Detrás de unas pobladísimas barbas que luce como una dolorosa penitencia, y que asegura que algún día afeitará, se esconde un hombre bajito y humilde que se ha elevado a lo más alto de la vitivinicultura mundial. Este reconocido enólogo es Raúl Pérez Pereira, nacido en 1972 en Valtuille de Abajo, una pedanía del municipio de Villafranca del Bierzo. No tiene WhatsApp, su página web hace meses que está en construcción, está poco pendiente del móvil y en su armario solo hay vaqueros y polos negros. Suele calzarse zapatillas deportivas.
Este admirado viticultor, enólogo, consultor y creador de vinos, que asegura no saber cuántas referencias distintas hace, se inició elaborando en 1993 (una muy mala añada, con una gran helada). Su amiga elaboradora Marta Rovira Carbonell (de Mas d’en Gil del Priorat) dice que sus ojos verdes son “como dos fuentes que emanan energía, y que ven más allá”.

Raúl Pérez en uno de sus viejos viñedos
Proveniente de una familia con más de 300 años de tradición vitivinícola, tras abandonar la bodega familiar fundó en 2005 su propio proyecto: Bodegas y Viñedos Raúl Pérez, con sede en Valtuille de Abajo, perteneciente al municipio de Villafranca del Bierzo (León). Ha emprendido múltiples proyectos y asesorías, desde el Bierzo, Rías Baixas, Monterrei o Ribeira Sacra a Portugal o Sudáfrica. Der Feinschmecker lo proclamó en 2014 como “Enólogo del Año”, y Bettane+Desseauve lo distinguió como “Mejor Enólogo del Mundo” en 2015. En 2021 inauguró una nueva bodega situada junto al yacimiento de Castro Ventosa.
En 2023 alcanzó por primera vez la gloria de los ansiados 100 puntos Parker (The Wine Advocate), el máximo reconocimiento mundial, con uno de sus maravillosos vinos bercianos: La Muria 2021, del que elaboró unas escasas 900 botellas. Y recientemente ha visto como la añada del 2023 de este mismo vino volvía a conquistar los 100 puntos Parker.
Aunque no puede estar más satisfecho con los 100 puntos que ha cosechado (se echó a llorar como un niño cuando se lo comunicaron), admite que hubiera preferido que el máximo reconocimiento se lo hubiera llevado Ultreia Villegas, su “gran cru”. Es un vino de paraje elaborado con un 100% de mencía de viñedos de más de 100 años, plantados sobre suelos arenosos. No pierde la esperanza, sin embargo, que algún día este vino se alce hasta el altar de los 100 puntos Parker. Dice que este es su sueño.

Tracción animal en las labores en uno de sus viejos viñedos en vaso
Busca elaborar vinos criados en madera (siempre usada e incluso vieja) que apenas quiere “tocar”. Dice que “la no intervención también es un estilo de trabajo”. Huye de los trasiegos, de los remontados, de los clarificados (que asegura que “quitan muchas cosas”) o, si puede, de las fermentaciones malolácticas. Trabaja sus vinos con uva entera, con un 100% de raspón. Fermenta con levaduras autóctonas en tinas de roble.
La fama no ha cambiado ni un ápice a este hombre modesto, simpático, apasionado y risueño de 53 años de edad. Tampoco han variado sus atuendos. Eso es así, asegura, debido a que “quiero disfrutar de la vida que tengo, de mi pueblo, de mis amigos”. De hecho, quiere conservar sus amistades. Explica al canal Comer de La Vanguardia, con un outfit de polo negro sin marca, tejanos y zapatillas deportivas y mientras se atusa la barba, que quiere seguir escribiendo Raúl Pérez “en minúsculas”, puesto que “en mayúsculas lo vería raro”.
Bodegas y Viñedos Raúl Pérez nace en 2005 como la cristalización del espíritu innovador y bohemio de su enólogo, Raúl Pérez. Manteniendo el arraigo al viñedo, ha rescatado variedades tradicionales y ha elaborado vinos de alto nivel. A este proyecto se sumaron otras iniciativas del Bierzo como son el proyecto de Valdecañada, de la zona de Ponferrada, y la última adquisición en 2019 del proyecto de Viariz, uno de los viñedos más altos del Bierzo.

