El pescado es uno de los alimentos más consumidos actualmente por la gran cantidad de beneficios nutricionales que se desprenden del producto. Omega 3 y proteínas son solo dos de los componentes que aporta al ser humano. De hecho, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda su ingesta al menos tres veces a la semana.
En función del tipo de pescado, además, las ventajas que ofrece no son las mismas. Precisamente por este motivo, un pescadero experto en la materia ha revelado el truco perfecto para que en la pescadería no te den un pescado por otro. Esta técnica, además, es muy frecuente cuando se trata de trucha y salmón, pues al parecerse tanto, suelen confundirse.
“¿Te han dado trucha por salmón?”, se ha cuestionado el pescadero en un vídeo de Instagram, donde ha explicado las diferencias entre ambos. Además, el experto ha enseñado la forma perfecta de detectarlas para evitar confundirlas en la propia pescadería. “Que nadie te la cuele”, ha sentenciado.
Las diferencias entre trucha y salmón
Aunque nutricionalmente son similares, la trucha y el salmón son pescados totalmente distintos. Ambos son pescados grasos y de colores similares con alto contenido en Omega 3, si bien una de las primeras diferencias reside en la forma en la que se prepara. Mientras que el primer pescado se suele utilizar crudo para sushi u otras elaboraciones similares, la trucha se puede cocinar al horno o frita en la sartén.
No solo eso, sino que el salmón suele ser más graso, mientras que la trucha tiene un contenido inferior de este componente. A simple vista, sin embargo, estas diferencias no pueden ser detectadas, y para más dificultad al distinguirlas, existe una variedad de trucha extremadamente parecida al salmón. En concreto, se conoce como trucha asalmonada y “ambos tienen la carne anaranjada”.
“La trucha asalmonada es trucha arcoíris alimentada con pigmentos naturales. Es más suave, pero se parece (mucho) al salmón”, ha explicado el pescadero experto, al respecto. “Se parecen mucho pero te voy a dar tres trucos para diferenciarlos”, ha confirmado.
¿Cómo diferenciar ambos pescados?
A simple vista, una de las diferencias que más llaman la atención es el precio. Y es que el salmón no es un pescado muy barato, por lo que si el precio te parece reducido, probablemente es que no se trate de este producto. “Si es demasiado barato para ser salmón, sospecha”. Al mismo tiempo, el corte de ambos puede ser clave para poder discernir cuál es cuál.
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“El salmón se vende a lomos y la trucha es más fina y más curvada”, ha explicado el experto. Si con estos dos trucos no es posible diferenciarlos, el pescadero ha centrado la atención en el color. A pesar de que es muy parecido, la trucha tiene un color más suave, frente al salmón, cuyo centro es “más intenso”.