“Por debajo de ocho euros, el vino puede ser correcto, pero no nos dirá nada sobre la tierra o la uva”: trucos para saber elegir un buen vino en el supermercado

Vinos

Aunque el precio puede ser un indicativo de la calidad de un vino, lo cierto es que la uva, añada o el origen también cuentan; dos expertas señalan los consejos más útiles para escoger con criterio un buen vino sin dejarte la cartera

La etiqueta del vino es crucial a la hora de elegir.

La etiqueta del vino es crucial a la hora de elegir. 

Bogdan Kosanovic

A Gema (Guadalajara, 53 años), casada, madre y dependienta en un supermercado, le encanta el vino. Eso no significa que sea una bebedora habitual. De hecho, parte del encanto de tomar una copa de vino, para ella, está en que lo hace solo en ocasiones especiales. Así, una cena romántica o un encuentro con amigas se convierten en la “excusa” perfecta para comprar un Cune o un Protos, dos de sus vinos preferidos.

Ahora bien, Gema tiene claro que una cosa es que le guste el vino, y otra que tenga la confianza suficiente para elegir con seguridad un vino bueno. En este sentido, reconoce que, aunque tiene ciertas nociones, “le gustaría saber un poco más acerca de las añadas, las uvas o las denominaciones de origen”, y es que, asegura que le da cierta envidia cuando alguien escoge una botella a partir de sus conocimientos enológicos.

En cualquier caso, hoy por hoy, cuando va a comprar una botella de vino, el principal criterio que utiliza es recordar los nombres de los que ya sabe que le gustan. Así, suele coger una botella de Ramón Bilbao, para una cena especial, un Protos para acompañar un entrecot, o un Cune o un Enate para una buena tarde de amigas. Por otro lado, se decanta por los rosados para un plato de pasta, y los blancos para un vermú.

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Más allá de “ir a tiro hecho” escogiendo vinos que ya conocemos, si de lo que se trata es de probar un vino nuevo, ¿en qué solemos fijarnos? En concreto, Gema asegura que lo primero que mira es el precio: “Para mí, el mínimo son cinco o seis euros, así creo que será de cierta calidad”. Además, al trabajar en un supermercado tiene la oportunidad de ver cuál es el criterio que siguen los clientes. Así, ha podido comprobar que “la mayoría eligen en función del precio, aunque también, el que sabe un poco más se fija en la añada, la variedad de la uva o en si es joven, de crianza o un reserva”, añade.

Por tanto, parece que el precio manda, algo que no es de extrañar tal y como está la cesta de la compra. Lo bueno es que la mayoría de enólogos, expertos y divulgadores del vino están de acuerdo en que un vino bueno no es necesariamente caro. Sin duda, una buena noticia para los bolsillos de los amantes del vino.

Para mí, el mínimo son cinco o seis euros, así creo que será de cierta calidad

Contributing WriterClienta

Vemos, por tanto, que el precio no lo es todo, y que existen otros aspectos como la añada, la uva o el maridaje que también importan. Alicia Vitores Casado y Carmen Araus Galdós, dos enólogas, profesoras de la ⁠Escuela de Enología San Gabriel en Aranda de Duero, señalan las claves más importantes para aprender a escoger un buen vino entre las decenas de botellas que conforman la oferta, cada vez más amplia, de los supermercados.

¿Vinoteca o supermercado?

En primer lugar, la duda que nos resuelven las expertas es el lugar dónde comprar el vino. Y es que uno tiende a pensar que siempre será mejor hacerlo en un establecimiento especializado. Sin embargo, no tiene por qué ser así. De hecho, la diferencia fundamental entre entrar en una vinoteca o acercarse al lineal de un supermercado depende “más del interés del comprador que del lugar en sí mismo. Hoy en día, tanto los supermercados como las tiendas especializadas pueden ofrecer vinos excelentes”, asegura Carmen Araus.

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El consumidor tiene en cuenta la etiqueta de la botella.

Y recalca que la diferencia fundamental está en el acompañamiento: “En una tienda especializada encontraremos asesoramiento personalizado y la posibilidad de descubrir vinos menos conocidos, mientras que, en un supermercado, la selección suele ser más amplia en volumen, pero menos en diversidad o riesgo. Si estás empezando, cualquier sitio es bueno… siempre que te apetezca aprender algo nuevo con cada botella”.

Además, como ya apuntábamos, un vino de calidad no tiene por qué ser caro. De hecho, según Araus “hay vinos sencillos, bien elaborados, que ofrecen mucho placer por poco dinero, ya que un vino caro suele reflejar factores como la escasez, la crianza prolongada o el prestigio de la bodega. Lo importante es que el vino esté bien hecho: limpio, equilibrado y con personalidad”. En definitiva, “precio y calidad no siempre van de la mano”, concluye.

