iRobot era la empresa de Boston que popularizó los robots aspirador autónomos, a finales de los 90. Era algo revolucionario: se acabó pasar la escoba, ya lo hace la Roomba por ti. Millones de hogares se hicieron con un robot de esos, se regalaban por Navidad, en cumpleaños, como obsequio de empresa...
Si hay algo que saben hacer muy bien las marcas chinas es copiar y mejorar lo que ya está hecho. Eso es una arma letal contra las compañías que gastan auténticas fortunas en abrir nuevos caminos tecnológicos.
¿Qué va a pasar con las Roomba?
Firmas como Dreame, Roborock o Ecovacs (incluso DJI, la marca de drones) han ido asomando en el sector, sin hacer demasiado ruido, perfeccionando cada vez más sus aspiradores —que además también friegan—, y poco a poco han ido robando cuota de mercado a iRobot, hasta alcanzar el 70% del mercado mundial, según IDC. En consecuencia, la pionera no ha sabido mantener el tipo ante la embestida de sus nuevos competidores y ha terminado en la bancarrota de la americana.
Cierto es que no le hizo ningún favor la filtración de imágenes privadas recogidas por un modelo de Roomba con IA que lanzaron en 2023. Y esto, sumado a unas ventas cada vez menores, les ha llevado a tirar la toalla y declararse en bancarrota. ¿Qué pasa, pues, con Roomba, con el servicio de atención al cliente, con la garantía y, sobre todo, con los datos privados de los usuarios?
Los robots aspiradores chinos han acabado con la pionera iRobot
De momento, paremos el golpe: iRobot no va a cerrar, va a continuar sus operaciones de cara al público con normalidad, así que no hay que preocuparse por si necesitamos repuestos, se nos ha averiado o usamos el aparato desde la aplicación móvil: los servidores seguirán funcionando.
La principal inquietud viene por la parte corporativa, ya que uno de los principales proveedores de iRobot, la china Picea Robotics, ha decidido rescatarla de la quiebra y quedarse con el 100% de las acciones, tras el fracaso del intento de compra por parte de Amazon, en 2024. La marca estadounidense más popular de robots aspiradores, pues, pasa a manos asiáticas.
Según el comunicado oficial de iRobot, la compañía entra ahora en una “reestructuración” para viabilizar su continuidad a largo plazo: “La transacción fortalecerá nuestra posición financiera y ayudará a brindar continuidad a nuestros consumidores, clientes y socios”, confirma el CEO de iRobot, Gary Cohen, en el documento.
Tras la adquisición, iRobot dejará de cotizar en las bolsas americanas en las próximas semanas y los actuales accionistas lo perderán todo, pero los clientes y usuarios seguirán disfrutando de la misma experiencia que con el antiguo propietario.


