A lo largo de su trayectoria en redes sociales, el farmacéutico Álvaro Fernández ha abordado todo tipo de temas relacionados con la salud y el bienestar emocional y físico. Aunque existen numerosos creadores de contenido que, como él, combinan su profesión con la divulgación, su peculiar sentido del humor y las curiosidades que comparte con su audiencia tienen un gran impacto.
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, plataforma en la que acumula más de 1,4 millones de seguidores, el especialista habló sobre la presencia de un pequeño animal en nuestro día a día: la mosca.
''Una mosca en tu comida no es solo 'un poco asqueroso', sino que también puede ser un riesgo para tu salud'', empezó diciendo el farmacéutico, para después explicar que, si estos insectos tocan los alimentos que luego ingerimos, las consecuencias pueden ser graves.
''No es la mosca en sí, sino lo que trae encima. Pasa por basura, excrementos y animales muertos, y se lleva consigo bacterias como Salmonella o E. coli, e incluso huevos de parásitos. Para comer, vomita encima de tu comida y luego succiona. Y de paso, defeca mientras se alimenta'', señaló el creador digital.

Imagen de una mosca
''Una sola mosca puede transportar miles de microorganismos que, en ciertas condiciones, pueden provocar diarrea, vómitos o fiebre'', sentenció el experto, para luego aconsejar a su audiencia que deseche su comida si una mosca se ha paseado por su plato durante un rato.
Como era de esperar, el vídeo de Fernández desató una oleada de comentarios: ''No sé si comeré hoy'', ''Genial, hoy tampoco podré dormir. Muchas gracias'', ''Llevamos milenios conviviendo con las moscas, para algo tenemos sistema inmunológico'', ''A ver si es que ahora vamos a tener que vivir en una burbuja'', ''Ahora les tengo más manía a las moscas'' o ''Tremendo asco'' son algunos de los mensajes que se pueden leer en el post.
Los beneficios de ir a la piscina pública
En otra publicación reciente, el especialista habló sobre la Teoría de la Inmunoestimulación Acuática Comunitaria, una hipótesis que sostiene que las piscinas públicas no son solo un lugar para pasar el rato, disfrutar y socializar, sino que también funcionan como auténticos gimnasios para el sistema inmunológico.
''La teoría predice que quienes nadan en piscinas públicas tendrían un sistema inmune más versátil que quienes lo hacen en piscinas privadas y una piel con variedad microbiana comparable a la de un viajero por tres continentes'', sentenció el divulgador en el post, tras haber desarrollado algunos de sus fundamentos.