Si un día se le pasa a usted por la cabeza abrir un consulting para ayudar a las ciudades a tener éxito, no se moleste en buscar clientes entre los alcaldes de capitales. Estas no suelen requerir estos servicios porque viven al amparo de los estados y nunca van faltadas de recursos ni de capacidad de influencia. Cuando concentras el poder político y el económico no tienes tanta necesidad de repensarte.
En cambio, las grandes ciudades no-capitales constituirán su target perfecto: están obligadas a ingeniárselas para sobresalir y no languidecer a la sombra del poder. Las encontrará más que dispuestas a atender sus sabios consejos. Si hay una ciudad habituada a seguir ese tipo de terapia, esa es Barcelona. No por enfermiza, sino porque nunca se ha resignado a ser una metrópolis de segunda división. Y eso requiere aguzar el ingenio.
Barcelona se ha volcado en la FIL: odia desaprovechar las oportunidades
Es difícil evaluar los resultados de una terapia, pero sí que puede puntuarse la energía empleada para intentar cumplir los buenos propósitos formulados en el diván. En eso, Barcelona obtiene sin duda una nota alta. Su sólida puesta de escena en el arranque de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a la que acude este año como ciudad invitada, así lo acredita.
La instalación de Cabosanroque dedicada a Brossa
Se calcula que serán nada menos que un millar las personas que se desplazarán a Guadalajara desde Barcelona para asistir a la FIL, contando a los integrantes del programa oficial y a todos los convocados por las editoriales; también a los periodistas o a otros representantes del mundo del libro. Estos días hay un auténtico puente aéreo en marcha entre la capital catalana y la del estado de Jalisco, con escala obligada en Ciudad de México (siempre las capitales...)
La feria abrió sus puertas anoche; aún no puede determinarse su impacto. Pero en la previa del viernes ya pudo apreciarse la ambición de la apuesta barcelonesa a través del programa expositivo paralelo. La diplomacia latinoamericana de la ciudad parece haber dado un salto adelante. A diferencia de otras literaturas invitadas, que han traído a México exposiciones que ya estaban en circulación, la barcelonesa ha producido algunas muestras para la ocasión.
Vindran les dones. 150 anys de lluites als carrers de Barcelona”, el homenaje al compromiso de las escritoras barcelonesas, apela a realidades mexicanas contemporáneas: lo tiene todo para atraer a los visitantes locales.
En el mismo Museo Cabañas, las tres piezas del colectivo de arte sonoro Cabosanroque inspiradas en Rodoreda, Verdaguer y Brossa, que se vieron en Temporada Alta, combinan con audacia música, arte y poesía. Junto a la exposición de realidad expandida Espai Oníric , que proyecta en un cubículo –aconsejable sentarse si se sufre jet lag– obra de los estudios Blit, Desilence, Eyesberg, Masso, Onionlab y Sevi Iko Dømochevsky que pudo verse en Sónar+D, es una buena degustación del arte digital hecho en Catalunya. Tal vez la apuesta por este colectivo podría haber sido aún más ambiciosa, porque representa muy bien la actual vanguardia creativa barcelonesa, de la mano de la comunidad científica y tecnológica local.
La plaza recreada en el pabellón de Barcelona de la FIL
La exposición sobre el diseño de los libros de Barcelona, comisariada por Enric Jardí, dirigida por el Disseny Hub y abierta en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, generó expectación ya en su estreno, con muchos medios locales presentes. La misma que suscitaron los miembros de Love of Lesbian en la rueda de prensa previa a su concierto, anticipo de lo que ocurrirá cuando se viva en la FIL el momento Serrat .
Pronto podrá valorarse el efecto de la programación literaria de la comisaria Anna Guitart, confeccionada con una mirada generosa a la literatura catalana en su conjunto. En la hora de dar por acabado este artículo, empiezan los discursos protocolarios de inauguración de la FIL. Barcelona está ya en el presidium , que no es otra cosa que la manera mexicana de referirse al estrado desde el que hablan cargos públicos como el alcalde Jaume Collboni, muy activo estos días en México.
Una vez más, Barcelona, siempre bajo el síndrome de no podemos desaprovechar la oportunidad , intenta demostrarse a sí misma, más que al resto del mundo, que la terapia funciona.

