Vivimos en una sociedad hiperconectada y exigente que nos obliga a producir como máquinas, convirtiendo a millones de personas en verdaderas adictas al trabajo. Con la llegada de las vacaciones de verano, es común observar cómo muchos individuos experimentan un sentimiento de culpa por dejar de trabajar, lo que les impide disfrutar y desconectar de verdad.
Esta sensación de estar atrapado en un ciclo constante de productividad, donde el descanso se percibe como una debilidad o un lujo que no debemos permitirnos, afecta a la salud física y mental de la persona y puede incluso derivar en problemas más graves como ansiedad o burnout.

Una mujer agobiada en su trabajo.
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, la psicóloga Marta Martínez Novoa, autora de Que sea amor del bueno y El síndrome de la chica buena, abordó diferentes temas, pero explicó que trabajar de manera incansable no siempre significa que alguien sea responsable, sino que, a menudo, responde al miedo de no ser suficiente.
''Cuando haces horas de más en el trabajo sin que nadie te lo pida, no siempre es por compromiso. A veces es porque no soportas la idea de decepcionar a alguien o de no estar a la altura (...) A veces es ansiedad disfrazada de eficiencia. El 'si no lo controlo yo, algo va a salir mal''', señaló la creadora de contenido digital.
La escritora también compartió que hay quienes no delegan y se sobrecargan intentando parecer generosos, cuando en realidad lo que ocurre es que sienten la necesidad de seguir demostrando su valor.
''Cuando no te permites parar, ni enfermar, ni estar de mal humor, ni decir 'hoy no puedo más', no siempre es fortaleza. A veces es miedo a que el resto se dé cuenta de que no eres tan invencible'', afirmó la divulgadora en la red social favorita de las influencers.
''No viniste al mundo a sostenerlo todo''
A modo de conclusión, Martínez Novoa explicó que intentar ser siempre fuerte, activo y productivo resulta agotador y puede pasar factura, por lo que es fundamental hacer un ejercicio de introspección para aceptar que mereces vivir sin tener que estar todo el tiempo ''rindiendo examen''.
''No viniste al mundo a sostenerlo todo, ni a demostrar nada, ni a merecer cariño a base de rendimiento. Tal vez no es responsabilidad, sino supervivencia'', sentenció la experta, para luego aclarar que todos sus consejos son generales y que recomienda a cada persona acudir a terapia individual para recibir ayuda especializada y concreta.