Hoy en día, tanto los supermercados como las tiendas especializadas pueden ofrecer vinos excelentes

Contributing WriterEnóloga

Ni siquiera los expertos creen que es fácil determinar cómo influye el precio en el valor de un vino. Aun así, Araus señala el umbral de la calidad de un vino en torno a los siete u ocho euros. Entre esas cantidades, “normalmente ya encontramos vinos que expresan su origen y el trabajo del viticultor. Por debajo de ese límite, muchas veces el vino puede ser correcto, pero difícilmente nos dirá algo sobre la tierra de la que viene o la uva con la que se ha hecho, aunque a veces te llevas sorpresas en denominaciones de origen no tan conocidas”.

Por tanto, la experta sitúa, por debajo de los diez euros y por encima de los siete, el precio mínimo para llevarnos un buen vino a casa. Ahora bien, ¿cómo son los que no llegan a ese precio, los de dos, tres, cuatro o cinco euros? “Desde mi punto de vista, por debajo de siete, el coste de producción apenas permite cuidar el viñedo o el proceso de elaboración”, aclara Araus. Sin embargo, “a veces, incluso bodegas pequeñas, poco conocidas, venden vinos por debajo del precio si su mercado es local. Normalmente, estos vinos pueden ser agradables, pero rara vez son emocionales. Si buscamos algo más que una bebida alcohólica, conviene invertir un poco más”, aconseja.

El consumidor tiene en cuenta la etiqueta de la botella.

Tanto en vinotecas como en supermercados hay gran variedad de vinos. 

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Por su parte, Alicia Vitores eleva hasta cuatro veces el precio mínimo de un vino aceptable, fijándolo en torno a los veinte euros. Según la enóloga, aunque “depende de la zona y del estilo de vino, un vino de veinte euros ya tiene que estar bueno”. En cualquier caso, desaconseja un vino de menos de cinco porque “rompe la cadena de valor”.

Consejos para escoger un buen vino en el supermercado

Partiendo de estos consejos, Alicia Vitores señala siete recomendaciones básicas para elegir el vino más adecuado, y de paso, ir aprendiendo de vinos. En primer lugar, tanto en la tienda especializada como en el supermercado u otro punto de venta, bodegas, restaurantes, te pueden asesorar sobre tus gustos y qué vino encaja más con ellos.

Según la experta, si eres tú el que elige, en primer lugar, piensa en qué circunstancias lo vas a beber. En función de ellas, es mejor un estilo de vino concreto, blanco, rosado, tinto, espumoso, seco —sin azúcar—, con algo de dulzor. Así, si vas a tomarlo de manera informal, sin comida, escoge espumoso, blanco, rosado o tinto sin madera. Si vas a disfrutar de una comida muy contundente de carne, mejor vete a tinto con madera. Las normas de las armonías no están puestas al azar, es por algo. Siempre que bebas vino, intercala con agua, la sed con agua, el vino es para disfrutar.

Siempre que bebas vino, intercala con agua; la sed con agua, el vino es para disfrutar

Contributing WriterEnóloga

Frente a los lineales del supermercado, Vitores recomienda que si quieres acertar en la calidad/precio, se escoja un vino amparado a una D.O. (Denominación de origen). Prueba diferentes cosas, no te encasilles en blancos, rosados y tintos. Hay vinos dulces estupendos, espumosos sorprendentes, impactantes jereces. También puedes fijarte en la etiqueta para ver si tienen parámetros de sostenibilidad —si estás concienciado con ese punto, elige ese— y en muchos prescriptores de redes que pueden ser fuente de inspiración, igual que antes estaba Robert Parker.

Por su parte, Carmen Araus añade que se lean reseñas, tanto en redes sociales como de sumilleres o apps especializadas, y que se tenga en cuenta la etiqueta. “Busca el nombre (variedad) de la uva, el año y el productor, poco a poco irás aprendiendo y te será más fácil saber cuál es tu estilo de vino”.

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Además, también recomienda probar vinos de diferentes zonas y variedades, ya que “si siempre compras el mismo tipo, te perderás matices, el aprendizaje está en comparar”. En ese sentido, la enóloga invita a fijarse no solo en grandes bodegas, sino también en proyectos pequeños, como bodegas, cooperativas o viticultores que ofrecen una excelente relación calidad precio.

Por último, indica que hay que buscar añadas recientes para vinos jóvenes, ya que los vinos con crianza aguantan más, pero los jóvenes están hechos para beberlos pronto, por lo que si la cosecha es de hace muchos años puede haber perdido frescura. “Déjate llevar por el gusto, no por la etiqueta. El mejor vino es el que te gusta a ti. Si te emociona, es un buen vino, aunque cueste ocho euros”.

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