“Suave pero carismático, lógico pero apasionado, joven pero sabio”: Zhang Yiming, el creador de TikTok, no cumple con el modelo de “gran líder” de Silicon Valley, pero eso es lo que explica su gran éxito
TikTok
Zhang Yiming, fundador de ByteDance y creador de TikTok, es el hombre más rico de China; dejó la dirección en 2021, pero sigue al frente de un imperio millonario
“Todo adulto, toda persona trabajadora, incluso los niños, deberían usar la IA de inmediato”: Jensen Huang es la persona que más interés tiene en que la inteligencia artificial triunfe, y no lo esconde en absoluto
Zhang Yiming, fundador de TikTok.
Hoy en día existe una exotización de China que, realmente, no tiene sentido. Ya no vivimos en una época en la que Asia nos resulte lejana o inaccesible, y sabemos bien que el orientalismo —la fetichización de Oriente en todas sus formas— no tiene efectos precisamente positivos.
Sin embargo, eso no significa que dejemos de percibir como misteriosas o extrañas realidades que, en el fondo, no lo son. China es un país normal, y muchas de las cosas que interpretamos como enigmáticas lo son únicamente porque nos quedamos en la superficie sin intentar comprenderlas mejor.
Un buen ejemplo es el caso de Zhang Yiming, fundador de ByteDance y la mente detrás de TikTok. A menudo etiquetado como “el millonario más misterioso del mundo”, lo cierto es que sabemos de él mucho más que de muchos CEOs de Silicon Valley.
La diferencia está en la percepción: cuando se trata de China, parece razonable no hacer el esfuerzo de conocer a alguien a fondo, como si el velo del misterio fuera suficiente para explicar su éxito. Pero no lo es. Y eso es precisamente lo que vamos a demostrar hoy: que detrás de esa supuesta opacidad hay un liderazgo reconocible, decisiones estratégicas concretas y un modelo tecnológico que no tiene nada de inalcanzable.
Zhang Yiming, fundador de TikTok.
Un hombre como cualquier otro
La vida relativamente normal de Zhang Yimin
Zhang Yiming nació el 1 de abril de 1983 en Longyan, en el sureste de China, como hijo único de dos funcionarios públicos. Nada extraño si se tiene en cuenta la política del hijo único que regía en el país desde 1979 y que marcaría a toda una generación. Desde muy joven destacó en sus estudios, lo que le permitió acceder a la Universidad de Nankai, una de las diez más prestigiosas de China y que, en 2025, llegaría a situarse entre las 20 primeras del mundo, según el Nature Index Global.
Allí estudió Ingeniería Electrónica y posteriormente Ingeniería de Software, aunque en 2005 se graduó en Ingeniería Informática. Sin embargo, lo más decisivo de aquellos años no estuvo en las aulas ni en los libros de programación, sino en su vida personal: fue entonces cuando conoció a una joven con la que empezó a salir y que acabaría convirtiéndose en su esposa, con la que todavía comparte su vida.
Zhang Yiming de joven.
Tras graduarse, Zhang Yiming no tardó en encontrar su primer gran reto profesional. En febrero de 2006 se incorporó como quinto empleado y primer ingeniero del portal de viajes Kuxun. Apenas un año después ya era director técnico, un ascenso meteórico que lo situaba en una posición privilegiada para dar el siguiente gran salto.
Ese salto llegó en 2008, cuando fichó por Microsoft. Sin embargo, su estancia en el gigante de Redmond fue breve. Las rígidas normas corporativas y la burocracia interna chocaban con su carácter inconformista. Consideraba que sus reglas corporativas eran demasiado estrictas y sinsentido para alguien como él. Algo que le acompañaría toda su vida.
No soy muy sociable y prefiero actividades solitarias como navegar por Internet, leer, escuchar música y contemplar lo que puede ser posible
Quienes han trabajado con Zhang Yiming suelen coincidir en un rasgo clave: su carácter reservado. El propio fundador lo reconoce sin rodeos: “No soy muy sociable y prefiero actividades solitarias como navegar por Internet, leer, escuchar música y contemplar lo que puede ser posible”. Una autodefinición que, en sus palabras, le hace “carecer de algunas de las habilidades que definen a un jefe perfecto”.
