Jorge Ángel es un enfermero muy popular en redes sociales. Tan solo en su cuenta oficial de Instagram acumula más de un millón de seguidores, una cifra que se queda opacada por los más de seis millones que tiene en TikTok.
A lo largo de su trayectoria en internet, el joven sanitario ha abordado todo tipo de temas relacionados con el cuerpo humano, las enfermedades, el bienestar físico y mental, etc., siempre desde un punto de vista interesante y aplicando su peculiar sentido del humor, lo que le ha ayudado a conquistar a la audiencia y a tener un gran impacto.
Jorge Ángel, enfermero
En uno de los últimos vídeos que compartió en su cuenta oficial de Instagram, el experto habló sobre un mal hábito muy arraigado en nuestra sociedad: consumir alcohol y mezclarlo con bebidas energéticas.
''Mezclar alcohol con bebidas energéticas es muy peligroso. Yo sé que a mucha gente le encanta, pero hemos tenido casos en el hospital de incluso parada cardíaca por esta práctica. Y más si tienes una predisposición en el corazón que tú desconoces'', explicó el especialista en la pieza audiovisual.
''Como hemos explicado muchas veces, las bebidas energéticas contienen sustancias estimulantes que camuflan el efecto del alcohol, y este, a su vez, es un depresor del sistema nervioso central. Por eso, bebes y bebes sin darte cuenta hasta que llega el bajón'', señaló el experto, dejando claro que esta mezcla vuelve loco al corazón, que sufre como si estuviera en una montaña rusa.
Finalmente, el especialista compartió una última reflexión con sus seguidores. ''No hace falta beber para divertirse, ni tampoco jugársela de esta manera. No merece la pena'', sentenció en el vídeo, que ya acumula más de 117.000 reproducciones en la plataforma de color rosa.
Los efectos de la bebidas energéticas
En otra publicación reciente, el destacado psicólogo Fabián Carazo, conocido por sus reflexiones sobre sustancias adictivas, explicó que consumir este tipo de bebidas aumenta la energía, la impulsividad y la irritabilidad; acelera el pensamiento; reduce la somnolencia, la ansiedad y el nerviosismo; y dificulta el descanso nocturno. Además, tras su ingesta, existe un mayor riesgo de sufrir ataques de pánico.
Tal como explicó Carazo, a largo plazo el consumo puede producir dependencia psicológica, debido a la necesidad de mantenerse activo, y desregulación del estrés. Además, según el reconocido experto en adicciones, el uso abusivo puede desencadenar un trastorno de ansiedad que, con el tiempo, puede volverse crónico.