Hace unas semanas llegaba la noticia de que Instagram superaba, en uso, por primera vez a Facebook. El hijo —ambas redes sociales son propiedad de Meta— había superado al padre. Ley de vida —pensarán algunos, no sin razón—, pero la realidad es que “para que una red social se convierta en referente, tanto para las personas como para empresas e instituciones, debe enamorar a los adolescentes. Los que marcan la tendencia son ellos”, explica Ferran Lalueza, profesor de redes sociales en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC). De todas formas, ahora mismo es TikTok la que corta el bacalao y a la que el resto de las redes sociales tratan de copiar funcionalidades. Facebook, por cierto, se ha convertido en un zombi, para los boomers.
No ha pasado lo mismo con X (antes Twitter), a la que algunos le augurábamos un futuro negro tras el acercamiento de Elon Musk a Donald Trump, y de que el multimillonario convirtiera su red social en un pozo de desinformación y campo abierto para que los movimientos de ultraderecha de todo el mundo pudieran esparcir sus mentiras. Parece que como mínimo ha parado el golpe y Bluesky, que se postulaba como su sucesora, no ha sido capaz de hacer ni siquiera de hacerle cosquillas. Y es que quizás X sea —de nuevo— un zombi lleno de propaganda nazi, pero la realidad es que Bluesky es un lugar muy aburrido, en el que no sucede nada de nada, mínimamente emocionante.

Donald Trump y Elon Musk en el despacho Oval de la Casa Blanca, a finales de mayo de este año. REUTERS/Nathan Howard/File Photo
Redes sociales y ultraderecha son una mala combinación. En este sentido, la consellera de Educació, Esther Niubó, mostraba el jueves pasado su preocupación por el crecimiento de ideas antidemocráticas entre los jóvenes que dicen frases como “la política no sirve para nada” o “en una dictadura se viviría mejor”, máxime en un momento delicado, cuando, desde la misma política, “se cuestionan valores democráticos esenciales, a menudo se normalizan discursos que glorifican regímenes abiertamente racistas, xenófobos, que utilizan la agresividad en vez del diálogo”. Y lo peor es que “no son casos aislados los jóvenes que dudan de la democracia y glorifican el franquismo”, aseguraba la consellera.
Y todo esto en un contexto en el que el debate sobre el uso de la tecnología entre los más jóvenes parece no tener fin. Un grupo de países europeos, encabezados por Francia y España, quieren que la UE establezca los 15 años como la edad mínima para acceder a las redes sociales y que se obligue a estas plataformas a establecer mecanismos de control de edad y que filtren su contenido. Mientras tanto, grupos de padres siguen movilizados para que se tomen medidas de restricción de smartphones y tablets para los jóvenes en casa y en la escuela. Y por si todo esto fuera poco, ayer, el Govern de Catalunya se mostró favorable a mantener las aulas libres de móviles de forma definitiva, incluso para fines pedagógicos.
Ya se sabe, ”los adolescentes son seres incómodos, egoístas, impredecibles, oscuros... También sorprendentes si se les escucha. La mala noticia es que han organizado su vida y su socialización en torno al móvil. Sinceramente, creo que a prohibir llegamos tarde, no a intentar conocer a nuestros hijos. Claro que siempre es más fácil tirar la toalla o escudarse en los demás”.
· Jóvenes, sexo y alcohol. El último estudio de la FAD arroja conclusiones preocupantes. El 70% de los jóvenes ha tenido sexo bebido y lo describe como menos placentero y más violento. Y, aún peor, el 41,7% de los chicos reconoce “haber aprovechado que otra persona había consumido alcohol u otras sustancias para intentar tener relaciones sexuales”.
· Algoritmo. Arturo Béjar trabajó para Meta con la misión de proteger a los usuarios, pero rompió con la empresa y alertó al Senado de EE.UU. cuando Zuckerberg ignoró sus informes de que mostraban contenidos perjudiciales a los menores. “El algoritmo de las redes es un chorro de daño directo al cerebro de nuestros hijos”, asegura.
· Filósofas en las PAU. Por primera vez en su historia, este año el examen de Filosofía de las PAU ha incluido a una pensadora entre las preguntas, Martha Nussbaum. Una anomalía. Jordi Mir, profesor de filosofía moral y política de la Universitat Pompeu Fabra reflexiona lo siguiente al respecto: “En clase he tenido estudiantes que no han dudado en decir que las mujeres nunca habían elaborado ningún pensamiento que mereciera ser estudiado. Y lo decían porque nunca habían estudiado a ninguna mujer”.
Y ADEMÁS

Retrato de Ismael Molina con su psicóloga. Ismael amtó a su padre en un ataque de esquizofrenia. Foto: Miquel Muñoz / Shooting.
· Salud mental y prisiones. Ismael Molina mató a su padre hace seis años en un brote esquizofrénico y ahora trabaja en una empresa como informático y cuenta con el apoyo de sus compañeros que conocen su historia. Silvia Ramírez, la psiquiatra que trató a Ismael cuando ingresó en prisión, asegura que “la clave es empezar a abrir pequeñas puertas y psicoeducar al entorno” y si entra alguien nuevo en el grupo, “poder explicar que cuentas con apoyo del resto “y eso te da un sustento. Al final, todo lo que no conocemos nos da miedo”.
· El permiso de conducir. Sigue siendo un drama para muchos jóvenes, como mínimo en Catalunya, conseguirlo. No es que sea mucho más difícil, sino que no hay examinadores. En la provincia de Barcelona hay una lista de espera de 50.000 personas. Un ”problema endémico”, según las autoescuelas.
ENTREVISTA

Entrevista Marina Garcés pel seu llibre “La pasión de los extraños. Una filosofía de la amistad” Ateneu Barcelonès
· Marina Garcés. “La amistad es una experiencia de transformación, no de identificación”. La filósofa catalana reivindica la condición que todo amigo tiene de extraño: “Un amigo es alguien con quien nos podemos extrañar de quiénes somos y de cómo somos, lo que nos permite transformarnos con ellos”.
INSPIRACIONES
· SMILE. El extenista y experto en motivación y gestión de la presión, Pancho Campo, ha publicado SMILE, un libro en el que desarrolla su método antiestrés para superar el miedo y lograr el equilibrio emocional. Este método se centra en la risa como terapia contra la ansiedad. Por sus siglas (en inglés) este método trabaja el estrés (S); el miedo y la motivación (M); inspiración (I); el liderazgo (L) y la energía(E).
· Poliamor. Iniciar una relación sexoafectiva fuera de la monogamia supone a menudo una conmoción en el entorno familiar y de amistades: muchos no lo entienden, la mayoría prejuzgan y solo una minoría lo entiende y acepta.
· Hablar en voz alta. Lejos de ser un signo de locura, hablar en voz alta con uno mismo es una práctica saludable con múltiples ventajas cognitivas y emocionales.