Sin embargo, esa aparente falta de sociabilidad convive con un estilo relajado y sorprendentemente magnético. Sus apariciones públicas suelen ser en camiseta básica y pantalones ejecutivos, y ha sido descrito por Kai-Fu Lee en Time Magazine como “suave, pero carismático; lógico, pero apasionado; joven, pero sabio”.
Tras dejar Microsoft, Yiming se unió a Fanfou, una startup fundada en 2007 que aspiraba a ser la gran alternativa china a Twitter, con soporte tanto en caracteres simplificados como tradicionales. Pero el contexto político no jugó a su favor: polémicas como la censura durante los disturbios de Urumchi en 2009 lastraron la plataforma y acabaron condenándola al fracaso. Zhang, de nuevo, decidió dar un paso al lado.
Zhang Yiming, fundador de TikTok.
El éxito tras una gran idea
El triunfo llegó antes que TikTok
En 2012, Zhang Yiming detectó un problema que parecía menor, pero que afectaba a millones de usuarios: las búsquedas en los smartphones eran un desastre. Incluso en Baidu, el mayor buscador de China, los resultados aparecían contaminados por publicidad disfrazada de contenido legítimo.
Su respuesta fue decisiva. Ideó una aplicación capaz de ofrecer resultados realmente relevantes para cada usuario, basándose en un principio que hoy nos parece cotidiano, pero que entonces era radicalmente novedoso: recomendaciones generadas por inteligencia artificial. Más concretamente, por un algoritmo diseñado para aprender de los intereses y hábitos de cada persona.
En agosto de 2012 nació ByteDance, cuyo primer gran producto fue Toutiao, una aplicación de noticias impulsada por algoritmos de recomendación
La idea era tan revolucionaria que, en un primer momento, ningún inversor se atrevió a respaldarla. El proyecto parecía demasiado arriesgado para encajar en el ecosistema tecnológico chino de la época. pero todo cambió cuando Susquehanna International Group, una firma tecnológica privada con sede en Estados Unidos, decidió apostar por Zhang Yiming.
Gracias a esa inversión inicial, en agosto de 2012 nació ByteDance, cuyo primer gran producto fue Toutiao, una aplicación de noticias impulsada por algoritmos de recomendación. Esta app no tardaría en demostrar que la personalización masiva podía transformar la manera en que consumimos información.
El funcionamiento de Toutiao era, en apariencia, muy simple. Con un agregado de más de 20.000 medios y 800.000 creadores de contenido, la aplicación ofrecía a sus usuarios un flujo constante de noticias y titulares de la jornada o de la última semana.
El secreto estaba en lo que ocurría después: si un titular captaba la atención de alguien y se detenía a leerlo, el algoritmo tomaba nota. Con cada interacción, la plataforma afinaba sus recomendaciones, transformando un revoltijo aleatorio de información en un feed personalizado que se volvía más preciso con el tiempo.
Zhang Yiming, fundador de TikTok.
Si eso te resulta familiar, no es casualidad. Pero antes de llegar ahí, conviene detenerse en lo que logró Toutiao por sí misma. En menos de dos años había conquistado a más de 13 millones de usuarios diarios, un éxito que llevó a Sequoia Capital —que había rechazado la propuesta original de Zhang— a liderar en 2014 una inversión de 100 millones de dólares. Una rectificación que demostraba que la visión de Zhang tenía un tirón innegable.
¿De dónde surgió esa visión? De una observación aparentemente trivial: viajando en metro, se dio cuenta de que cada vez menos personas leían el periódico. Lo que sí veía era una multitud mirando la pantalla del móvil. Zhang entendió antes que nadie que ese gesto cotidiano marcaría el futuro del consumo de información.
