Así es la receta de crostata de ricotta, el postre que ha endulzado el Vaticano durante siglos
Recetas
Inspirada en los sabores del Vaticano: la tarta que combina masa crujiente y relleno suave como mousse
La crostata de ricotta, así es el dulce que ha acompañado al Vaticano durante siglos
La crostata di ricotta romana
Este postre, nacido en Sicilia, encontró su lugar en el corazón de Roma, en el gueto judío, donde se ha reinventado a lo largo del tiempo con variaciones que incluyen cacao, anisetta y cerezas silvestres. Hoy, su dulce aroma se disfruta dentro de los muros vaticanos, en las cafeterías que rodean la Basílica de San Pedro y en las panaderías legendarias de Roma. La magia está en su contraste entre la masa crujiente y el cremoso relleno de ricotta, que, al ser cubierto y sellado con la masa, mantiene su textura suave y casi mousse. La combinación de sabores y texturas la convierte en una auténtica delicia italiana.
La crostata de ricotta
Ingredientes
Para la masa:
330 gr de harina de media fuerza
165 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
1 huevo L
1 yema de huevo L
130 gr de azúcar glas
1/2 cucharadita de levadura química o impulsor
Ralladura de un limón
1 cucharadita de extracto de vainilla
Pizca de sal
Para el relleno:
860 gr de queso ricotta de oveja
100 gr de azúcar glas
1 cucharada de extracto de vainilla
1/4 cucharadita de canela molida
Ralladura de 1/2 naranja
Elaboración:
1. Preparamos la masa mezclando todos los ingredientes hasta que quede suave. La dividimos en dos partes, dejando una un poco más pequeña para cubrir el molde. Envolvemos en film y dejamos en frío 45-60 minutos.
2. Forramos y enharinamos el molde. Estiramos la base (5 milímetros de grosor), la ajustamos y la congelamos. Estiramos la tapa (también 5 milímetros) y la dejamos en la nevera hasta el momento que la necesitemos para cubrir la tarta.
3. Mezclamos la ricotta bien escurrida con azúcar, vainilla, canela y naranja. Rellenamos el molde y alisamos la superficie con ayuda de una espátula o cuchara.
4. Cubrimos la tarta con el disco de masa, sellamos los bordes con suavidad y cortamos lo que sobre. Refrigeramos 15 minutos.
5. Precalentamos el horno a 180ºC y horneamos durante 60 minutos, hasta que la tarta esté dorada. Al sacarla, dejarla reposar hasta que se enfríe, luego refrigerarla durante la noche. ¡Así la tarta quedará perfecta!