‘El miedo duele’
El miedo agarrota y enferma. Hay que colocarlo en un rincón marginal, pequeño. Eso enseña David Ponce en El miedo duele (Plataforma), libro subtitulado Anatomía de las emociones. Cómo te enferma o te cura aquello que sientes. De jovencito, un atropellamiento en la Diagonal quebró sus huesos. Se recuperó. Y estudió todo sobre huesos, músculos, nervios... Y emociones. Su clínica ahorra grandes cirugías –o las desvía a las mínimamente invasivas del doctor Ignacio Moya, colaborador suyo–, en equipo con la psicóloga Paula Ponce, su hija. Si el miedo duele, la risa sana. Y Ponce cuenta chistes como nadie: aunque no me duela nada, le consulto todo, para reírme con un chiste y que me despida con un abrazo confortador (seis segundos). Salgo a la calle: nada demasiado grave pasará.
El miedo duele?
El miedo duele.
¿Cómo sucede?
Hay emociones escondidas detrás de dolencias y dolores. Y la más dañina es la emoción del miedo.
¿Miedo a qué?
A la adversidad, a la pobreza, a la enfermedad, a la muerte... En suma, a la vida.
¿Miedo a la vida?
La vida contiene todo, acéptalo porque va a suceder. El miedo no ayuda: te enferma.
Pero el miedo es libre.
Puedes reeducarte y apaciguar el miedo. Merece la pena, porque dos minutos de miedo bajan tus defensas por seis horas.
¿Cómo puedo combatir mis miedos?
Hay una clave: ama a los demás.
Ah.
Tu miedo nace del narcisismo, temes no alcanzar cierta meta... Irreal. Deja de mirar tu ombligo y mira afuera, a los demás.
¿Qué dolores llegan más a su consulta?
De espalda, la mayoría. Y cervicales.
¿Por dónde suele asomar el miedo?
En los dolores lumbares y renales.
¿Y la ira?
En disfunciones hepáticas.
¿Y la tristeza?
En el pulmón.
¿Y la culpa?
Culpa y vergüenza: dolor en el pecho.
¿Ansiedad, estrés?
Corazón.
¿Depresión?
El intestino determina estados depresivos, angustia y fatiga: produce serotonina que satisface al cerebro, pero si falla...
Y la espalda, me decía, ¿es la que más disgustos nos da?
La patología que mayor coste sanitario supone en el planeta es... El dolor de espalda: es el mal que más bajas laborales provoca y el que más fármacos implica.
¿Y cómo solemos abordarla?
Con consumo de fármacos antiinflamatorios... A la espera de algunas cirugías.
Usted propone tratar antes el miedo.
Miedos ocultos segregan catecolaminas desde las glándulas suprarrenales, y adrenalina y cortisol... Evitémonos todo eso.
¿Cómo?
Procesando menos preocupaciones.
Es fácil decirlo, pero...
La ciencia sabe que el 91,4% de tus preocupaciones (miedos a que suceda algo) son infundadas: ¡nada de eso sucederá!
Ya, eso he leído...
La imaginación es la mitad del mal... Y puede ser también la mitad del remedio. Relajarte es el comienzo de toda cura.
¿Qué es lo primero que hace usted ante un paciente para relajarle?
Escucharle. Desbloqueo vértebras: mejora la linfa, circulación, nervios, vísceras... Reviso los cuatro pilares de su salud: dieta, ejercicio físico, descanso y emociones.
Dieta: ¿algún consejo básico?
Sí: elimina azúcares y cereales refinados. Y ayuna por las mañanas.
Ejercicio: otro consejo.
Haga algo de fuerza y algo de cardio. Tres hora semanales. Piense que cada hora de ejercicio ¡alarga su vida dos horas!
Descanso: ¿hay consejos?
Varios: no comas ni bebas tres horas antes de acostarte; duerme sobre el lado izquierdo: así liberas el bazo; con una almohada firme: alinea cervicales; y con un cojín entre las piernas: eso te alinea la cadera. Y duerme ocho horas de calidad.
Corrija un error que todos cometamos.
Deja de ir con la cabeza gacha mirando el móvil: eso equivale a cargar veintisiete tetrabriks sobre tus discos cervicales.
¿Y si los músculos se sobrecargan?
Cada músculo contraído corresponde a una emoción. Hay pacientes muy encorbatados que rompen a llorar en mi consulta en cuánto les desbloqueo algo.
Qué cosas...
Es natural: tus órganos lloran las lágrimas que no derramaron tus ojos.
Cuénteme un caso real de su consulta.
Una chica padecía dolor lumbar. Aunque ella lo tenía olvidado, de niña había sufrido abusos... Y arrastraba aquel trauma.
Y a simple vista ¿usted es capaz de adivinar disfunciones en sus pacientes?
Sí: tu piel expresa el estado de tu colon, por poner un ejemplo simple.
¿De verdad puedo reeducar mis emociones en beneficio de mi salud?
Es así, dado que puedes escoger lo que piensas. Y tus pensamientos determinarán tus emociones, y de ahí tus dolores.
¿Pensar bien, pues, es fuente de salud?
Si alineas lo que piensas, sientes y haces... ¡serás feliz! No obrarás ya reactivamente. Tú haz lo que debes: eso te dará paz.
Puede que heredemos infelicidades...
Puede, pero hazte consciente de eso ¡y lo sanarás! Cada uno se cura a sí mismo, yo solo acompaño. Quiérete... Y abraza al de al lado. Si no tienes amor, ¡no tienes nada!