Viajando en metro, se dio cuenta de que cada vez menos personas leían el periódico. Lo que sí veía era una multitud mirando la pantalla del móvil
Aunque para 2014 ByteDance ya era una superpotencia en China, Zhang Yiming no se permitió acomodarse en el éxito. Al contrario: estaba convencido de que la compañía debía expandirse más allá de sus fronteras y mirar hacia mercados mucho más grandes y competitivos. América, Europa y Japón se convirtieron en su nuevo horizonte.
Su primera apuesta fue Lark, una aplicación de productividad que buscaba competir en el terreno de las suites de oficina digitales. Sin embargo, la app no llegó a despegar. Y, lejos de suponer un freno, aquel tropiezo sirvió como antesala de lo que vendría después. Apenas un año más tarde, Zhang lanzaría la aplicación que no solo consolidaría a ByteDance dentro de China, sino que la convertiría en un fenómeno global: la app que transformaría para siempre la forma en que millones de personas consumen entretenimiento.
La gran explosión
Llegó la hora de TikTok
En septiembre de 2015 tuvo lugar un lanzamiento discreto, casi sin ruido mediático, que en sus primeros meses pasó desapercibido. ByteDance presentó TikTok, una aplicación que utilizaba el mismo algoritmo de recomendaciones que Toutiao, pero con un giro fundamental: en lugar de depender de los medios tradicionales, ponía el foco en los propios usuarios.
La premisa era sencilla y, al mismo tiempo, explosiva: cualquiera podía convertirse en creador de contenido y alcanzar la popularidad, siempre que lograra conectar con lo que gustaba a la comunidad. TikTok democratizaba la visibilidad: no importaba tu estatus, tus contactos o tus recursos, bastaba con un vídeo capaz de enganchar.
TikTok.
El propio Zhang Yiming impuso esta lógica dentro de la compañía. “Hicimos obligatorio que todos los miembros del equipo directivo hicieran sus propios vídeos de TikTok y que ganaran un determinado número de ‘me gusta’. Si no lo hacían, les obligábamos a hacer flexiones”, confesó con gracia. Esa cultura de participación activa no solo fortaleció el producto desde dentro, sino que terminó siendo la chispa que catapultó la aplicación a la popularidad masiva.
TikTok se convirtió casi de inmediato en un fenómeno, tanto en China —donde se conoce como Douyin— como en el resto del mundo. Su mayor conquista fue la Generación Z. Los nacidos entre mediados de los noventa y principios de los 2010 encontraron en la app una experiencia única: un algoritmo capaz de ofrecerles, con sorprendente precisión, exactamente aquello que querían ver.
Hicimos obligatorio que todos los miembros del equipo directivo hicieran sus propios vídeos de TikTok y que ganaran un determinado número de ‘me gusta’. Si no lo hacían, les obligábamos a hacer flexiones
O bueno, casi. En realidad, TikTok también despliega abundante contenido irrelevante, incluso tras varias semanas de uso. Pero ahí está la clave: igual que Toutiao, la plataforma construye un feed lo suficientemente ajustado a tus gustos como para mantenerte enganchado. Puede que pases diez o doce vídeos que no te interesan, pero tarde o temprano aparece uno que parece hecho a tu medida. Y en muchos sentidos, lo está.
Ese magnetismo se tradujo en un éxito tan rotundo que ByteDance pudo adquirir en 2017 a Musical.ly, la popular aplicación de vídeos con sincronización labial, por 800 millones de dólares. La fusión fue decisiva: las funciones de Musical.ly se integraron en TikTok, reforzando su atractivo global y consolidándola como la plataforma de vídeos cortos más influyente de Internet.
Zhang Yiming, fundador de TikTok.
TikTok va a pasar a manos de los americanos
EEUU quiere quedarse con el gran negocio
Para 2018, ByteDance ya estaba valorada en más de 75.000 millones de dólares, lo que la convirtió en la startup privada más valiosa del mundo. Un título que explica por qué, desde entonces, ha estado en el punto de mira de todos: desde la competencia directa hasta los gobiernos.
