Rubén Hernández Mosquero, chef: “Siempre intento contratar a gente mejor que yo, el ego y las envidias no son buenas para el negocio de la cocina”
EGO Y ENVIDIA
El chef destaca en una entrevista la importancia de dejar el ego a un lado y fomentar un ambiente de colaboración para que el equipo crezca
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Rubén Hernández Mosquero, chef: “Siempre intento contratar a gente mejor que yo, el ego y las envidias no son buenas para el negocio de la cocina”
En una reciente entrevista para el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER, el chef Rubén Hernández Mosquero compartió su filosofía sobre la gestión de equipos en el mundo gastronómico. Hernández Mosquero subrayó la necesidad de contratar a personas “igual o mejor que yo” para garantizar el éxito del negocio y evitar que el ego o las envidias afecten el ambiente laboral.
El cocinero también se refirió a la relación profesional y personal con su compañero Millán, quien es más conocido en España. “Al principio me preguntaban mucho si me molestaba que Millán fuese más famoso que yo. Yo decía: es mi negocio y mientras mejor le vaya a Millán, mejor nos va a todos”, explicó. Además, destacó que Millán es “un tío de diez, muy simpático”, y que cada entrevista o artículo que recibe es positivo para el equipo.
Un liderazgo basado en la humildad y la confianza
“El ego y las envidias no son buenas para el negocio de la cocina”
El chef destacó que un ambiente laboral saludable en la cocina es clave para que los proyectos prosperen. “El ego y las envidias no son buenas para el negocio de la cocina”, afirmó rotundamente. Para Hernández Mosquero, la clave está en confiar en las capacidades del equipo y apostar por contratar personas que puedan aportar y elevar el nivel de la cocina, sin importar quién sea el más reconocido.
Esta visión contrasta con la idea tradicional del chef como figura autoritaria y egoísta, proponiendo un modelo donde el liderazgo se basa en la cooperación, el respeto y la mejora continua de todos los miembros.
Además de la buena sintonía laboral, Hernández Mosquero destacó la relación de amistad que mantiene con Millán, su compañero y figura reconocida en el sector. “Primero como jefe y ahora como amigo, porque nos llevamos muy bien”, comentó, subrayando la importancia de las relaciones humanas en el trabajo.
Esta complicidad, según explica, facilita la comunicación y la resolución de conflictos, aspectos fundamentales en el ambiente intenso y exigente que caracteriza a una cocina profesional.