Azotado por la emigración, el valle oscense de Gistau s e hallaba al borde de unirse a la España vaciada en 1985.
Pero el filme Caravana de mujeres lo cambió todo. Un grupo de solteros reunidos frente a la tele del bar del pueblo de Plan lo vio y decidió tomar las riendas. Pusieron un anuncio en la prensa local en el que demandaban féminas casaderas prestas a compartir sus vidas. Recibieron más de mil llamadas telefónicas a las que respondieron pidiendo foto. Unas 80 mujeres emprendieron viaje.
El encuentro, celebrado el 7 de marzo , se saldó con cinco bodas anunciadas y cuarenta compromisos por correspondencia.
El 5 de mayo se celebró la primera, entre Mariano Loste, uno de los principales artífices de la trama y María Ángeles Pedreira, una auxiliar de clínica gallega madre soltera de dos hijos.
Al año siguiente, la natalidad se triplicó, las nuevas familias mantuvieron vivos servicios públicos como el colegio y la repercusión del evento atrajo inversiones y subvenciones públicas.