En 2020, YouTube lanzó los Shorts como respuesta a TikTok, apostando por los vídeos cortos en formato vertical. A día de hoy, la maniobra sigue sin arrebatarle el trono a la aplicación de Zhang Yiming. Pero la amenaza más seria no llegó de Silicon Valley, sino de Washington. Ese mismo año comenzaron las peticiones para prohibir TikTok en Estados Unidos, una presión que nunca ha dejado de crecer.
El debate alcanzó un nuevo nivel en enero de 2025, cuando se planteó la posibilidad de que Elon Musk comprara la base de operaciones estadounidense de TikTok si se confirmaba una prohibición total en el país.
La versión oficial del gobierno es clara: TikTok representa un riesgo para la seguridad nacional. La extraoficial resulta menos transparente: que la startup privada más valiosa del mundo no sea estadounidense —y que, a diferencia de muchas compañías de moda en la IA o las criptomonedas, genere un valor tangible y sostenido— parece ser un trago difícil de aceptar.
El 19 de enero de 2025 llegó la confirmación: la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que era constitucional aprobar una ley que prohibiera TikTok en el país por motivos de seguridad nacional, incluso sin presentar pruebas concretas. La decisión desató de inmediato una carrera frenética por hacerse con las operaciones de la aplicación en suelo estadounidense.
Estados Unidos y China han alcanzado un acuerdo preliminar para vender TikTok a un consorcio de inversores estadounidenses
Los nombres que han aparecido en la puja no podían ser más variados: desde Elon Musk hasta el magnate inmobiliario Frank McCourt, acompañado por el inversor Kevin O’Leary; pasando por el exsecretario del Tesoro Steve Mnuchin, el creador de YouTube MrBeast o incluso el exCEO de Activision Blizzard, Bobby Kotick. Una lista que refleja hasta qué punto TikTok se ha convertido en un botín codiciado tanto por la élite financiera como por figuras mediáticas con influencia global.
Lo único seguro, a día 14 de septiembre de 2025, es que Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo preliminar para vender TikTok a un consorcio de inversores estadounidenses. Se espera que el pacto sea ratificado en breve durante la próxima reunión entre Donald Trump y Xi Jinping, centrada en la negociación de las tarifas comerciales.
Zhang Yiming, el creador de TikTok.
Un hombre de lo más normal
Zhang no es como los demás mil millonarios
El futuro inmediato de Zhang Yiming es una incógnita, pero no su posición en el tablero global. A pesar de las turbulencias en torno a TikTok, sigue siendo el hombre más rico de China y uno de los empresarios más influyentes del planeta. Aunque dejó la dirección de ByteDance en 2021, su huella permanece en cada decisión de la compañía, que aún controla aplicaciones con cientos de millones de usuarios. Ni la presión de Washington ni la fragmentación de su imperio parecen amenazar su continuidad: el negocio sigue vivo, incluso si ahora el mapa es más complejo que antes.
Por eso resulta absurdo presentarlo como un personaje misterioso o inaccesible. Zhang es, sin duda, un millonario atípico: no cultiva la imagen de las grandes gestas ni busca brillar en público. Prefiere definirse como alguien sencillo, más interesado en descubrir qué puede resultar interesante o divertido para la mayoría.
En uno de sus discursos corporativos resumió esa filosofía con claridad: “Las personas que logran grandes cosas a menudo mantienen una mentalidad muy normal. En otras palabras, si mantienes una mente normal, te aceptas como eres y te va bien, a menudo puedes hacer las cosas bien. La gente normal puede hacer cosas extraordinarias”.
Y esa es, en esencia, la paradoja de Zhang Yiming: un hombre reservado y aparentemente común que, sin embargo, ha levantado un imperio digital que ha transformado la forma en que el mundo consume información y entretenimiento. Un milmillonario que sigue pareciendo, de algún modo, sorprendentemente normal.