Alicante dedicará una calle al maestro de la barra del Nou Manolín, Vicente Castelló

Reconocimiento gastronómico

La ciudad honra al restaurador que revolucionó el tapeo de calidad y convirtió su restaurante en un icono de la cocina española

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Vicente Castelló, fundador del Nou Manolín

Vicente Castelló, fundador del Nou Manolín

Miriam Gil Albert

La ciudad de Alicante dará el nombre de la calle donde se ubica el emblemático restaurante Nou Manolín a su creador, el restaurador Vicente Castelló (Alicante, 1938), en reconocimiento a una trayectoria que lo ha convertido en “figura indiscutible de la hostelería alicantina”. La decisión, aprobada este martes por la junta de gobierno municipal, rebautiza la actual calle Villegas en pleno centro y sede del restaurante en el número 3 como Calle Restaurador Vicente Castelló.

Esta decisión se adopta en el marco de la capitalidad española de la gastronomía, que ostenta la ciudad de Alicante durante 2025, un título con el que pretende consolidar el turismo culinario y reivindicar la singularidad de su cocina y de su producto local.

La propuesta partió de la Cámara de Comercio de Alicante y ha concitado una adhesión prácticamente unánime del tejido empresarial y gastronómico de la provincia. Se han sumado el Patronato Provincial de Turismo Costa Blanca, la UEPAL, la Federación de Comercio y la Pyme provincial, así como las asociaciones de Hostelería (APEHA), Hoteles (APHA), Restaurantes (ARA), Empresa Familiar (AEFA), Jóvenes Empresarios (JOVEMPA) y Obra Pública (FOPA).

También han apoyado el reconocimiento el Consejo Regulador de la DOP Alicante y personalidades vinculadas a la ciudad, como Lucio Blázquez, fundador de Casa Lucio; la chef ilicitana Susi Díaz, estrella Michelin; y el maestro pastelero Paco Torreblanca, entre otros.

Fundado en 1971, el Nou Manolín es considerado uno de los grandes templos del tapeo en España. Su barra, convertida ya en mito culinario, ha sido elogiada por cocineros de élite, y el propio Joël Robuchon la definió como “la mejor del mundo”.

Castelló Pérez no solo levantó un restaurante de referencia internacional, sino que redefinió el concepto de barra, un modelo replicado después dentro y fuera de España. Su trayectoria ha sido distinguida con reconocimientos como la Medalla de Oro al Trabajo otorgada por el Rey Juan Carlos I (2004), el Premio Nacional de Gastronomía a Toda una Vida (2018), el Premio Magistral de Hostelería y la Medalla de Plata al Turismo de la Diputación de Alicante.

Más allá de los fogones, Castelló ha impulsado proyectos culturales y patrimoniales, como la restauración de la casa natal de Gabriel Miró. Su afición por las tradiciones alicantinas lo llevó a encargar al artista Juan Sanchís una serie de dibujos que recogían la forma popular de cantar los números de la ONCE, un elemento único de la cultura local. Las litografías, que reúnen los cien números y su expresión en el argot alicantino, se han entregado durante décadas a clientes y amigos; se estima que se han imprimido unos 500.000 ejemplares.

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