Raúl Pérez ha rescatado viñedos con variedades tradicionales y ha elaborado vinos de alto nivel
Su expansión se prolongó a otras zonas vitícolas con variedades como la prieto picudo y albarín en Valdevimbre (León), también en Bodegas Castro Candaz en Ribeira Sacra, donde elabora mencía y godello, y las garnachas de Navarra con la compra de la bodega y viñedos de Domaines Lupier en San Martín de Unx, en la merindad de Olite. Exportan un 60% de su producción. Estados Unidos y el Reino Unido son sus dos principales mercados internacionales.
“La no intervención también es un estilo de trabajo”
Su distribuidor en exclusiva para Catalunya, Lluís Barrero de Iguazú Vinos, afirma que “Raúl Pérez acumula ya infinidad de vendimias, siembre buscando la máxima personalidad de lo autóctono”. Y añade que Viariz 2021 es “una mencía de mucha altura, compleja y profunda”. Y, a la vez, apunta que “es fina y extremadamente delicada”.
El distribuidor belga de vinos Wim Vanleuven, de La Buena Vida, asegura que con las creaciones de Raúl Pérez “entramos en otra dimensión, casi metafísica”. También ha explicado que “es uno de los enólogos más populares de España hoy en día. ¡Todo el mundo quiere comprar sus vinos! Y todo el mundo habla de ellos, aunque pocos los hayan probado”.
A Raúl Pérez le gusta hablar de historia, y recuerda que en el Bierzo se establecieron muchos monasterios, en torno a 25, que trabajaron sus propios viñedos. Es un punto destacado del Camino de Santiago, aunque Raúl Pérez apunta que “hoy el recorrido está un poco modificado”. Ya hace unos 2.000 años las citas de Plinio el Viejo y Estrabón se referían a la existencia de viñedos en la actual comarca del Bierzo, que originariamente es el derivado de la ciudad prerromana Bergidum, como se recuerda desde la DO Bierzo.
Los romanos impulsaron notablemente la agricultura de estas tierras, introduciendo nuevos cultivos como la vid y nuevas técnicas como el arado romano. Pese a ello, la mayor expansión de viñedo en el Bierzo estuvo vinculada al desarrollo de los monasterios medievales, sobre todo los cistercienses, por ser el vino elemento esencial para el culto y porque, además, era considerado básico para su alimentación.

Viejas vides de este vitivinicultor de Valtuille de Abajo
Viariz es una mencía completada con algo de merenzao (trousseau) y palomino fino. Adquirió esta bella finca del noroeste de la provincia de León en 2019 a Álvaro Palacios y a su sobrino Ricardo Pérez Palacios (Titín). La parte más alta alcanza los 1045 metros sobre el nivel del mar. La parte más baja empieza en los 850 metros de altitud. Sus viejas vides en vaso están mecidas por un clima similar al gallego en lo que a humedad se refiere, y por otra parte es seco como en Castilla. En este paraje también nacen las uvas de su laureado tinto La Muria.
Sus suelos, con base de pizarra y granito con parte de tierra negra orgánica encima, se trabajan con tracción animal (caballos) y azada. Vendimian manualmente con cajas perforadas de 12 kilos. Obtienen solo entre medio kilo y un kilo de uvas por cepa. El viejo viñedo de Viariz, una pedanía de Corullón, no llega a las 0,9 hectáreas en una finca de 3 hectáreas con muchas faltas. Es un viñedo orientado al sur, buscando el sol que madure sus bayas.
El año 2021 en Viariz se caracterizó por un invierno seco y templado, una primavera fresca pero húmeda, un verano más frío de lo habitual con lluvias bajas y un otoño moderadamente lluvioso. En conjunto, las temperaturas se mantuvieron suaves gracias a la influencia atlántica, y la pluviometría anual se situó dentro del rango típico para el Bierzo (730–800 mm).

Raúl Pérez cría sus vinos en viejas barricas
Viariz 2021 es de capa media, y de color entre rubí y púrpura. Deja lágrimas adheridas a la pared de la copa, aunque sin estar tintadas. Es una joya tinta en la que predomina la fruta roja ácida, como la naranja sanguina y la granada, con toques de algarroba y un leve toque ahumado y de madera muy bien integrado que recuerda al cedro. A la vez, exhibe notas de hoja de tabaco cubano, especiadas, de romero y de pétalos de rosa roja algo marchita. Su rusticidad ha sido domada. Como dijo el periodista Hans-Heinrich Isenbart, “la doma no excluye la libertad, la crea”.
Es un tinto de inspiración borgoñesa (de Borgoña clásica le gusta precisar a Raúl Pérez), carácter atlántico y con sensación táctil aterciopelada. Es fresco, con buena acidez, vivaz y con cierta tensión. Una maravilla. Muestra un especial potencial para un buen envejecimiento. Y todo ello con solo 12,5º de alcohol. De esta añada se elaboraron 1.100 botellas.

Viariz 2021 es un tinto ligero muy gastronómico
Es muy Mencía. Es muy Bierzo. Es muy enamoradizo. Seguramente la mejor versión hasta la fecha de este ligero, pero complejo tinto, nacido con la añada del 2019 (salió al mercado junto a la del 2020), aunque Raúl Pérez no tiene dudas de que la añada del 2023, que podría llegar al mercado a principios del 2026, apunta muy buenas maneras. Y asegura que Viariz 2021 “ya estaba redondo desde un principio”.
Es un tinto muy gastronómico. A este elaborador berciano le gusta mucho disfrutar de su vino con un buen rodaballo al estilo Guetaria. Raúl Pérez prefiere este tinto para el pescado, y un cava o champán para platos “fuertes” como unos callos o carne madura. Su versatilidad gastronómica lo hace ideal incluso con platos como la ostra plana gallega, jugo de pollo, piel crujiente de pollo y calabacín aliñado del barcelonés restaurante Besta.
Viariz 2021, de Raúl Pérez Bodegas y Viñedos
DO Bierzo
Variedades de uvas: Mencía, merenzao y palomino fino
Precio: 180 euros
Este plato diseñado por los chefs Manu Núñez y Carles Ramon, que también sirven substituyendo la ostra por una navaja, se ha incorporado a la oferta del establecimiento de la calle Aribau. Se estrenó para ser armonizado, precisamente, con el Viariz 2021, que presentó en Besta el propio Raúl Pérez.