias en directo, reels de degustación, vídeos cortos. ¿Cómo se puede comunicar la riqueza sensorial del vino en un formato pensado para pantallas?
La comunicación tiene que ser multicanal. El canal digital permite promover el descubrimiento de la marca, mantenerse en contacto con los distintos públicos a partir de novedades, educación o entretenimiento. Pero la experiencia sensorial no se puede sustituir, los encuentros y catas presenciales son imprescindibles.
En ese sentido, las generaciones jóvenes están reduciendo su consumo de alcohol. ¿Cómo afecta esto a la cultura del vino? ¿Estamos ante una pérdida de interés?
Hay un debate global sobre este tema y no creo que exista una única respuesta. El vino es cultura, paisaje y tradición, y sin duda la disminución del consumo impacta negativamente en la preservación de estos valores. Ahora bien, ¿tiene que ver esto solamente con los jóvenes? No lo creo. También está aumentando la presión por regular el consumo de alcohol, y el compromiso por preservar los entornos rurales y apoyar las pequeñas producciones agrícolas es bajo, entre otros factores.
El vino es cultura, paisaje y tradición, y sin duda la disminución del consumo impacta negativamente en la preservación de estos valores
Volviendo a los jóvenes, prefieren otro tipo de bebidas como cerveza, RTD (Ready to Drink), cócteles… Y tienen menor capacidad adquisitiva en un momento en el que los precios no paran de aumentar. La solución es compleja y requiere un gran debate de la industria. Creo que diversificar la oferta (vinos sin alcohol, bebidas con base de vino, spritz o cócteles RTD) y diversificar las ocasiones de consumo es parte de la solución. Además, las bodegas, DOs, distribuidoras y demás empresas del sector deberían invertir más en conocer sus públicos, construir la marca y comunicar. Esta es la gran tarea pendiente del sector.
¿Tienen sentido los vinos sin alcohol?
Cualquier producto que tenga demanda tiene sentido. Así funciona el mercado, en el vino y en cualquier otra industria.
También vemos que el vino se ha vuelto más visible en redes sociales, con creadores de contenido, sumilleres jóvenes o incluso consumidores que comparten su experiencia.
En redes sociales hay muchos perfiles distintos que abordan el vino desde perspectivas diversas, y todas son muy buenas. Desde lo más sencillo a lo más técnico, puedes elegir según tus intereses. Creo que esto enriquece la comunicación. Puedes seguir a Marta Clot si quieres entretenimiento, a Lacrima Terrae si buscas educación sin complicaciones, a Ferran Centelles si eres conocedor de vinos y quieres seguir aprendiendo en un nivel más profesional, a David Seijas si te interesan los vinos sin alcohol, a mí misma si quieres ideas sobre maridajes, contenido de estilo de vida, o las historias detrás de cada producto. Y a muchos compañeros más que están llevando a cabo un gran trabajo.
Y en este contexto de modas y vinos que se vuelven virales en Instagram, ¿cómo distinguir lo que realmente tiene valor y es de calidad de lo que simplemente responde a un fenómeno pasajero?
Como en moda o viajes, hay gente que busca la última moda viral. Algunas son buenas y otras no tienen tanta calidad. Para quien busca propuestas más singulares, las redes sociales sirven como espacio de descubrimiento. A partir de aquí, pueden buscar información sobre lo que realmente vale la pena con prescriptores, sumilleres, vinotecas y coleccionistas de confianza.
Glòria Vallès.
¿Se puede disfrutar de un buen vino a bajo precio?
¿Qué entendemos por bajo precio? Si hacemos un análisis de lo que cuesta elaborar un vino, desde el viñedo a poner la botella en la tienda, en mi opinión 15 euros es un muy buen precio. Creo que es necesario entender que estamos comprando mucho más que un líquido dentro de una botella.
Para alguien que se acerca al vino por primera vez, muchas veces hay barreras. Primero, el lenguaje técnico, a muchos les da reparo hacer el ridículo o equivocarse. ¿Qué cosas básicas hay que saber?
Lo mismo que necesitas saber para disfrutar del queso, el chocolate o las gambas. Puedes disfrutar del vino sin saber absolutamente nada. Y puedes sentir interés por adentrarte en el mundo del vino y disfrutar del proceso de aprendizaje.
Puedes disfrutar del vino sin saber absolutamente nada
¿Cuáles son los errores más comunes, tanto en la forma de elegir el vino como en la manera de disfrutarlo?
Pensar que una marca es mejor porque es famosa. Hay muy buenos productores, menos conocidos, que venden sus vinos a precios muy competitivos. Si no sabes cuál elegir, déjate asesorar por un profesional. Para disfrutarlo, personalmente creo que la temperatura es clave: si te sirven un vino tinto a temperatura ambiente en pleno mes de agosto en una terraza de Barcelona, dudo que la experiencia sea extraordinaria.
¿Tienes algún maridaje “sorpresa” que siempre recomiendas?
El que rompe todas las reglas. A veces, simplemente elijo un vino en función de las preferencias de mis invitados. Todo el mundo se siente feliz y nadie está pendiente de si el maridaje es el correcto o no.
También están muy de moda los maridajes con dulces, como chocolate. ¿Qué hay que tener en cuenta en este caso? ¿Los vinos dulces están pensados siempre para postres?
El chocolate es todo un mundo y podemos aprender a catarlo igual que el vino. No es igual de dulce un chocolate con un porcentaje de cacao superior al 70% que un chocolate con leche o un chocolate blanco, que muchos ni siquiera consideran chocolate porque no contiene cacao. Así que la respuesta es la misma de siempre: depende. Existe un maridaje clásico que sirve vino dulce con foie gras. O puedes servir un Riesling con cierto contenido de azúcar con un queso azul.
Tú participaste en la creación del primer wine resort en España. A día de hoy, ¿qué papel juega el enoturismo en la conexión del público con el vino?
Es parte del producto y para algunas bodegas se ha vuelto central en su propuesta de valor. El enoturismo ayuda a explicar que el vino no es solamente una bebida, es una experiencia que contribuye a preservar el paisaje, a fijar población y mantener la actividad económica en entornos rurales. Y tiene un poder que no tiene ninguna otra bebida: nos junta para compartir. La cerveza, el café, el cocktail… Son bebidas que consumimos de forma individual. El vino lo compartimos. En un momento en el que la digitalización y la cultura individualista creciente nos están aislando, compartir es un lujo y debemos preservarlo. Es por ello que organizo eventos en los que compartir y conectar con los demás es tan o más importante que el vino en sí. Quien quiera participar, puede verlos en mi Instagram.




